'Uncharted 2: El reino de los Ladrones'. Análisis

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Un amiguete me dijo una vez que ‘Uncharted’ era como la tortilla de patatas perfecta. Una comida poco innovadora en sí misma pero tan bien realizada y sabrosa que se disparaba a lo alto de nuestra escala de comidas favoritas. Las deconstrucciones alimenticias, los platos exóticos y demás zarandajas quedaban enterrados por una simple y deliciosa tortilla de patatas. Claro que ese amiguete sabe un montón de videojuegos y, como otras tantas veces, tenía razón.

El reto estaba claro, ¿se puede superar a la tortilla de patatas perfecta?. Sí, se puede. Sabiendo elegir mejor la calidad de los ingredientes que la forman y profundizando en la cantidad de aderezos que pueden acompañarla. ‘Uncharted 2: El reino de los Ladrones’ es, de nuevo, la cuadratura de una tortilla de patatas circular. Bienvenidos al análisis del mejor juego exclusivo de PlayStation 3.

Antes de empezar a desgranar el título os aviso, he decidido dejar en un segundo plano a su excelente multiplayer. Sí, lo tiene y funciona a las mil maravillas, es divertido, fluído y con dosis brutales de acción pero es que ‘Uncharted 2’ no va de eso. El juego en sí está concebido como un viaje de ida que se disfruta a base de bien. Este análisis va centrado al principal objetivo de la última aventura de Nathan Drake, divertir y hacernos protagonizar una película.

Los videojuegos se encuentran con Hollywood.

Hablar de ‘Uncharted’ es hablar de la fusión perfecta entre cine y videojuego. Un título que está tratado igual que una película, con una cinematografía exquisita y un guión que bien podría firmar cualquier guionista fichado para continuar la saga de ‘Indiana Jones’. En efecto, hablamos de un juego triple A que eleva las cotas de calidad visual y jugabilidad hasta unos límites que pocos podrán alcanzar.

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Por que jugar a ‘Uncharted 2: El Reino de los ladrones’ es jugar a algo de lo que no te puedes desenganchar. Un título partido en 23 capítulos que te atrapa desde el primer momento en el que mueves a Nathan y compruebas que el simple tutorial de escalada es mejor que muchos otros juegos enteros.

Utiliza recursos típicos de series de televisión y bien que hace. Mantendrá nuestro interés con una trama orgánica que deja a final de cada capitulo un Cliffhanger. Un quiero más, la necesidad de seguir disfrutando delante de la pantalla, el seguir preguntándote cómo te van a sorprender en los siguientes 5 minutos los chicos de Naughty Dog y las ansias de querer saber cómo sigue la aventura de Nathan Drake.

No puedo entrar en detalles del argumento pero creedme, es convincente (sobre todo si te gustan este tipo de aventuras) y lo más importante, te mantiene pegado al asiento.

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Muchas voces discordantes acusan a la franquicia de lineal y escasa de posibilidades para el jugador. Nada más cierto, ‘Uncharted 2’ no es un Sandbox, no utiliza entornos totalmente abiertos y, en el fondo, sabemos que estamos recorriendo una serie de salas interconectadas por trozos de transición, pero ¿y qué?.

La vocación del título es que protagonicemos una película, una aventura con su inicio, su nudo y su desenlace y, hasta donde yo se, las películas son lineales y bien que las disfrutamos. No hay que buscarle más, ‘Uncharted 2’ es lineal como la distancia más corta entre dos puntos, pero os garantizo que no tiene un maldito momento de aburrimiento.

Mecánicas de juego. Más de lo mismo pero mejor, mucho mejor.

‘Uncharted 2: El reino de los ladrones’ pivota sobre una serie de mecánicas de juego muy conocidas en esta generación. Es un shooter con sistema de cobertura y, al mismo tiempo, un plataformas al estilo ‘Prince of Persia’.

Al beber de dos mecánicas tan establecidas “sufre”, y permitidme que entrecomille esa palabra, de los mismos dejes que ellas. Para mí no son defectos, que quede claro, simplemente son cosas que están ahí.

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En cuanto a plataformeo basta decir que nos encontramos ante un juego sencillo, muy sencillo y a la vista está que espectacular. Nathan se engancha a todo y, además, suele indicarnos la dirección del siguiente saliente. El control es intuitivo y muy automatizado de manera que trepar, escalar, saltar, engancharse a una cornisa, equilibrarse en las alturas… todo sale sólo de un modo muy natural. Y llegar a hacer eso en un juego es harto complicado.

Resulta muy divertido ir pegando brincos imposibles entre cornisas y aunque el sistema que ayuda a que lleguemos a determinados saltos en ocasiones es muy evidente, jamás salimos de la ilusión en la que nos ha metido el título.

Pero hablemos de la otra piedra capital, los tiroteos. Hay más tiroteos que nunca y son mucho más variados. De hecho, la cantidad de situaciones jugables a las que nos somete el título es digna de récord.

Ahora estamos luchando contra un helicóptero, ahora devastando un tanque, luego pelearemos de modo sigiloso contra un nutrido grupo de soldados y, al final, deberemos apostarnos en una ventana para convertirnos en un francotirador. Son sólo unos ejemplos de todo lo que Nathan Drake llega a hacer en este juego.

En resumen, sobre dos pilares básicos se fundamenta un auténtico monumento a la diversión. Un juego en perpetua subida de adrenalina que mezcla muy sabiamente los momentos de ruptura, las situaciones de acción extrema, las plataformas y los puzzles. Un homenaje que todo jugón se debe dar, sin duda.

Impulsando la calidad visual hasta el infinito.

Decir que ‘Uncharted 2: El reino de los ladrones’ tiene buenos gráficos es faltar a la verdad. Su apartado visual es lo más bestia, salvaje, abusivo, demencial y poderoso que se ha visto en años. Así de claro.

El uso de la luz, sus paisajes sobrecogedores, la expresión facial de los personajes, las partículas, las cámaras, los shaders, los movimientos… ninguna imagen le hará justicia hasta que lo pongáis en un televisor HD y lo disfrutéis.

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Es ese gusto por el detalle desmedido, esas texturas de suciedad, esa fina capa de nueve, esos personajes que se manchan de nieve al rodar y se secan al ver el sol, esas ropas mojadas después de pasar debajo de una cascada, ese desenfoque de profundidad exquisito que ayuda a centrar la acción, esos efectos atmosféricos que hacen que pequeños riachuelos de agua caigan por las rocas si empieza a llover, esos entornos urbanos destruídos, esa nieve que refleja como si fuese nieve de verdad, ese agua con volumen que arrastra a los cuerpos de los enemigos muertos… son tantos los detalles y están tan bien hechos que intentar explicarlo se convierte en un imposible.

Según Naughty Dog habían conseguido llevar a PS3 hasta el límite. No me cabe duda de que serán superados algún día, pero por el momento debe quedar claro que es lo más exagerado que hayáis visto nunca en una consola.

Por supuesto que el hecho de ser un juego de salas ayuda a que se pueda verter en ellas todo el detalle del mundo y que los títulos sandbox tienen muchos más problemas, sí, pero lo cortés no quita lo valiente. La dirección artística de ‘Uncharted 2’ es de lo mejorcito que hay.

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Sirva como muestra una tontería que sabrán apreciar los que hayan tratado el tema de la iluminación. El sol tropical que incide en las zonas de jungla, es radicalmente diferente al sol que cae sobre el Nepal, eso está claro. Al poco de empezar el juego, disfrutando de las primeras pantallas sobre la nieve, Nathan realiza diversos flashbacks que lo transportan al trópico.

Atención a la incidencia de la luz filtrada por una persiana en el cuerpo de Chloe. Esos brillos y colores saturados que contrastan como el cielo y la tierra con los tonos fríos de la montaña nepalí.

Cabe decir que PS3 no se ralentiza nunca así que, pese al despliegue visual, el motor demuestra ir muy fino de fotogramas por segundo. Naughty Dog parece tener un máster en desarrollo para PS3, así que ya podría ir enseñando a otros desarrolladores a enfrentarse a la plataforma de Sony para obtener las mismas garantías que los creadores de ‘Uncharted’.

Otro punto a destacar son las animaciones. Siempre excelentes, aunque en algunos casos un tanto forzadas, han dado un salto cualitativo importante respecto al primer título.

La música, digna de película.

El aspecto sonoro del juego también vuelve a brillar. La banda sonora, compuesta de nuevo por Greg Edmonson vuelve a reinterpretar la melodía original del primer juego, el ‘Uncharted Theme’, pero con ritmos más tribales y orientales.

El doblaje permanece a una calidad bestial. Voces conocidas por su participación en televisión, los mismos actores que participaron durante el primer juego y una capacidad brutal para empatizar con nosotros. Nathan es un pillo valiente y divertido, Helena es sensible, valiente y con un elevado valor de la justicia, Chloe es una femme fatale de la que no se sabe en que bando juega y Sulli… el viejo Sulli sigue siendo en esencia un viejo verde que nos sacará de más de un apuro.

Una master class sobre cómo arreglar puntos negros.

Cuando un desarrollador se enfrenta a una segunda parte de una franquicia exitosa debe esmerarse en arreglar aquellos puntos oscuros que salpicaron a la primera entrega. En este caso, pese a no haber muchos, sí se antojaba necesaria una reformulación de algunos aspectos un tanto extraños.

Se ha suprimido totalmente el uso de SIXAXIS. Los sensores incorporados en el mando de Sony que antes se utilizaban para equilibrar a Nathan sobre las superficies muy estrechas, han dejado de utilizarse. Ahora Nathan camina sólo, sin dificultades y evitando una feature que se convirtió en un verdadero dolor de cabeza para algunos jugadores.

Los combos han sido rediseñados. En el anterior juego se basaban en una especie de mini-juego o quicktime event con un ritmo muy definido. Un ritmo que costaba de coger y que acababa en un “Epic Fail” cada vez que intentábamos el cuerpo a cuerpo.

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Ahora simplemente pulsaremos cuadrado para golpear y triángulo cuando en el devenir del combate queramos esquivar. Un sistema mucho más intuitivo que nos dejará combates mucho más espectaculares y divertidos. Eso sí, siguen siendo difíciles en determinadas ocasiones.

Y finalmente el tema de los escenarios. El primero, aunque excelente, recibió críticas por su supuesta monotonía en los escenarios. En efecto no salíamos de una misma isla y los assets se repetían. La solución de Naughty Dog pasa por hacernos dar una vuelta al mundo. Escenarios nevados, montañas, ciudades en ruinas, ciudades en guerra civil, junglas, museos, trenes… todo un delirio visual.

Resumiendo…

...si os gustan las aventuras de acción y misterio arqueológico ya tardáis en conseguir una copia del juego del año para PS3. Un auténtico vicio que se desata con el primer escenario y que no acaba hasta 23 capítulos después. Una verdadera demostración de fuerza y sobre todo, una experiencia jugable hasta el límite.

Puede que no sea decididamente original en su concepto o que coja mecánicas que ya existen y las potencie, pero tras jugarlo os quedará una sensación en el cuerpo que pocos juegos nos dejan.

‘Uncharted 2: En el Reino de los ladrones’ será copiado hasta la saciedad, será clonado, será tomado como referencia por otros títulos y, seguramente, mostrará el camino sobre cómo sorprender al jugador utilizando recursos del cine. Lo malo de llegar tan arriba es que ni los mismos Naughty Dog puede que lleguen a igualar tal nivel de excelencia.

Pero el momento de desacreditar a otros títulos comparándolos con este juego ya llegará, ahora debemos disfrutar de una aventura épica que os mantendrá enganchados como lo hacían las viejas películas de aventuras. La edad de ‘Uncharted 2’ ha comenzado. Que otro título lo supere en un futuro inmediato se antoja difícil y si ocurre, los beneficiados seremos nosotros.

Disfrútenlo señores, disfrútenlo.

Ficha Técnica: Uncharted 2: El Reino de los Ladrones