En el mundo de los videojuegos hay míticas parejas de personajes a las que resulta difícil imaginárselas por separado después de todos los videojuegos que han protagonizado juntos. Sin duda uno de los mejores ejemplos lo tenemos en Banjo-Kazooie, los simpáticos animales que los vimos por primera vez hace 24 años y desde entonces no son especialmente pocos los que se siguen acordando de ellos a pesar del tiempo que ha pasado.
Su primera aparición fue en Nintendo 64, pero no ha sido la única plataforma por la que han pasado. A lo largo de casi un cuarto de siglo han visitado otras consolas y son muchos aficionados los que piden su vuelta con una nueva aventura, así que hoy nos toca preguntarnos ¿qué fue de Banjo-Kazooie?
Unos personajes que conocieron el triunfo en Nintendo 64
En la época de los 64 bits asistimos al lanzamiento de juegazos de la talla de Super Mario 64, al que le acompañó unos meses después el de Diddy Kong Racing. Este último se trataba de un juego de carreras desarrollado por Rare en el que el principal protagonista era Diddy Kong, de la serie Donkey Kong Country. El resto de personajes eran desconocidos por todos y no había ninguna cara familiar o al menos en ese momento de la historia.
La cuestión es que uno de los que se podía escoger era el mismísimo Banjo, de manera que esta fue su primera aparición en el mundo de los videojuegos. No fue hasta un año después que Rare se animó a darle un mayor protagonismo en exclusiva con su propia aventura que parecía que se había fijado en la última de Mario por la estructura de sus mundos y su jugabilidad, ya que aquí en lugar de recolectar estrellas para avanzar por los diferentes mundos había que buscar piezas de puzle.
Pero si había algo que destacó en este juego fue el hecho de que Banjo no estaba solo. El simpático oso estaba acompañado por Kazooie, un ave que estaba dentro de su mochila dispuesta a echar una mano a nuestro protagonista y a la que únicamente controlábamos con ciertas habilidades, por lo que todo el peso recaía en Banjo. En cualquier caso, ambos tenían el objetivo de recorrer una serie de mundos no lineales para rescatar a la hermana pequeña de nuestro peludo héroe.
El hecho de mencionar a Super Mario 64 previamente se debe a que Rare puso el punto de mira en este juego y tuvo claro que iba a suponer el estándar de las aventuras en 3D. El escenario principal era la torre de la malvada bruja Gruntilda y a base de recolectar piezas de puzle teníamos acceso a mundos de todo tipo, como una playa, una cueva, una montaña helada, un puerto, un desierto y muchos más. Cada uno presentaba sus propios desafíos que requerían que sacáramos a relucir nuestro ingenio.
Más que nada porque Banjo y Kazooie iban desbloqueando habilidades sobre la marcha que nos permitían acceder a más piezas de puzle y otros coleccionables que no se podían conseguir de otra forma. Aun así, había algunas piezas que estaban bien escondidas o que requerían resolver acertijos para dar con ellas. Así a lo largo de un buen puñado de horas de lo más entretenidas que lograron que este juego fuese uno de los más destacados de todo el catálogo de Nintendo 64.
De hecho, para Rare era un proyecto tan ambicioso que originalmente planeaba incluir más mundos todavía, pero la falta de tiempo provocó que algunos de ellos, así como ciertas funciones, se tuviesen que dejar de lado. No obstante, no se tiraron a la basura en ningún momento, porque fue gracias a ello que unos años más tarde se desarrolló una secuela directa llamada Banjo-Tooie, con una jugabilidad y unas mecánicas muy similares, aunque presentaba ciertas novedades.
Tal vez el hecho de que su dificultad era considerablemente más elevada o que los puzles eran más enrevesados causó que su recepción no estuviese a la altura de la del título original. Para la ocasión también se añadieron nuevos personajes, más habilidades, combates contra jefes finales y hasta en algunos momentos era posible controlar a Banjo y a Kazooie por separado. Fue a partir de aquí cuando la saga comenzó a sufrir una serie de altibajos.
Tratando de repetir el éxito con otra serie de propuestas diferentes
Como hemos indicado anteriormente la franquicia dio el salto a varias plataformas tras su paso por Nintendo 64. Lo curioso es que el siguiente título que se creó en 2003 fue una precuela de Banjo-Tooie, ya que los acontecimientos tenían lugar dos meses del primer Banjo-Kazooie. El juego en cuestión se trataba de Banjo-Kazooie: Grunty's Revenge para Game Boy Advance.
Como la portátil de Nintendo no era capaz de reproducir videojuegos en 3D de la misma calidad se optó por una aventura con una perspectiva desde arriba y la finalidad era un poco la misma: recolectar objetos y piezas de puzles a lo largo de varios escenarios en los que se podían ir obteniendo nuevas habilidades indispensables para avanzar y frustrar los planes de la bruja Gruntilda.
A pesar de todo, no logró transmitir las mismas sensaciones en comparación con las entregas de N64. Y no fue el único que se llegó a publicar en GBA, porque un par de años más tarde se publicó Banjo-Pilot, una especie de spin-off en el que los personajes participaban en carreras de altos vuelos, con un sistema muy similar al de Diddy Kong Racing. Es más, en principio se iba a tratar de una secuela de este, pero la compra de Rare por parte de Microsoft supuso que se descartara utilizar cualquier personaje que fuese propiedad de Nintendo.
Fue entonces cuando la saga se despidió por completo de las consolas de la gran N y dio el salto a Xbox 360 con Banjo-Kazooie: Baches y Cachivaches, el último juego de estos personajes que se llegó a desarrollar con unos acontecimientos que tenían lugar ocho años después de los sucesos de Banjo-Tooie. A pesar de tratarse de una aventura en 3D como las originales, la jugabilidad se vio alterada considerablemente, porque aquí la pareja de protagonistas no podía emplear sus característicos movimientos.
En su lugar estas habilidades fueron sustituidas por vehículos, siendo estos la mecánica principal al tener que reunir piezas y juntarlas para crear, editar o pintar toda clase de coches necesarios para avanzar por los escenarios. Un cambio que tal vez resultó un tanto drástico, pero lo que sin duda fue una auténtica pena es el hecho de que desde entonces esta pareja de animales no ha vuelto a protagonizar ningún videojuego más.
Desde entonces han pasado 14 años y lo único que hemos visto ha sido nuevas versiones de Banjo-Kazooie y Banjo-Tooie para recopilatorios como el de Rare Replay o también relanzamientos para Nintendo Switch Online.
Cayendo al olvido salvo por alguna aparición puntual
Sin duda es una verdadera lástima que los inicios de la saga Banjo-Kazooie fuesen tan impresionantes y desde entonces cayese en picado, como dando la impresión de que Rare no supiese muy bien qué hacer con ella. Tal vez sea por eso que no se ha vuelto a desarrollar ningún videojuego más, pero en absoluto no ha sido porque la gente no se acuerde de estos entrañables personajes. Solo hay que rememorar su anuncio como luchadores en Super Smash Bros. Ultimate y cómo fue recibido por todo lo alto.
Está claro que no es para menos porque cualquiera que creciese en la época de Nintendo 64 se acuerda perfectamente de estos personajes, de ahí que se mantenga el deseo de que Rare se anime a desarrollar algún día una nueva aventura en 3D sin experimentos raros o propuestas que escapen de lo que conocemos. Sobre todo porque ya hemos visto que es una fórmula que funciona y que sigue dando buenos resultados, dado que la mejor prueba la tenemos en sus sucesores espirituales Yooka-Laylee o A Hat in Time.
Hasta hemos visto a un grupo de aficionados imaginándose cómo sería un hipotético Banjo-Threeie, mientras que el compositor original de su banda sonora, Grant Kirkhope, quiso acordarse de estas obras al presentar un álbum musical con nuevas versiones. Todo depende de Rare o Microsoft el querer darle una nueva oportunidad a estos personajes que es una auténtica lástima que hayan caído en el olvido para ambas compañías. Por desgracia, su futuro no tiene pinta de que vaya a cambiar a corto plazo…
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