Es imposible que nos resistamos a una buena cantidad de cañonazos entre robots gigantescos y kaijus japoneses, mucho menos si Guillermo del Toro esta involucrado. Pacific Rim se ha convertido en una película muy querida por la comunidad de la ciencia ficción y la acción. El buen hacer del director mexicano con la cinta de 2013 ilusionó por lo que parecía ser el nacimiento de una nueva franquicia, pero el sueño se quebró.
La segunda parte no llegó a conquistar de la misma forma que la primera. Para muchos, el problema residía en Steven S. DeKnight fue el encargado de dirigir el proyecto, ya sin del Toro involucrado en la producción. Ahora, durante una charla con Collider para celebrar los 10 años del estreno de la primera película, el cineasta ha desvelado el verdadero motivo por el que no se encargó de la secuela.
"Nos estábamos preparando para hacerlo, era diferente de la primera, pero continuaba muchas de las cosas de las que intentaba hablar. Entonces lo que pasó fue -quiero decir, la vida es una locura, ¿verdad?- que tenían que pagar un depósito por los estudios a las cinco de la tarde o perderíamos los de Toronto durante meses. Así que dije 'No os olvidéis de que vamos a perder los estudios', llegaron las cinco y los perdimos. Dijeron, 'Bueno, podemos rodar en China'. Y yo les respondí, '¿A qué te refieres con "nosotros"? Tengo que ir a rodar La forma del agua"
Así es, tal cual lo léeis. No es que Guillermo del Toro no quisiese hacer Pacific Rim: Insurrección ni estuviese en desacuerdo sobre cómo encarar la cinta, sino que todo se debió a la irresponsabilidad de un productor que se olvidó de pagar por utilizar unos estudios. Está claro que al director le ha dolido no poder dirigir la obra, ya que ha reconocido que todavía no la ha visto.
"No vi la película final porque es como ver una película casera de tu ex-mujer. Es horrible si es buena y peor si es mala, o viceversa. No quieres saberlo. Así que no la he visto. Leí el guion final y era muy diferente. Algunos de los elementos eran iguales pero muy distintos".
Lo cierto es que al menos La forma del agua fue uno de los grandes trabajos de Guillermo del Toro, pues se llevó los Oscar a mejor película, mejor director, mejor banda sonora y mejor diseño de producción.
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