Sony y las 3D. Son dos conceptos que parecen estar ligados a base de repetirlos. De hecho la compañía japonesa apuesta fuerte por la tecnología como lleva demostrando un tiempo. Su consola, PlayStation 3, ya está preparada para los videojuegos en 3D, ya están aleccionando a los desarrolladores sobre qué requisitos necesitan cumplir para dar el paso, ya están comercializando una línea entera de televisores Bravia que soportan la tecnología, fabrican sus propias gafas, controlan estudios de cine que ya hacen películas en 3D, poseen un formato de almacenamiento que dentro de poco se usará para comercializar películas en 3D… vamos, que con la tecnología 3D aspiran a hacerse de oro.
Pero dentro de toda esa lujuria tridimensional todavía parece haber espacio para la innovación y para seguir mejorando la experiencia del jugador / usuario. Lo último que se ha descubierto es una patente de la misma compañía para desarrollar un sistema estereoscópico multiplayer para sus videojuegos. Llegados a este punto podríais decir aquello de, ¿mande? Pues imaginad una tecnología capaz de mandar dos señales diferentes de vídeo, una a cada jugador.
Sería el fin de la pantalla partida y el principio de un nuevo modo de disfrutar de los cooperativos. Un videojuego reproduciéndose en nuestra PlayStation 3 y emitiendo señal a la pantalla 3D. Ahí se produciría una separación y se detectaría cuantos jugadores están jugando en ese momento. Imaginemos que dos, pertrechados cada uno de ellos con sus respectivas gafas.
Recibirían imagen y sonido sólo de la perspectiva que les toca. El jugador número uno se vería jugando él sólo, a plena pantalla y a todo lujo de detalles. El jugador dos recibiría la misma información.
Eso sí, para que esto funcione necesitaríamos una televisión 3D especial y no las que venden ahora mismo. Pero pensad por un momento las posibilidades que ofrece esta tecnología. Pensad en una televisión encendida y una familia viéndola. El padre podría estar viendo una cadena, la madre otra, el niño jugando a la consola y la hermana disfrutando de 40 Latino mientras practica el reggaeton y se pinta las uñas para salir de marcha al polígono industrial más cercano.
A ver si Sony decide implementar este tipo de tecnología en sus televisores. Eso sí, plantea un pequeño problema. Sería obligado llevar las gafas 3D puestas para que funcione y, entonces, choca frontalmente con la otra tendencia de esta tecnología. La de buscar una solución que permita disfrutar de la profundidad que garantiza pero sin tener que usar gafas. Tremenda disyuntiva.
Vía | Joystiq
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