Análisis: 'Naruto: Clash of Ninja Revolution'

Antes de comenzar con este análisis, he de confesar que no soy seguidor de la serie 'Naruto' (mis años de afición al shōnen pasaron hace ya mucho tiempo, a vosotros también os pasará y... maldita sea, empiezo a hablar como mi padre). A pesar de ello, he jugado anteriormente a otros títulos basados en el manga de Masashi Kishimoto, y ahora ha llegado a mis manos este 'Naruto: Clash of Ninja Revolution'.

En un primer momento, esta versión remozada del 'Naruto: Clash of Ninja' publicado para GameCube en sus últimos meses de vida fue concebida como exclusiva para el mercado norteamericano, pero finalmente Nintendo se ha decidido a traerlo también a nuestro continente, publicándolo bajo la denominación 'European Version'. El título viene así a cubrir un sector (el de los juegos de lucha) que anda algo desatendido en el catálogo de Wii, al menos mientras esperamos a que nos llegue 'Super Smash Bros. Brawl'.

Como ya he dicho antes, no soy aficionado a la serie, por lo que mis percepciones sobre este título se basan únicamente en su cualidades como juego de luchas. Teniendo en cuenta que, en buena medida, el encanto de toda adaptación se fundamenta en despertar la pasión de sus aficionados, aquellos que sigáis 'Naruto' podéis aumentar un punto mis comentarios positivos. Y dejando los fanatismos a un lado, he de decir que me ha parecido un juego bastante divertido.

Una "revolución" de lo ya visto

Algo muy importante a tener en cuenta a la hora de empezar con este juego es que, como ya he comentado antes, se trata de una versión actualizada de un título que ya pudimos ver hace un tiempo en GameCube, por lo que aquellos que disfrutaran del original sólo le sacarán verdadero jugo a este 'Clash of Ninja Revolution' si son muy fanáticos de la serie.

Entre las principales novedades, como no podía ser de otra manera, destaca la adaptación al control de Wii, buscando dotar al título de más inmersión a base de sacudir los mandos por el aire. No obstante, no se ha cerrado la puerta a los jugadores más tradicionales, y también es posible disfrutar del juego con el pad de GameCube y el mando clásico de Wii, aunque con un pequeño inconveniente: no es posible interactuar durante los ataques especiales cuando jugamos con los controladores tradicionales, cosa que sí permite el wiimote.

Por tanto, la opción preferible para poder exprimir las partidas al máximo será la del wiimote con nunchunk, aunque podremos elegir ejecutar los ataques mediante movimientos o mediante botones. Por mi parte, al final he optado por jugar con el wiimote en el modo de atacar mediante los botones, pues permite más precisión a la hora de realizar los combos que las sacudidas del mando.

La otra gran novedad viene en la plantilla de luchadores, que crece para la ocasión hasta los 20 combatientes. El elenco ha sido adaptado para estar conformado por los personajes que protagonizan la serie tal y como se sigue actualmente en Europa, lo cual ha despertado las reticencias de quienes siguen el transcurso de la historia al ritmo de publicación en Japón. En este punto, será la situación de cada uno con respecto al manga la que determine si esto le es positivo o negativo.

Pero mirando al tema jugable, que es lo que a mí me importa, los luchadores están muy bien diferenciados unos de otros, dotando así al título de una variedad mucho mayor que la que puede verse en otras adaptaciones del mundo del manga, como la saga 'Budokai', donde los patrones de control se repiten hasta la saciedad entre luchadores distintos.

Gráficamente también se han incluido algunas mejoras con respecto a su inmediato predecesor, especialmente en el apartado de efectos visuales, pero en cualquier caso éstas no son lo suficientemente evidentes como para dar una sensación de verdadera evolución técnica entre un título y otro. Así pues, volvemos a encontrarnos con el mismo cel shading efectista y resultón.

Ágil y divertido

El sistema de juego busca, ante todo, ofrecer la máxima diversión y espectacularidad posible desde el primer momento, por lo que la realización de combos se fundamenta en el "machacabotoneo" más puro. La inclusión de obstáculos en el escenario busca aportar algo de profundidad al sistema, pero en esencia se trata de un juego que vive de la acción más directa posible.

En el terreno de los combates apenas encontramos novedades, y la opción más brillante vuelve a ser la de los enfrentamientos a cuatro bandas, ya sea todos contra todos o por equipos. Como punto en contra de esta modalidad tenemos un ligero descenso del framerate, algo que también se sufre en duelos clásicos cuando Naruto se multiplica. En cualquier caso, este hecho no llega a afectar a la jugabilidad.

Sí resultan novedosos y agradecibles los tres minijuegos incluidos, obviamente pensados para aprovechar las posibilidades del mando de Wii. El primero de ellos nos permitirá derribar dianas (con forma de personajes) apuntando sobre ellas y lanzando shurikens, el segundo nos obligará a estar muy atentos para descubrir cuál es el Naruto original tras una multiplicación, y el tercero nos hará sudar mucho para conseguir hacer el Rasengan más potente posible.

Un buen juego... si no lo conocías ya

Así pues, la conclusión es que este 'Naruto: Clash of Ninja Revolution' es un juego divertido hasta para quienes no somos aficionados a este manga, por lo que quienes sí lo sigáis disfrutaréis muchísimo con él... salvo que, como ya he repetido varias veces, hubieras profundizado mucho en títulos anteriores de la saga. En tal caso, las mejoras introducidas, a pesar de resultar muy positivas, difícilmente servirán para convencerte de que te hagas con él.

De haber incluido alguna novedad más determinante, como el juego online, sin duda que me animaría a recomendarlo a cualquiera de los presentes; pero como no ha sido así, me veo obligado a incluir la puntualización. Si vosotros estáis libres de ella, si no os habéis hecho con ningún 'Clash of Ninja' antes y tenéis ganas de Naruto, o simplemente de descargar adrenalina con un juego de luchas divertido, entonces merece la pena que le deis una oportunidad.