Si hace unos meses la neurobióloga Daphne Bavelier apuntaba los beneficios de los videojuegos a la hora de ejercitar nuestro cerebro, ahora un estudio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte apunta que, entre nuestros mayores, aquellos que juegan a videojuegos son más sociables y menos depresivos.
La muestra, que recogía datos de 140 personas en un grupo cuya edad media era de 77 años, dividía a los sujetos en tres grupos: usuarios habituales que jugaban a videojuegos como mínimo una vez a la semana, ocasionales que lo hacían menos de una vez y no jugadores.
Según apuntan los investigadores del estudio, aquellos usuarios que no jugaban de forma habitual u ocasional reflejaban mayores niveles de depresión, negatividad y aislamiento social que el resto. Sin embargo también destacan que, más allá de los posibles beneficios que pudiese comportar su afición a los videojuegos, esas mejoras en su estado de ánimo y socialización podrían verse relacionadas con la interacción con amigos y familiares derivada de su hobby.
El siguiente paso del estudio, según comenta su autor, el doctor Jason Allaire, es centrar sus investigaciones en la relación entre jugar a videojuegos y las mejoras de salud mental en ancianos.
Ancianos y videojuegos
Pese a ser una investigación positiva para la industria que en realidad se limita a apuntar lo que muchos científicos y médicos llevan años comentando (el ejemplo de Daphne Bavelier es el más reciente, pero no el único), me temo que la muestra recogida no es lo suficientemente grande para realizar una hipótesis plausible.
Ejemplos de ancianos que juegan a videojuegos tenemos muchos, aquí tenéis uno de ellos, y cada vez más clínicas y residencias se valen de máquinas como Wii (por facilidad de acceso y promotora de movilidad) para realizar ejercicios no sólo de ocio, también de rehabilitación. Algo habrá de cierto en todos estos estudios para que la comunidad científica esté tan interesada en sus posibilidades.
Vía | CNet
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