Dos años y medio después de remasterizar StarCraft, Blizzard insufla nueva vida a Warcraft III. O, más bien, lo vuelve a forjar: la saga de estrategia y fantasía a partes iguales busca trascender a la propia nostalgia, extendiendo un legado que ya acumula 17 años en activo.
Y, tras ponerlo a prueba, la primera conclusión a la que llegamos es que tanto el tiempo como la reforja en sí le han sentado de maravilla a un clásico diseñado para ser atemporal. Al menos, en la mayoría de sus aspectos.
Si bien las recientes actualizaciones de Warcraft III, así como su soberbia propuesta competitiva han mantenido al clásico y su expansión The Frozen Throne en el candelero, este remáster integrado (por fin) en Battle.net le dará una nueva oportunidad de brillar a un imprescindible que, pese a contar con un aspecto propio de su tiempo, en lo jugable se conserva de maravilla.
Warcraft III reforged es un caramelito tanto para aquellos que abandonaron su clan (y sus progresos) hace más de una década, como para quienes están dispuestos a demostrar su lealtad con la Alianza o la Horda más allá de WOW y, de paso, conocer una verdadera epopeya al estilo Blizzard.
¿Una propuesta sin fisuras? A través de la beta multijugador, y tras más victorias y derrotas de las necesarias para poner a prueba sus cuatro facciones, ha llegado el momento de hablar de las luces y las sombras de este regreso. De poner sobre la mesa los detalles más sutiles que merecen tenerse en cuenta y, sobre todo, dejarle un poco más claro al veterano y al nuevo jugador si esta puesta a punto es para ellos.
La mala noticia: de momento, habrá que esperar un poquito más de lo deseado para hablar de su campaña. Aunque no demasiado: el próximo 24 de enero, terminaremos de despejar todas las dudas sobre el regreso de Arthas, Thrall, Kel-Thuzad y Tyrand, reviviendo su inevitable colisión de destinos.
Las nuevas unidades y los edificios son una maravilla
Blizzard describe Warcraft III Reforged como un remáster, pero no se ha limitado a pulir el acabado de cada una de las unidades y darles dedos a sus manos: cuando haces zoom te das cuenta de que los modelos usados son una maravilla y que sus animaciones han sido generosamente actualizadas. Y, en el caso de construcciones concretas, sorprendernos con una reimaginación total.
Olvídate del aspecto de World of Warcraft, Blizzard lleva el nivel de detalle de cada unidad al siguiente nivel, emparejándolo con las alucinantes ilustraciones y el arte conceptual que Samwise Didier hizo para las tres primeras entregas de la saga de estrategia.
Hablemos sobre el contenido del propio juego
No esperes una quinta facción, ni nuevos héroes para reclutar en las tabernas, ni tampoco habilidades extra para las unidades existentes. En lo referente al contenido, Warcraft III Reforged incluye todo lo lanzado hasta la expansión The Frozen Throne. Eso sí, hay un nuevo balance para equilibrar las fuerzas.
En lo referente al multijugador online, Blizzard se ha concentrado en pulir lo que ya conocíamos. Y, a falta de conocer su campaña, no introducirá nuevos elementos al conjunto. Otra cosa es que, a través del Editor de Mundo le continúe cediendo la palabra a los fans.
Mismos héroes, diferentes aspectos
Warcraft III fue un sensacional giro de la saga hacia el RPG. Una combinación que se ejecutó con maestría, poniendo a los héroes como centro de la experiencia.
En ese aspecto, y hasta ahora, más allá de las campañas, los héroes que había en el multijugador de las versiones clásicas eran básicamente los mismos modelos con variaciones de color. Warcraft III Reforged dará un paso adelante.
La edición Reforgen hará que las unidades heróicas del online tengan un extra de carácter con aspectos y rasgos distintivos entre ellas. Es más, como bonificación de reserva, Blizzard ofrece los aspectos de Thrall, Cenarius, Arthas y Jaina para que lleguen al multijugador.
Lo bueno y lo interesante de partir desde cero
Se trata de una apreciación personal, claro. Pero el hecho de que la beta no incluya un sistema de clanes o el emparejamiento sea -aparentemente- arbitrario hace que haya jugado contra jugadores nuevos y veteranos que estaban muy por encima de mi nivel. Y eso hace que, incluso perdiendo, la experiencia esté siendo muy enriquecedora.
Una puesta a punto técnica que se palpa
Hasta ahora hemos hablado de lo que se incluye en el juego y el aspecto de las unidades, pero el verdadero elemento a tener en cuenta de Warcraft III Reforged va mucho más allá: partiendo de una versión mejorada del motor de juego sin límites en el uso de la memoria, ahora las partidas llenan los monitores modernos con una resolución flamante que hace que el resto luzca con nueva luz.
Las voces (y hasta donde se sabe sobre la unificación con WOW)
No te lo negaré: echo de menos las voces originales de Warcraft III y The Frozen Throne. Se trata de algo más relacionado con la nostalgia, claro, pero tras decenas de partidas me sigue costando acostumbrarme a las nuevas voces de los héroes y unidades de Reforged. Y, en ocasiones, a lo que dicen.
Si bien inicialmente se pensó unificar el lore de Warcraft III para estar en consonancia con World of Warcraft, lo cierto es que lo único que podemos sacar en común hasta ahora son detalles menores, como que nos No-Muertos dejen de referirse al Trono de Hielo para jurar por el Trono Helado.
La compra está hecha desde que se puso a la venta, y más todavía tras ponerlo a prueba, pero confieso que hubiera preferido conservar las voces originales a costa de que no cuajase con el MMPRPG. Lo cual no quita que, lógicamente, entienda que el juego también va dirigido a quien no lo ha jugado.
Que Warcraft III se integre en Battle.net son buenas noticias
17 años después, Warcraft III se encuentra integrado dentro del ecosistema de Blizzard. Y eso lo hace más interesante. De partida, porque ahora se prevé un seguimiento y un ritmo de actualizaciones mucho más prometedor para los jugadores.
Es lo que tiene avivar las llamas de Reign of Caos, a fin de cuentas, pero también por las ventajas propias de estar bajo el paraguas de la propia aplicación de Blizzard Battle.net y sus características.
Eso no quiere decir que vayamos a renunciar al contenido extra: el Editor del mundo sacará partido de la integración y las posibilidades del remáster. Es más, Blizzard asegura que las partidas personalizadas seguirán estando ahí, incluyendo las experiencias de tower defense, MOBA, ARPG, supervivencia y demás creadas por los propios jugadores.
La sensación de sentirse en como en casa desde la primera partida
De lejos, lo que más me ha gustado de Warcraft III Reforged es la sensación de que, más allá de su renovado aspecto, he retomado mis partidas con una naturalidad fascinante. Ese ojo que mira a ambos lados mientras encuentro rivales, el redoble de tambor, el vistazo de los mapas y arrancar de manera instintiva. Asombrándome por los cambios pero sintiéndome siempre cómodo.
Confieso que tuve que hacer algunos cambios y ajustes. Especialmente en lo referente a la sensibilidad del ratón. Sin embargo, no experimenté una fase de adaptación desde el clásico al remáster: para cuando me di cuenta estaba recurriendo a los accesos directos del teclado y estudiando mi siguiente paso como si llevara meses con el juego instalado. Y eso es una estupenda señal.
En lo referente a la búsqueda de partidas...
Dicho todo lo anterior, es necesario hacer un inciso importante. Mis comienzos con la beta no fueron satisfactorios. Ni mucho menos. El juego se cerraba, uno de los jugadores desaparecía en los cinco primeros segundos y provocaba una reacción en cadena entre sus aliados. Y sí, las búsquedas de partida a veces se hacen eternas.
La realidad es que Blizzard fue puliendo el conjunto conforme integró nuevas razas y elementos a la beta, llevando la experiencia a dónde debió estar siempre. Lo cual no quita que la dispersión del efecto BlizzCon y la no tan frecuente llegada de novedades sobre el proyecto desde los canales oficiales hiciese que la cantidad de jugadores fuese irregular, condicionando -lógicamente- encontrar partida. Especialmente cuando se trata de una beta cerrada.
Quiero pensar que, a fin de cuentas, se trata de una beta y para esto están: pulir la experiencia previa al lanzamiento. Es más, se esperaba que el juego llegase antes de cerrar 2019 y finalmente verá la luz en la nueva década. Pero las primeras tomas de contacto están ahí.
Haciendo un balance final, Warcraft III Reforged tiene todo lo necesario para seguir perpetuando una de las mejores sagas de estrategia en tiempo real de la historia, dándole un fuerte impulso técnico y visual y arropándolo en el ecosistema de Battle.net. Le tomaremos la palabra el próximo 24 de enero de 2020.