Cuando la primera cinta de John Wick llegó a las salas de cine en 2014, pocos podían imaginar que aquella franquicia se convertiría en un titán del género de acción. Chad Stahelski como director y David Leitch como productor dieron forma al guión creado por Derek Kolstad en el que las muertes en pantalla son constantes.
La mayoría de ellas son ejecutadas por el personaje al que da vida el mítico Keanu Reeves y todo por que unos hombres entran en su casa, le roban el Ford Mustang y, para colmo, asesinan a su perro, el cual representaba el último regalo de su esposa fallecida. Semejante desbarajuste en su vida provocó que el asesino profesional fuese a ajustar cuentas con los responsables.
A pesar de que se trata de un evento absolutamente canónico para comprender el origen y las motivaciones de Wick, lo cierto es que los inversores de la cinta no estaban nada seguros de que fuese la mejor idea acabar con la existencia del cachorro. Así lo han relatado Leitch y Stahelski a Business Insider:
Leitch: Nos dijeron: 'Es mala suerte', 'Es mal de ojo', 'Es como Old Yeller, ¡no puedes hacer esto!,' 'Nadie querrá ver esto en la pantalla, vas a alienar a la audiencia'. Y yo pensaba: 'Vamos a ejecutar a gente a quemarropa; matar al perro es una cosa, pero ¿qué pasa con la brutal masacre de todos estos seres humanos? ¿Serán capaces de aceptarlo?'
No entendían que estábamos haciendo una película de género. Somos fans del género hasta la médula, y sabemos que esos momentos duros son los que hacen que los momentos sean memorables.
Stahelski: Dave y yo estábamos muy sincronizados en cómo íbamos a filmar la escena. Íbamos a usar un lente especial; John recibe un golpe fuerte en la cabeza, así que todo sería como en un sueño; la muerte del perro ocurre fuera de cámara, y lo único que verás en el desenlace es un rastro de sangre que hace parecer que el cachorro intentó arrastrarse hacia él.
Así que, ese día, Keanu estaba actuando con un perro de peluche. Llorando. Todo golpeado. Se veía terrible en sus pijamas. Todos detrás de los monitores seguramente pensaban: 'De acuerdo, esta es la peor idea; estos directores primerizos están acabados'. Durante las siguientes semanas, nos sugirieron que filmáramos un final alternativo en el que se revelara que el cachorro en realidad no estaba muerto. Pero Keanu nos defendió. Y Basil [Iwanyk] defendió la idea ante los inversores, y al final, simplemente sintieron: 'Al diablo, veamos qué pueden hacer estos chicos'.
¿Cómo hubiese sido el detonante de que Wick se alzase en pos de guerra? Quizás el robo del coche no parece suficiente motivo para ello, pero desde luego llama la atención que una pura cuestión de superstición provocase el rechazo de los inversores. No fue la única decisión por la que hubo que pelear, ya que Stahelski también desveló que hubo quien presionó para que Reeves no llevase barba durante el rodaje.
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