Apenas hemos superado el ecuador del 2023, pero ya hay argumentos suficientes como para calificar este año como uno de los más prolíficos de la historia de los videojuegos. La calidad de obras que hemos podido disfrutar hasta el momento rivaliza con la gran mayoría de años anteriores y algunos de los mejores títulos son Final Fantasy XVI y The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom.
Me encuentro completamente sumergido en los universos de fantasía de Square Enix y Nintendo, respectivamente, pero en ocasiones uno necesita oxigenar las neuronas. Siempre se recurre al FIFA de turno, al battle royale que lleva instalado eones en el disco duro o a algún clásico que nunca nos falla; es ahí donde me he topado con el refugio que necesitaba.
Las esperanzas que pueda tener en Skull & Bones, la gran apuesta de Ubisoft de cara al año que viene, se han evaporado, o mejor dicho, trasladado hacia Sid Meier's Pirates!. Una leyenda del género de estrategia creada por el genio Sid Meier al que he dedicado más de 40 horas en Steam, pero me resulta imposible contabilizar el tiempo que estuve frente a la pantalla en 2004.
Al abordaje
En una época en la que el dinero escaseaba en la cuenta corriente de un chaval de 10 años, la piratería aparecía en el horizonte de forma sorpresiva. No la buscaba de ninguna forma, ya que mis amigos se encargaban de ofrecerme algún juego pirata con el que descubrir nuevos terrenos. Uno de ellos fue la obra de PC, y que más tarde dio el salto a Xbox y PSP, que me entró por los ojos desde el primer momento.
Lanzado originalmente para la Commodore 64 en 1987, en este caso me encontré frente a un remake que he retomado 19 años después y que he vuelto a disfrutar como un crío. La trama nos sitúa en los años 1600, pudiendo escoger qué etapa de la piratería en el Caribe queremos abordar, pero en cualquier caso nuestro origen es el mismo. Somos un joven que pierde a su familia en su niñez y es despojado de todos los bienes y riquezas que se le garantizaban por herencia. Tras varios años sobreviviendo en las calles, es el momento de enrolarnos como pirata en alguna de las tripulaciones que gobiernan estas aguas.
Españoles, ingleses, holandeses y franceses son las cuatro naciones a escoger, si bien podemos optar posteriormente a no afiliarnos a ninguna bandera para navegar como auténticos bucaneros. Rememorando la historia, es normal que los principales puertos, y la mayoría de ellos, estén regentados por la armada española, la cual nos toparemos por casi todas partes. Pertenecen precisamente al reino español los dos villanos a los que debemos cazar.
El Barón Raymondo y el marqués Montalbán son objetivos clave si queremos descubrir el paradero de nuestros familiares, los cuales han vivido en cautiverio durante mucho tiempo. Sin embargo, las cinemáticas recuperando a la familia son la guinda de un pastel que se cocina a fuego lento. Barbados, Río de la Hacha, Martinique y St. Eustatius son algunos de los emplazamientos que podemos visitar y donde las actividades comienzan a fluir.
Influye... o atemoriza
Divididas dependiendo de su capacidad económica, todas las ciudades presentan características similares. Podemos acudir a un encuentro con el gobernador para que nos felicite y ascienda por nuestra buena labor contra las naciones que están en guerra, visitar la taberna para sumar unos cuantos bribones a la causa, recibir jugosos chivatazos o descubrir dónde se venden mejor las especias. El mercado nos nutre de liquidez gracias a la carga que hemos robado y el carpintero no solo arregla, sino que convierte nuestro navío en una máquina de combate imparable.
El mapa en 3D es fabuloso, pudiendo visualizar en todo momento la costa, el mar y los detalles necesarios para que sepas en todo momento que paso seguir. Sid Meier's Pirates! brilla en los momentos en los que decidimos asaltar un barco enemigo, pues la perspectiva se acerca mucho más para que vivamos la intensidad de la batalla. Podemos controlar el velero a nuestro antojo, disparar cañonazos, cambiar la carga que lanzamos y chocar de frente para batirnos en duelo.
Ahí es donde nos las veremos cara a cara con el capitán de la tripulación enemiga y resolveremos nuestras diferencias en un duelo con sable, estoque o una pistola si es que conseguimos comprarla. Aquí comienza un baile con choques de acero, esquives imposibles y lanzamientos de toda clase de objetos que hay por el suelo. Divertido, sencillo y con un final que suele ser rematadamente divertido.
Porque una de las señas de identidad de la obra es que sabe que el humor, que el toque desenfadado, es la verdadera bandera que ondea en su apuesta. El estilo visual animado de Sid Meier's Pirates! relaja la tensión, permitiendo que ver a Henry Morgan o Blackbeard salir volando por los aires tras golpearles un cargamento sea natural. Lo mismo sucede cuando descubrimos un tesoro escondido bajo una enorme X o decidimos aceptar el baile con la bella hija del gobernador.
A todo ello se suma una banda sonora muy reconocible, con efectos sonoros que se quedan completamente grabados en la cabeza, y que construyen tu propia leyenda en las aguas más mortíferas del mundo. Y es que la meta también consiste en convertirnos en un pirata de renombre derrocando a los más grandes de la profesión o ascendiendo en el escalafón militar de los diferentes países en base a nuestras conquistas. Una vez más, la elección es nuestra.
La misma aventura... ¿una y otra vez?
Hacía muchísimos años que no jugaba a Sid Meier's Pirates! y me lo he pasado fenomenal. Me ha permitido desenchufar el cable de la actualidad durante unas horas y con el incentivo de que ninguna partida es exactamente igual. Sí, las poblaciones se mantienen prácticamente iguales, pero soy yo el que debe tener claro qué clase de pirata quiero ser.
Unas veces me alio solo con españoles y franceses, en ocasiones quiero destruir y saquear ciudades para venderlas al mejor postor y en última instancia arraso sin piedad con todo lo que veo. La rejugabilidad es realmente alta y se nutre de multitud de minijuegos para que no pierdas el interés. Al duelo de espadas hay que sumarle los bailes con las pretendientas, todo un reto hasta para las manos más habilidosas, así como la búsqueda de cofres, la pura estrategia a lo Firaxis con los asaltos por tierra y el comercio que podemos gestionar.
La travesía por mar no es eterna, pues nuestro protagonista envejece progresivamente hasta morir y así conseguir un balance de lo que ha sido nuestro paso por la vida. Además, la tripulación llega un momento en el que se descontenta y quiere repartir el botín, por lo que hay que descansar varios meses en tierra firme hasta comenzar de nuevo el viaje. Según se suceden los años, el dominio de las naciones varía, por lo que el contexto socio-político no es el mismo. Y eso que no he mencionado las abadías, los puertos piratas y los indígenas que son extremadamente beligerantes.
No sé qué sucederá con Skull & Bones -ojalá le vaya fenomenal-, pero tengo claro que sea cual sea el destino del océano que está puliendo Ubisoft, siempre tendré un juego en el que sentirme como un maleante de lo más temido. Por cierto, podéis haceros con Sid Meier's Pirates! en Steam por 9,99 euros, que no se diga.
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