Ayer se anunció de manera oficial que 2K Games va a publicar un nuevo juego de Bioshock. No sabemos cuándo saldrá, pero sí quién se encarga de desarrollarlo: el estudio Cloud Chamber, que también fue anunciado ayer. Sin embargo, la cosa viene de mucho antes.
Según fuentes de Kotaku, el desarrollo de una nueva iteración de la saga empezó en 2015, tan solo dos años después del lanzamiento de Bioshock Infinite. El nombre en clave del juego era Parkside y corría a cargo del estudio externo Certain Affinity, que hasta entonces eran conocidos por asistir en el desarrollo de grandes franquicias como Halo o Call of Duty.
El desarrollo continuó hasta finales de 2016, cuando 2K decidió cancelar el proyecto y reiniciarlo en otras manos por motivos que todavía no están muy claros. Fue un equipo interno de la propia compañía el que se hizo responsable a partir de 2017, para el que trasladaron a algunos de los empleados que habían trabajado en Mafia III.
Hay motivos para pensar que lo que ayer se reveló como Cloud Chamber es en realidad aquel nuevo estudio formado hace casi tres años. Después de la primera cancelación, el desarrollo se movió hasta la sede de 2K en Novato, California, que es donde también se encuentran las oficinas de Cloud Chamber.
O al menos, una parte de ellas, porque en el anuncio se ha dado a conocer que el estudio tiene otra sede en Quebec, Canadá. 2K dijo ayer que el desarrollo acaba de empezar, así que todo parece indicar que ha sido un proceso algo turbulento, y seguramente no habrán querido asegurar nada hasta conseguir encauzar el proyecto en la buena dirección.
Después de todo, la franquicia Bioshock no es ajena a los desarrollos alargados, los reinicios y las ideas descartadas.
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