Hay numerosos aspectos que tienen en común The Legend of Zelda: Breath of the Wild y The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, sobre todo el hecho de que el mundo en el que transcurren todos los acontecimientos es el mismo, aunque con cambios en numerosas zonas, pero en esencia la secuela nos vuelve a meter de lleno en Hyrule para visitarlo y recorrerlo con total libertad.
Aun así, una de las mayores incógnitas que ha permanecido en el aire en torno a esta segunda parte es la de saber qué ha pasado con las Bestias Divinas. Estas gigantescas construcciones mecánicas jugaron un papel fundamental en el título original al ser necesarias para derrotar a Ganon, pero por algún motivo se eliminaron por completo en esta continuación sin dejar ni rastro de ellas.
Pues bien, ha sido Hidemaro Fujibayashi, su director, quien ha salido a escena para ofrecer una explicación en una entrevista con The Telegraph, la misma en la que ha revelado una gran curiosidad acerca de los cucos. Sin embargo, el motivo que ha ofrecido para su desaparición no termina de ser muy convincente, ya que simplemente se ha limitado a decir que dejaron de existir porque ya habían cumplido con su papel.
Desaparecieron después de que Ganon el Cataclismo fuese derrotado. Toda la gente de Hyrule fue testigo de esto, pero no hay nadie que sepa el mecanismo o la razón de por qué desaparecieron, y se considera un misterio. Se cree que desde que desapareció Ganon el Cataclismo, ellas también desaparecieron porque habían cumplido con su papel.
La gente simplemente ha asumido que la razón detrás de su desaparición probablemente esté relacionada con la antigua tecnología Sheikah y no parece que haya habido alguien que haya intentado explorar este asunto en profundidad. Las principales civilizaciones de Breath of the Wild y Tears of the Kingdom son completamente diferentes, así que pensamos en el juego basándonos en conceptos que coincidiesen con cada una de estas civilizaciones.
Por desgracia, la explicación no es demasiado profunda y tampoco es que tenga que ver mucho con la trama detrás de estos juegos, pero al ser una razón que ha dado el propio director de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom no queda otra que conformarse y aceptar el hecho de que simplemente ya no están por arte de magia.
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