Al hablar del apartado multijugador de los videojuegos habrá quienes prefieran una modalidad competitiva para verse las caras contra otras personas y aspirar a ser el mejor de todos. No obstante, pese a que también me lo paso bien compitiendo contra otros jugadores, me gusta más pasar el rato cooperando con amigos, sobre todo si son juegos desarrollados plenamente en esta dirección.
La saga We Were Here es uno de los mejores ejemplos de ello, porque con cada capítulo nuevo he podido disfrutar de una sobresaliente aventura en la que dos personas deben ayudarse mutuamente sin parar para superar cualquier adversidad. Con el recién lanzado We Were Here Expeditions: The FriendShip no ha sido una excepción y además es de los títulos que mejor me lo han hecho pasar por su multijugador.
Una experiencia memorable
Al igual que pasa en juegos como It Takes Two o A Way Out, para poder jugar a esta entrega de la serie se necesitan dos personas obligatoriamente, ya que su multijugador cooperativo es la pieza clave de esta aventura. Eso sí, tiene que ser online, porque precisamente la gracia de esta propuesta es que no veas a la otra persona prácticamente en ningún momento y tampoco lo que hace.
Si venís de jugar a otros We Were Here esta situación no os pillará de nuevas, pero es algo a destacar para los que seáis unos recién llegados, porque la comunicación y el trabajo en equipo es determinante para progresar. Sin embargo, a diferencia de sus predecesores este viaje es bastante más corto, porque en apenas un par de horas, tres como muchísimo, lo podéis completar de sobra.
Lo cierto es que yo le comenté a un amigo de jugar sin tener claro ninguno de los dos que nos íbamos a encontrar esta vez o si iba a ser más o menos largo, etc. Por eso mismo me pilló un poco por sorpresa cuando de repente llegamos al final y nos lo pasamos, porque pensaba que iba a durar algo más, pero al menos he de reconocer que me dejó un sabor de boca tan grande y tan satisfactorio que no veía necesario ampliarlo más de la cuenta.
Es una de esas experiencias que te puedes juntar una tarde para pasar un rato bastante divertido, con risas y poniendo a prueba el poder de la amistad y la confianza, porque hay alguna que otra prueba a completar durante esta expedición que requerirá fiarte de la otra persona, siendo precisamente la que más me gustó de todas.
Un misterioso parque de atracciones con puzles de lo más interactivos
La pareja de personajes que hay que controlar se adentran en un misterioso lugar con el fin de acudir a una llamada de socorro, pero al llegar allí lo único con lo que se encuentran es con un parque de atracciones un tanto extraño y que parece totalmente abandonado. Esto último es efectivamente así porque en ningún momento aparece nadie más aparte de nuestro compañero de viaje. Todo serán elementos del entorno y de las propias atracciones.
A partir de ahí es cuando comienza lo bueno de verdad, porque los dos jugadores deberán de comunicarse con la ayuda de un walkie-talkie, cuyo uso he de decir que nos acabó pareciendo bastante molesto a mi amigo y a mi. Básicamente porque cuando uno habla el otro escucha todo lo que le dice a no ser que intentes decir algo también, lo que hará que su sonido se corte y dejes de escucharle por completo.
Está claro que para meterse en la situación resulta muy útil, con pilotito que se ilumina para saber cuándo te están hablando, pero no voy a negar que rápidamente nos acabamos cansando de este detalle y al final terminamos hablando por Discord para así no pisarnos ni tener ese inconveniente. En cualquier caso, durante la aventura tienes que superar varias atracciones muy distintas entre ellas con sus propios puzles.
Como señalaba anteriormente, el reto de este juego consiste en que en cada atracción la zona se divide en dos, con un camino propio para cada jugador. De ahí viene lo de que nunca ves lo mismo que la otra persona y requiere una comunicación constante para que cada uno comente lo que está presenciando y así resolver en conjunto las diferentes pruebas.
De primeras lo normal es acabar fallando o hacerlo medianamente regular al no tener ni idea de en qué consiste bien las atracciones, pero por suerte los intentos son ilimitados. De hecho, cuanto mejor se haga, mejor será la puntuación que se obtendrá para obtener una recompensa muy especial, sobre la que no os voy a revelar de cuál se trata, pero nosotros nos picamos y fuimos a por todas, llevándonos el premio gordo en cada puzle.
La verdad es que la dificultad no es que sea muy elevada, pero sí que requiere una buena comunicación por ambas partes para triunfar, ya que de lo contrario acabaría siendo un completo fracaso cada intento. Tampoco quiero entrar en detalles sobre el objetivo de cada una, porque no son muy numerosas, no deja de ser una experiencia que es mejor descubrir por uno mismo y aparte prefiero no dar ninguna indicación sobre posibles soluciones.
Solo voy a comentar una en concreto, la que decía antes que fue la que más me gustó, porque en cierto momento la otra persona tiene que ejercer de tus ojos y guiarte para ciertas acciones, así que es comprensible que este juego esté tan enfocado a la amistad, porque la confianza debe de ser plena para ganar. Nuestra próxima parada serán los títulos anteriores, porque al menos en mi caso solo he jugado a We Were Here Too y ahora me he quedado con ganas de probarlos todos.
Os recomiendo encarecidamente que probéis We Were Here Expeditions: The FriendShip, sobre todo antes del 13 de octubre, sin importar si es en PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series o en PC al contar con la función crossplay, porque hasta entonces lo podréis descargar gratis y os lo quedaréis para siempre. De lo contrario os tocará pagar 3,99 euros, que sinceramente, para el tipo de juego que es y por el entretenimiento que ofrece, es una ganga.
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