Ocho años. Se escribe (y más se dice) rápido, pero es tiempo suficiente para que ocurran mil y una historias. A riesgo de provocaros un ataque de cronofobia, ¿cuántas cosas han pasado desde 2016?, ¿cuántos videojuegos se han lanzado? Ha pasado desde una pandemia mundial hasta varios melocotonazos históricos como Red Dead Redemption 2.
Tal día como hoy, hace ocho años, se lanzó Battlefield 1 tras varias betas y accesos anticipados. Fue desarrollado por EA Digital Illusions CE (DICE) con el motor Frosbite 3 para PC, PS4 y Xbox One, y actualmente es considerado una de las mejores entrega de la saga por detrás de leyendas como Battlefield 3. Y aunque muchos no supimos apreciarlo entonces, admitamos que ha envejecido tan bien como el buen vino.
La gran lección de Battlefield 1
Battlefield 1 es un videojuego muy especial para mí. Fui de los que saltaron de la silla cuando vio el tráiler de presentación del 6 de mayo de 2016. Si eres fan de Battlefield, seguro que no lo has olvidado. Tenía el temazo Seven Nation Army de The White Stripes de fondo y duraba un minuto y diecinueve segundos. Recuerdo que fue algo apoteósico, especialmente por el Zeppelin L30 del final.
Y por si ese tráiler no trajo suficiente emoción a la mesa, se unieron tres más para hacernos dar volteretas en nuestras sillas: presentación del gameplay con No Limit de Wiz Khalifa, tráiler de la Gamescom con God's Gonna Cut You Down de Johnny Cash de fondo y finalmente el tráiler centrado en la historia con el precioso tema Suns and Stars de Cesc Vilà (Really Slow Motion). EA volvió a jugar la carta de The White Stripes durante el tráiler de lanzamiento, obvio.
Battlefield 1 tuvo un recibimiento excepcional y actualmente cuenta con un 88 en Metacritic. Es cierto que tuvo sus problemas: desde irregularidades técnicas, pasando por un sistema de armamento que no terminó de convencer, hasta un desbalance considerable de los Behemoths y algunos mapas que nunca se llegó a subsanar. No quiero entrar a repasar toda su historia. Zanjo por aquí una trama que todo fan recuerda perfectamente.
Recuerdo ser muy contradictorio con Battlefield 1. Me encantaba a niveles estratosféricos, pero al mismo tiempo dedicaba mucho tiempo (demasiado) a buscar cualquier motivo para criticarlo a muerte. Y lo triste es que ni siquiera recuerdo la mayoría de mis despotriques, pero sí recuerdo uno que me da especial vergüenza... por decirlo de algún modo.
Una de mis críticas más repetidas y (parcialmente) erróneas era sobre el diseño de los mapas. Siempre encontraba la excusa de sacar pegas. Era un puñetero disco rayado con Suez y Fortaleza de FAO. Estaba obcecado en que había demasiado campo abierto con pocas coberturas y que favorecía a los francotiradores. Y es cierto que hay explanadas, pero quizás debí dedicar más tiempo a mirar el mapa y menos a despotricar. Si pudiese viajar al pasado, estoy seguro de que me daría un buen guantazo de esos que pican durante horas.
No me reconozco con mi yo del pasado. He vuelto varias veces a Battlefield 1 a lo largo de los años (la más reciente fue hace relativamente poco) y cada vez he entendido menos la mayoría de mis críticas. La mayoría mapas son absurdamente geniales, la ambientación está muy conseguida y el gameplay se siente muy bien incluso en la actualidad. No tiene nada de que avergonzarse a nivel gráfico en 2024.
Echo la vista atrás y recuerdo con mucho cariño muchas partidas de Asalto, El Frente y Operaciones en mapas iniciales como Monte Grappa, La Herida de San Quintin, Amiens, El Bosque de Argone... Las batallas en los pasillos del Salón de Baile eran un caos maravilloso (una vez metí un tanque y no era raro ver gente a caballo) y la guerra nunca lució tan bonita como en Brecha, un mapeado cubierto por amapolas rojas.
También recuerdo con muchísimo cariño y terror el mapa Noche de Nivelle, un mapa nocturno en el que el fuego, las explosiones y el trazado de las balas eran los protagonistas de un espectáculo de luces que tengo grabado a fuego en mi memoria. No he vuelto a disfrutar tanto de un escenario nocturno. Y lo mejor es que más tarde llegaron más mapas geniales como Colinas de Verdú. Avanzar en los mapas rusos de In The Name of The Tsar era el verdadero infierno en la tierra.
Disfruté de bastantes armas: M1903 Springfield, M1911, Model 10-A, Mondragón, MP 18, ametralladora Lewis, la familia Gewehr... Y sí, también utilizaba el maldito gas de las narices. Incluso no tenían reparos en usar el infame Martini-Henry. Estoy seguro de que fue una de las armas más amadas y odiadas por todos los jugadores. Sufrió varios balanceos porque era una fuerza desmedida: compensaba su ausencia de cargador con un daño demencial. Pegaba muy fuerte. Era la definición de riesgo-recompensa.
¡Cómo olvidar los Behemoths! Son tres: Zeppelin L30, HMS Iron Duke (acorazado) y el Tren Blindado. Y hay que sumar las clases especiales, que van desde los pesados con ametralladoras y lanzallamas hasta un francotirador con un rifle de tirador que era el cazatanques personificado. Ni los aviones estaban a salvo de esa barbaridad.
Y para terminar, su modo campaña. Cinco historias geniales sin contar con prólogo y epílogo: Barro y Sangre, Amigos de Altos Vuelos, Avanti Savoia, El Mensajero y Nada Está Escrito. Siempre recordaré con muchísimo cariño estas historias porque tres de ellas (1ª, 3ª y 4ª) me hicieron llorar durante mi primera partida... y alguna que otra vez durante las veces que he vuelto a jugarla.
Battlefield 1 fue, es y siempre será un juegazo, pese a mi actitud en el pasado. Nunca podré quitarme la espinita de no haberlo disfrutado más. Lamento haber pasado tanto tiempo buscando excusas para estar a disgusto con la experiencia. Si pudiese viajar al pasado y revivir su lanzamiento, estoy seguro de que disfrutaría infinitamente más... incluso viendo muchas de las costuras que veo actualmente.
Pero va más allá de la nostalgia y mi descontento actual con la franquicia Battlefield. Battlefield 1 representa una lección aprendida que tengo presente en cada lanzamiento que me apasiona. Se reduce en una palabra: disfrutar. Si algo te gusta, no seas tonto y disfrútalo todo lo que puedas. Se puede ser crítico y gozar al mismo tiempo. Los errores se arreglan con las actualizaciones, pero en el MMORPG de la vida no hay rollbacks. ¡Cómo me apretaba ahora mismo un asalto en Argonne!
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