Los 90 siempre será recordada como la época más gloriosa que vivieron las aventuras gráficas, porque durante esos años se llegaron a publicar juegos tan imprescindibles como Grim Fandango, Hollywood Monsters, Indiana Jones and the Fate of Atlantis, Monkey Island y por supuesto no podemos olvidarnos del espléndido Day of the Tentacle.
Conocido también por su nombre en castellano, es decir, Día del Tentáculo, es la continuación de Maniac Mansion y para muchos una de las mejores aventuras gráficas que se han desarrollado en toda la historia. El título original fue publicado en 1993 por LucasArts y 23 años más tarde este gran clásico de culto volvió a la vida en forma de remasterización con Day of the Tentacle Remastered.
No importa si lo jugasteis en su momento o si es la primera vez que le daríais una oportunidad, porque gracias a la suscripción a Xbox Game Pass lo podréis descargar en vuestra Xbox One, Xbox Series X/S o también en PC. Una buena forma de que podáis comprobar de primera mano el potencial de este juego que presume de una nota media de un 86 en Metacritic.
En esta aventura gráfica el protagonismo recae en un grupo de tres amigos: Bernard, un empollón y que ejerce de líder del equipo; Hoagie, un rockero un tanto peculiar; y Laverne, una chica un tanto alocada. Todos ellos acudirán al laboratorio del Dr. Fred en la misma mansión en la que tuvo lugar el primer título de la saga, ya que su objetivo será el de viajar al pasado.
El motivo se debe a que el malvado Tentáculo Púrpura ha bebido de un residuo radioactivo un tanto venenoso que ha provocado una mutación en su cuerpo para que surjan unos brazos de él, lo que parece ser suficiente para que ahora decida conquistar el mundo. Por eso mismo, habrá que viajar justo al día interior para evitar que tenga lugar este acontecimiento.
Sin embargo, las letrinas en forma de máquinas del tiempo que utilizan para ello sufren una catástrofe. Para desgracia de nuestros carismáticos personajes, Hoagie viaja 200 años al pasado, en una época en la que estaba presente el mismísimo George Washington, mientras que Laverne va a parar 200 años al futuro en un momento en el que los Tentáculos Morados se han salido con la suya y el mundo distópico ha pasado a ser suyo. Por su parte, Bernard se mantendrá en el presente.
A partir de ahí es cuando arrancará de verdad esta disparatada aventura tan divertida y con unos diálogos que desprenden un humor muy inteligente, sobre todo por las situaciones tan alocadas en las que se verán envueltos cada uno de ellos para reunirse. Para ello podrán utilizar las letrinas para enviarse objetos unos a otros, sin importar la cantidad de años que les separan.
No cabe duda de que esta es una de las mecánicas principales del juego, como es la de interactuar con el propio entorno, porque esto también pasará factura a la línea temporal. De esta manera, algo que ocurra en el pasado afectará al presente y al futuro. Todo ello son detalles a tener en cuenta para resolver algunos de los numerosos y enrevesados que van surgiendo, aunque sobre todos ellos hay que reconocer también que son muy originales. En general la dificultad está muy bien equilibrada para que resulte tan entretenido de principio a fin.
Básicamente la jugabilidad consiste en recolectar objetos, combinarlos entre ellos y utilizarlos con personajes o elementos del entorno, aunque otro detalle que hace tan especial a esta aventura es su apartado artístico tan colorido que parece enteramente que estamos frente a una película de dibujos animados. Por su parte, la banda sonora no es que tenga una especial relevancia, pero se agradece que todos los diálogos estén doblados, en inglés eso sí, con subtítulos en castellano.
Aun así, los que quieran recordar viejos tiempos siempre pueden optar por cambiar los gráficos y el sonido por los originales con tan solo tocar un botón, lo que sirve de paso para observar mejor los cambios que se han realizado. Ahora todo luce más nítido, con unas animaciones más fluidas y manteniendo en todo momento el encanto y la esencia que hizo tan especial al título original, de ahí que la remasterización sea tan excepcional.
Entre otros cambios, en su versión para consolas la interfaz no es tan invasiva y los menús son más intuitivos, pudiendo acceder a todas estas opciones fácilmente aunque juguéis con un mando. De todos modos, si alguno de los puzzles se os atraganta, se ha facilitado una opción de que resalten los objetos importantes de alrededor para así tener más claro que se debe hacer algo con ellos.
Por lo demás, para hacer esta remasterización más redonda todavía, se ha incluido una galería de imágenes con ilustraciones y bocetos, pero lo más especial de todo son los comentarios del gran Tim Schafer y el resto de su equipo, para que así vayan comentando aspectos de la aventura a medida que vamos jugando. Una forma estupenda de conocer mejor el trasfondo de Day of the Tentacle y las curiosidades de por qué, después de 30 años, sigue siendo tan recordado.
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