La pareja que han formado Batman y Robin a lo largo de los años es absolutamente icónica. Bruce Wayne siempre se ha enfrentado al crimen de Gotham junto a un joven compañero que no siempre ha sido encarnado por la misma persona. Mientras que Dick Grayson fue el primero en encarnar al personaje, las miradas furibundas se dirigieron hacia Jason Todd.
El segundo Robin no contentaba a los fans de Batman allá por 1988. Las comparaciones con Grayson resultaban desfavorables, pues en su primera aparición en Batman #357 se le atribuyó un origen extremadamente familiar, ya que prácticamente calcaba la historia sobre ser un acróbata de circo que perdía a sus padres por culpa del crimen. Prácticamente calcado a lo que le había sucedido a Grayson, aunque Crisis en Tierras Infinitas le dio una segunda oportunidad.
Max Allan Collins decidió que Todd y Batman se conocerían mientras el Caballero Oscuro arreglaba las ruedas del Batmovil en Batman #408. Un rebelde sin causa y un chaval criado en la dureza de la calle se convirtió en el trasfondo de Todd, pero aquello no sirvió para calmar las aguas entre la audiencia. Los lectores lo querían fuera y estaban dispuestos a decidir su futuro.
Cincuenta centavos por muerte
En aquella época había surgido la posibilidad de realizar encuestas por vía telefónica y DC quería poner a prueba la tecnología. El público podría votar para dirimir ciertas cuestiones, aunque debían de ser de gran calado, tal y como reconoció Denny O'Neil, editor de Batman:
"Sabíamos que existía la tecnología para sondear a nuestros lectores por teléfono y nos preguntamos si podíamos utilizarla; en efecto, ampliar nuestra política de hacer caso a las opiniones que los fans expresan en cartas y conversaciones en convenciones y tiendas de cómics. Si lo hacíamos, sería la primera vez, y no queríamos desperdiciarla en algo sin importancia: si las botas de Firestorm debían ser rojas o amarillas no sería una pregunta apropiada en este contexto, sobre todo porque, inevitablemente, cada voto por teléfono costaría cincuenta céntimos a quien llamara. Esto tenía que ser importante. De vida o muerte".
Con esa idea en mente se preparó el escenario en las viñetas entre Batman #426 a #429. Los eventos narran cómo Jason Todd se entera de que la mujer que lo crió no es su madre biológica, lo cual le genera la obligación de descubrir quién es realmente. Batman colabora en la tarea y terminan por encontrar a Sheyla Haywood en Etiopía, pero todo se tuerce de forma abrupta.
El mismísimo Joker se encuentra chantajeando a Sheyla y Jason corre a su encuentro para ayudarla, aunque lo hace en solitario contraviniendo el consejo de Batman. En un giro inesperado, su propia madre lo traiciona poniéndolo a disposición del desquiciado payaso, que no dudó ni un solo segundo en protagonizar una de las viñetas más famosas de la historia de DC.
El Joker se ensañó con Jason, hiriéndole prácticamente de muerte con una paliza ejecutada gracias a una palanca. No contento con ello, el archienemigo de Batman encerró a madre e hijo en un almacén junto a una bomba. A pesar de la traición vivida, Todd realizó un último esfuerzo por proteger a su madre de la explosión y tras ella apareció Batman para toparse con el desastre. Es a partir de ese momento cuando el caos se desató.
Las llamadas asesinas
Una última página de Batman #427 anunciaba que ahora era responsabilidad de los lectores decidir el futuro de Robin. "Robin morirá porque el Joker quiere venganza, pero puedes evitarlo con una llamada telefónica", rezaba el anuncio junto a dos números para llamar. Uno permitía sumar apoyos para Jason sobreviviese, mientras que el otro aportaba desprecio para acabar de una vez por todas con el personaje.
DC apenas ofreció 36 horas para votar y no fue una estratagema publicitaria. O'Neil reconoció que realmente tenía dos versiones ya escritas para Batman #428 y solo necesitaba conocer el resultado para publicar una u otra. 10.614 llamadas se produjeron en ese marco de tiempo, contabilizando 5.343 votos a favor de la muerte y 5.271 en contra. Es decir, estamos hablando de un margen tan pequeño como 72 votos de diferencia. Esa es la delgada línea que separó a Jason de la vida y la muerte.
Con la sentencia dictaminada, el siguiente número del murciélago de la noche llegó a las tiendas y el destino se plasmó. La viñeta de Batman sosteniendo a Robin también pasó a la historia para ilustrar la colección denominada como Una Muerte en la Familia. A pesar de que clama venganza por lo sucedido, Bruce Wayne no halla descanso al no tener claro si el Joker murió en una explosión posterior.
Nada ha vuelto a marcar de semejante forma al superhéroe como aquella muerte, la cual estuvo a la altura del crimen que acabó con la vida de sus padres. Tim Drake se convirtió en el tercer Robin y Jason Todd terminó regresando de entre los muertos -muy pocas muertes son eternas en los cómics-, aunque el eco de aquel acontecimiento hace 35 años todavía resuena en la iconografía de Batman.
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