En 2014, Capcom demandó a Koei Tecmo por infringir dos de sus patentes. Según la compañía responsable de Resident Evil, había 50 juegos de la otra firma que utilizaban las susodichas patentes.
En su día, el juez del Tribunal de Osaka solo reconoció como ilegítima una de ellas, y exigió a Koei Tecmo pagar una cuantía de 5,17 millones de yenes, que al cambio son unos 43.000 euros.
Ahora han vuelto a las andadas, y esta vez, Capcom ha conseguido que los juzgados reconozcan ambas patentes como suyas, según hemos podido ver en el portal GamesIndustry.
Las patentes que Koei Tecmo había infringido incluían diversos sistemas como el acto de "importar y desbloquear contenido de un título antiguo en un juego nuevo" y "una técnica de vibración del mando para alertar al jugador de enemigos cercanos".
En consecuencia, el Tribunal de Propiedad Intelectual ha ordenado a la empresa de Dynasty Warriors pagar 144 millones de yenes por los daños causados y otros 13 millones en facturas de los abogados contratados por Capcom. En total 157 millones de yenes, que son alrededor de 1,32 millones de euros.
En la nota de prensa en la que Capcom comunica su victoria, afirman lo siguiente:
Capcom se compromete a mejorar la experiencia de los consumidores y expandir la industria del videojuego promoviendo el uso efectivo de sus patentes a través de métodos como las licencias, mientras salvaguarda las invenciones asociadas con cada uno de sus títulos.
La pregunta que cabe hacerse es, ¿cómo afectará esto al futuro de Koei Tecmo? ¿Cambiarán drasticamente sus desarrollos o sus calendarios de cara a los próximos años para poder hacer frente a este gasto?
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