Muchos lo han intentado y muchos han fracasado. Algunos gastaron millones en desarrollo para seguir el camino que Nintendo había trazado, pero sus experimientos no llegaron a buen puerto. Decía la leyenda que de entre una montaña de cadáveres surgiría un salvador, un guerrero tocado por los ángeles que conseguiría equilibrar la balanza y golpear a Nintendo con sus mismas armas.
Ese guerrero se llamaba Varnum Q3 y la paliza que recibió del gigante japonés rozó el límite de las Convenciones de Ginebra. Evidentemente todo el primer párrafo era una broma ya que estamos hablando de uno de esos subproductos que no se sabe muy bien como llegan al mercado. Pero sí, es una consola que tiene algo parecido al WiiMando. Entrad y pedíos una para Reyes.
Es como hablar de las consolas de Nipondo y Seta en la época de los 8 bits, aunque en esta ocasión no se imita la forma externa de la máquina. Se trata de una bola, el cuerpo de la consola, que lleva 40 juegos preinstalados. Juegos que, sin ningún tipo de rubor, imitan a otros juegos mucho más conocidos de Nintendo Wii.
La consola en sí misma funciona con pilas e incorpora un par de mandos semejantes a los WiiMotes que, dentro de sus posibilidades, transmiten nuestro movimiento al sistema general. El vídeo no tiene desperdicio, la calidad gráfica es terrible y no queda muy claro si la consola funciona bien o no. Lo único que podemos asegurar es que muy sobrada de potencia no anda, a juzgar por el bajo framerate que muestra en pantalla con un juego tan simple.
Lo peor de todo es que el precio asciende a 100 euros. Un montante bestial si tenemos en cuenta que tampoco está tan alejado de lo que puede costar una Wii de segunda mano o, que queréis que os diga, una PlayStation 2 mismo.
Y ahora toca preguntarse, en serio, ¿estos productos venden algo? ¿tienen salida real?
Ver 29 comentarios