Hoy en día le damos mucha importancia al tamaño de un juego, no en vano hemos pasado de los míseros 4 Kb del Pac-man en 1980 a ver cómo algunos sobrepasan los 100 GB en la actualidad, como los 150 GB de Microsoft Flight Simulator en Windows 10. Y esto con Xbox Game Pass es un problema, porque las consolas actuales no superan 1 TB de almacenamiento por defecto (o Switch con 32 GB).
Como algunos saben, pese a conservar mi Xbox One X, el salto generacional en Microsoft he tenido que darlo con Xbox Series S, al no haber conseguido mi reserva (el tema va para largo) de la potentísima Xbox Series X. Y aunque estoy muy contento con esta "mini" consola de gran poder, pese a sacrificar su resolución o el hecho de no contar con lector de blu-ray, el mayor problema con el que he tenido que lidiar es con su almacenamiento, del cuál tan solo hay 362 GB disponibles. Por eso he decidido comprar el Storage Expansion Card de Seagate.
Seagate Storage Expansion Card: especificaciones técnicas de la tarjeta oficial de Xbox Series X|S
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SSD Seagate storage expansion card de 1 TB |
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velocidad de transferencia |
2,4 Gigabits por segundo |
Tipo de conector |
ESATA |
capacidad real |
919,9 GB |
Dimensiones |
0.78 x 3.16 x 5.29 cm |
peso |
30 gramos |
Comparación básica entre HDD y SSD externos
Para aclarar cualquier posible duda, veamos este Seagate Storage Expansion Card frente a otros SSD estándar o los antiguos HDD que usamos en consolas de Xbox.
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USB 3.1 HDD |
USB 3.1 SSD |
seagate STORAGE Expansion card |
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permite instalar juegos de xbox |
Sí |
Sí |
Sí |
compatible con juegos de Xbox one, Xbox 360 y Xbox |
Sí |
Sí |
Sí |
replica la velocidad y rendimiento de xbox series |
No |
No |
Sí |
permite jugar a juegos optimizados para xbox series |
No |
No |
Sí |
Un tamaño sorprendente que evoca nostalgia
Lo primero que llama la atención es su tamaño. Sí, sabíamos desde 2020 que era un dispositivo pequeño, pero hasta que uno no lo tiene delante no es consciente realmente de lo pequeño que es y del gran valor que supone contar con una unidad propietaria de Xbox Series de 1 TB en tan poco espacio. De ahí su precio, pero es que otras SSD de 1 TB no son baratas, al oscilar entre 150 y 200 euros.
En los distintos modelos de Xbox One que he tenido, siempre usé discos duros externos de 1 y 2 TB para sobrellevar el quebradero de cabeza que supone tener tantos juegos y preguntarse a veces a qué demonios jugar, porque esto no es como antaño, cuando introducías un cartucho, sin ningún tipo de preocupación, para ponerte a jugar. Ahora requiere una preparación previa, la de instalar el juego (y actualizado). Y ahí se va mucho tiempo, por eso me gusta tener instalados previamente el mayor número posible de candidatos, todos esos juegos a los que les tengo más ganas, pero sin saber en qué momento exacto me apetecerán.
Por eso, volviendo al asunto de la Seagate Expansion Card, con Xbox Series S mi única opción real, sin sacrificar la velocidad de su SSD interno, era esta tarjeta de memoria externa que recuerda inevitablemente a la Memory Card de PlayStation, pero que incluso es más pequeña que aquella. Es tremenda la sensación. De 1 MB en PSOne hemos pasado a 1 TB en tan solo 25 años. Aunque las especificaciones y propósitos sean diferentes en ambos casos, a fin de cuentas en la consola de Sony servía para almacenar quince bloques con partidas guardadas y en esta familia de Xbox sirve principalmente para instalar los juegos. Un porrón de ellos.
Lógicamente, esta compra la hice pensando también a largo plazo, puesto que cuando me compre una Xbox Series X (a estas alturas, creo que esperaré a Navidades, soñando con un lote especial con Halo Infinite) podré enchufar sin problemas este SSD externo conservando todos los videojuegos instalados.
Un SSD que no sacrifica el poder de Xbox Series
Conviene recordar, en cualquier caso, que podemos instalar los juegos en un HDD externo estándar, pero sabiendo que tan solo este Seagate Expansion Card, único SSD externo oficial de Xbox Series, es exclusivo al no sacrificar el poder de la nueva familia de consola de Microsoft, conservando la misma velocidad y rendimiento del SSD interno de Xbox Series, además de jugar a los juegos de manera optimizada. Tan solo le veo una pega, al ser únicamente de 1 TB y sin opción a insertar otra tarjeta en la propia consola, al haber una única ranura.
También es cierto que es enfuchar y en 1 mísero segundo ya nos muestra todo el contenido instalado del SSD externo en la consola, contando con las opciones habituales a la hora de filtrar (mostrar lo que está en la consola o en la unidad externa) o modificar dónde queremos instalar a partir de ahora. Es muy cómodo.
Y sí, se puede quitar con la consola encendida, viendo cómo desaparecen los juegos del menú de la biblioteca... o se muestran de golpe al conectar la tarjeta.
Obviamente, no notaremos ningún ruido con el SSD externo conectado, aunque sí que comprobaremos al sacarla cómo se calienta un poco esta tarjeta. Lo habitual, vaya. Eso sí, viene con una funda para tapar la parte sensible, algo pensado si la queremos llevar de viaje: como hacíamos con la Memory Card en los noventa al ir a casa de un colega, salvo que ahora llevamos mucha más diversión en su interior.
En mi caso, de sus 919,9 GB de espacio reales, he instalado todo esto:
- Batman Arkham Knight (47,4 GB)
- Battlefield V (82 GB)
- Crackdown 3 (12,2 GB)
- Fallout 76 (83,8 GB)
- Far Cry 4 (28,3 GB)
- Gears 5 (33 GB)
- Halo: The Master Chief Collection (127,6 GB)
- Quantum Break (47,5 GB)
- RAGE 2 (60,1 GB)
- Sea of Thieves (17,8 GB)
- The Division 2 (67 GB)
- The Witcher 3: Wild Hunt (40 GB)
- World War Z (20,4 GB)
Y ojo, que aún tengo 175 GB de espacio disponibles sin contar los que me quedan de la propia consola. Con esto me he quitado un peso de encima con todos esos juegos que tenía a medias, con DLC por probar o que siguen renovándose a día de hoy, que con el combo entre Xbox Game Pass y EA Play es un pozo sin fondo.
Agregar, ya de paso, que se puede mover sin problemas un juego instalado en este Storage Expansion Card al SSD interno de la consola, tardando menos de 10 segundos en trasladar 8 GB, por ejemplo, como hice con Lost Planet 2, disponible con Games with Gold, que no quería dejarlo en esta tarjeta por afear el contraste.
Habrá que ver cómo evoluciona el tema de cara al futuro, porque de momento Seagate es la única con licencia oficial para Xbox Series y hay que ajustarse a su precio (ha bajado 30 euros respecto a los 249,99 iniciales) y al tamaño (1 TB, por ahora), pero no podía estar más contento con la compra al ahorrar espacio, tanto metafórico como literal. Y también pensando a largo plazo con Xbox Series X.
Seagate Expansion Card para Xbox Series X|S, 1 TB, Unidad de Estado sólido NVMe (STJR1000400)
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