Algunas personas son muy manitánicas a la hora de ordenar cosas. En cuanto ven que algo no está colocado correctamente o si hay varias cosas en una superficie sin un orden establecido, no pueden evitar situarlas de una forma determinada. Si todo esto os resulta muy familiar o si os sentís muy identificados con estas situaciones, entonces es muy probable que el videojuego A Little to the Left sea justo lo que estáis buscando.
Estos días, teniendo en cuenta que se avecina una época bien repleta de conferencias, anuncios y de mucho trabajo, estaba buscando algún título que me puede ofrecer una experiencia más relajada y tranquila. Algo que simplemente me mantuviese entretenido un rato con una propuesta sin demasiadas pretensiones y eso mismo es lo que ofrece este espléndido indie desarrollado por el estudio Max Inferno.
Los que os animéis a darle una oportunidad, lo podéis encontrar en el catálogo de Xbox Game Pass, así que solo necesitaréis estar apuntados al servicio de Microsoft para descargarlo y jugar en Xbox One, Xbox Series X/S, en PC y también desde los dispositivos móviles con Xbox Cloud Gaming, por lo que lo tenéis disponible en todas las plataformas para que podáis disfrutar de este juego en vuestra casa o en cualquier otro lugar si lo hacéis desde un dispositivo móvil.
A lo largo de las decenas de niveles que hay que superar no se sigue todo el rato el mismo ejemplo. En algunos te encuentras una serie de libros que hay que colocarlos por colores o por tamaños, también una bandeja con espacios en los que tienes que poner cubiertos o utensilios, unos botes que tienen que ir por orden de tipos, etc. Lo mejor es que no son fases exactamente idénticas, lo que sirve para que te estén planteando constantemente nuevos retos.
En cuanto empecé a superar las primeras fases daba la impresión de que el juego iba a ser demasiado fácil y que tampoco iba a plantear algún desafío exigente. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, porque los niveles algo más enrevesados no tardan en empezar a salir a escena y a obligarte a estrujarte el coco para dar con la solución correcta.
Lo mejor es que no siempre hay una única forma de seguir adelante. En la mayoría de ellos sí, lo que se ve reflejado cuando el juego te hace entrega de una estrella para otorgar una sensación de satisfacción de haber cumplido con el objetivo. No obstante, en otros tantos se pueden desbloquear dos o tres estrellas, lo que es sinónimo de que puedes colocar los elementos de la pantalla de otra forma.
Además, todos ellos son muy coloridos, de los que visualmente te atrapan. Quizás puedan resultar un tanto simples, pero eso no quita que logren transmitir un gran encanto. En cualquier caso, en algunas fases no negaré que por muchas vueltas que le he dado a la cabeza no me terminaba de quedar claro qué había que hacer porque la solución que se buscaba era un poco extraña.
Por lo tanto, en ocasiones es un poco prueba de ensayo y error para dar con la solución verdadera, pero te quedas muy a gusto cuando ves que has completado la fase. Al menos, el propio juego te ayuda con sonidos cuando has puesto algo en el lugar correcto y también con otro tipo de ayudas visuales, como que los artículos no se quedan bien posicionados si no los has colocado en el lugar que les corresponde.
De todos modos, otro detalle que me ha parecido magnífico es que, si te quedas atascado, siempre puedes consultar una pista o solicitar un salto de fase, para que así no te quedes atrapado. Naturalmente, no es la mejor de las ideas, pero sí que resulta en algunos momentos muy necesario para no frustrarse, por lo que lo suyo es intentarlo y si no hay forma de saber qué hacer, se puede dejar el puzle para más adelante sin ningún problema,
Y si todo esto no es suficiente, directamente se puede echar un vistazo a la solución. Esto no me ha agradado tanto, porque es demasiado fácil recurrir a este método en cuanto un nivel se vuelva algo más complejo de lo habitual. Aun así, A Little to the Left no dura demasiada cantidad de horas, pero sí que es verdad que mientras estaba a los mandos el tiempo se me ha pasado volando y he disfrutado mucho colocando los objetos de múltiples formas, según el requisito, para que todo quedase precioso y muy bien ordenado.
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