Una de las decisiones más difíciles a la hora de conformar el UCM fue la elección de actores por parte de Marvel Studios. El casting obligaba escoger muy bien a los actores, pues debían implicarse en un enorme proyecto que duraría años. Chris Evans fue el elegido para el Capitán América, aunque costó mucho convencerle, y ahora hemos podido conocer lo complicado que fue el proceso para Chris Pratt.
La estrella de Guardianes de la Galaxia fue señalado por la directora de casting, Halley Finn, tras haber postulado como Steve Rogers unos años atrás. "Estaba tan emocionada, y fui a ver a James [Gunn], y él dijo: 'Chris Pratt, de ninguna manera, está completamente equivocado'", indica la responsable a Vanity Fair. El actor era reconocido por su papel en la serie Parks and Recreation, pero Finn estaba convencida de que ningún otro podría hacer de Star-Lord.
La directora logró convencer a Gunn de que permitiese a Pratt realizar una prueba para el papel, a pesar de que el actor tampoco tenía muy claro que fuese el adecuado. "Chris entró en la habitación, y tuvimos esta audición, y fue realmente mágico. En diez segundos, James se volvió y me miró y dijo: 'Es el tipo'", confiesa Finn.
La odisea física
Sin embargo, la verdadera pesadilla estaba a punto de comenzar. En su rol en la serie de la NBC, Pratt había engordado para que el personaje pareciese más descuidado y ahora el UCM le requería que se pusiese en forma. Marvel se puso en contacto con Duffy Gaver, el mismo entrenador personal que trabajó con Chris Hemsworth para Thor. "Recibí una llamada telefónica y querían saber si estaba disponible para entrenar a Chris Pratt. Dijeron que acababa de salir de su oficina y se enteró de que era el protagonista de su próxima franquicia", recuerda Gaver, el cual inmediatamente buscó a Pratt en Google y aceptó la propuesta.
Dos días más tarde, ambos ya estaban entrenando y Gaver reconoce que el compromiso en las sesiones de ejercicio se antojaba como un baremo importante a la hora de valorar si dar luz verde a un actor o no. A su vez, el nutricionista Philip Goglia apareció en la vida de Pratt y le indicó que debía comenzar a ingerir 4.000 calorías al día junto a una onza de agua (28,3495 gramos) por cada libra que pesase (453,592 gramos).
"Pasaba todo el día meando, todos los días. Esa parte fue una pesadilla", señala Pratt. A pesar del estricto programa que se le había marcado era realmente duro, en seis meses el intérprete consiguió esculpir su cuerpo hasta el punto de que en Parks and Recreation tuvieron que modificar una escena. El guion exigía su personaje se quitase la camisa, pero "nos dimos cuenta de que no podíamos hacerlo. Andy no es un tipo que tenga una forma humana perfectamente construida con abdominales marcados y bíceps gigantes", señaló el showrunner Michael Schur.
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