Que el fenómeno de La Guerra de las Galaxias llegase a la Super Nintendo era algo que todos teníamos en mayor o menor medida interiorizado. A fin de cuentas, la saga cinematográfica de George Lucas ya contaba con una extensa trayectoria en los videojuegos, incluyendo adaptaciones para la NES que no pasaron desapercibidas. Y, sin embargo, la experiencia de Super Star Wars fue tan celebrada como inesperada.
LucasArts supo entender el potencial del Cerebro de la Bestia, y lo demostró adaptando las películas clásicas a los cánones de los juegos de acción en scroll lateral aprovechando el hardware de Nintendo. Lo cual incluyó un acertadísimo uso de su revolucionario Modo 7, un aprovechamiento estupendo de generosa paleta de colores y elevando el listón de calidad en cuestión de sonido.
Tomándose sus libertades creativas, desde luego, pero también creando una trilogía desafiante en lo jugable que, en muchos aspectos, también daba puro fanservice a los usuarios de aquella maravilla de 16 bits. Y, en consecuencia, revitalizando tres clásicos de culto de la Ciencia Ficción a través de un formato muy diferente.
Porque, como ya vimos en VidaExtra, la transición de Lucasfilm Games a LucasArts implicó dejar de lado las adaptaciones de las películas para centrarse en ofrecer nuevas historias que, además, expandiesen el universo de la saga. Lo cual hizo que Super Star Wars fuese mucho más que una excepción: una oportunidad para revivir las aventuras de Luke Skywalker, esgrimir una espada láser y, finalmente, hacer volar la Estrella de la Muerte.
Sobre el papel, Super Star Wars es Run and gun que sigue el esquema clásico de avanzar hasta enfrentarnos a un monstruo final y, una vez ahí, dejarnos todas las vidas y continuaciones hasta encontrar su debilidad. En la práctica, y pese a todas las aportaciones que no cuadran estrictamente con el lore galáctico, una auténtica experiencia Star Wars.
Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana
Si bien La Guerra de las Galaxias comienza en el espacio, con una verdadera lluvia de disparos láser en el interior de una corbeta interplanetaria con el mismísimo Darth Vader como maestro de ceremonias, lo cierto es que adaptar el guión original de la película a un juego de acción es, de por sí, un desafío.
Sobre todo, cuando empezamos siendo un humilde granjero de un remoto planeta del borde exterior.
Precisamente por ello, LucasArts deja aparcados los trámites, le pone un blaster en la mano al jovencísimo Luke Skywalker y nos lanza a un desierto repletísimo de enemigos y peligros.
La experiencia jugable de Super Star Wars toma una inspiración muy clara en clásicos como Ghouls n Goblins o Contra, de modo que deberemos atravesar escenarios mientras intentamos sobrevivir al constante ataque de interminables oleadas de enemigos.
Exigiéndonos una atención constante como jugadores y un nivel de precisión excepcional en cada disparo y salto, al tiempo que -de manera muy acertada- eleva la curva de dificultad para que no nos confiemos demasiado una vez le hayamos pillado el truco a los saltos con volteretas y el blaster.
Antes de llegar al ecuador del juego, Super Star Wars nos dará la posibilidad de eliminar enemigos con una espada láser. Y, poco después, ya podremos alternar de personaje -entre nivel y nivel- desbloqueando al poderoso Chewbacca y al canalla de Han Solo. Dos contrabandistas curtidos que se verán irremediablemente envueltos en una desesperada misión de rescate.
Merece la pena destacar que, pese al diseño de la cruceta del mando de la SNES, deberemos hacer uso de las ocho direcciones para tener unas mínimas oportunidades de sobrevivir y avanzar: no solo deberemos disparar en diagonal, sino que algunas zonas solo se pueden atravesar a base de deslizamientos o saltos muy bien ejecutados.
La presentación del juego, por otro lado, es impecable. En muchos aspectos, el nivel de detalle y el acabado de los personajes rivaliza con los de las aventuras gráficas contemporáneas de la propia LucasArts. Por no mencionar unos colosales jefazos finales capaces de reclamar una generosa porción de la propia pantalla.
Todos implacables en cuestión de ataques y rutinas, pero también con algo en común: un punto débil que, una vez dominado, convierte los enfrentamientos en un trámite hasta el siguiente nivel.
LucasArts no solo aprovechó el hardware de SNES para recrear las exigentes fases plataformeras de múltiples niveles y capas al nivel de lo que uno esperaba encontrar en una consola de 16 bits (que no era poco) sino que aprovechó para volarnos la cabeza con fases en modo 7.
Incluyendo dos accidentadas travesías a bordo del speeder de Luke y una batalla espacial en las proximidades de la Estrella de la Muerte a los mandos de un Ala-X.
Culminando todo en el pasillo de la colosal estación espacial a través de una sorprendentemente resultona -aunque no menos difícil- fase a vista de cabina del Ala-X. Un desafío final con un enemigo a la altura de las circunstancias: el caza del mismísimo Darth Vader.
La Guerra de las Galaxias vs. Super Star Wars
La trama de Super Star Wars sigue el esquema argumental de La Guerra de las Galaxias con fuertes concesiones. Adaptándose al formato de los videojuegos para que fuese un juego de acción. De hecho, aquí tienes algunos ejemplos de las libertades que la propia LucasArts decidió tomar de cara a la experiencia.
Luke Skywalker... ¿contra el Sarlacc de Tatooine?
El jefe del primer nivel es nada menos que el Sarlacc de Tatooine, el monstruo oculto en las arenas que no aparece hasta El retorno del Jedi. Luke lo pulverizará con unos cuantos disparos y seguirá con sus cosas, como cualquier día de semana.
Esos robots arácnidos de la Estrella de la Muerte son nuevos
La mitad de los enemigos han sido creados para la ocasión, y si bien no faltarán los Jawas, los Moradores de las Arenas o los Soldados de Asalto, entre las incorporaciones veremos escorpiones gigantes de Tatooine, robots de patas arácnidas en la Estrella de la Muerte.
Incluso sapos gigantes cuya saliva nos dejará pegados al suelo.
La mayoría de jefazos finales también fueron creados para la ocasión. Incluyendo droides gigantescos cuyo aspecto encajaba un poquito más en Robocop.
Luke, el rescatador de droides y destructor de jawas
A diferencia de la película, en la que Luke y su tío adquieren a la pareja de Droides C-3 PO y R2-D2 en una especie de rastrillo ambulante montado por los Jawas, en Super Star Wars Luke se encontró al dorado droide de protocolo en mitad del desierto y, a petición suya, asaltó y puso patas arriba el Sandcrawler, eliminando a tiros a todos los Jawas que le salieron al paso.
Como nota adicional, el interior del vehículo incluye peligrosos pasadizos colmados de trampas y hasta un foso de lava candente. No es las únicas licencia que se toman de cara a la trama, claro, pero así el juego asegura que el jugador está disfrutando de una experiencia de acción constantemente.
¿Por qué poner una palanca cuando puedes liarte a tiros?
En Super Star Wars LucasArts combinó hasta tres escenas de la película en una sola fase al estilo de escalada: no solo debíamos ascender por los pasillos de la Estrella de la Muerte, sino que en lugar de desactivar el rayo tractor, debíamos enfrentarnos a él.
El monstruo de la cantina me suena
Nuestro paso por la cantina es cualquier cosa menos discreto. De hecho, deberemos atravesarla casi como si estuviésemos en un beat’em up. ¿El enemigo final? El monstruo del kalhar, el cual sí aparece en la película... ¡Como una de las figuras del juego de mesa que hay en el Halcón Milenario!
Un detalle curioso es que con el truco adecuado es posible matar a Greedo con Han Solo en la fase de la cantina, lo cual hace saltar el trofeo en las reediciones del juego “Solo disparó primero!”
La trilogía Star Wars del Cerebro de la Bestia, y más allá
Pese a sus enormes licencias, Super Star Wars fue una grata sorpresa para los fans de Star Wars y los jugadores de Super Nintendo. Su control era bastante severo, desde luego, pero como juego de acción destacó por méritos propios y supo exponer el potencial de la consola de 16 bits. Ahora bien, aquello solo fue la primera fase de un plan mayor.
Tal y como ocurrió en las salas de cine, LucasArts estrenaría en los años posteriores Super Empire Strikes Back y Super Return of the Jedi, dos adaptaciones de El Imperio Contraataca y El Retorno del jedi cortadas con la misma tijera que Super Star Wars.
Experimentando más y mejor con las posibilidades de la consola, sacándole más partido a su capacidad gráfica y sonora y, de paso, atreviéndose a añadir un poquito más de variedad a la experiencia jugable a través de nuevos personajes.
Merece la pena recordar que JVC, la distribuidora de los juegos a nivel internacional, también llevó la trilogía galáctica a NES y Game Boy acomodándose a las posibilidades de cada una. Es más, incluso se llegó a iniciar el desarrollo de un Super Star Wars para Mega Drive que, finalmente, se quedaría en el proceso.
Desde entonces, las réplicas a las películas clásicas de Star Wars han llegado con cuentagotas. Quitando Star Wars: Yoda Stories o Star Wars: Masters of Teras Kasi, la mayoría de experiencias se centraban en nuevos personajes o el universo expandido que actualmente ha quedado relegado a Leyendas. Y así se mantuvo hasta la llegada de las precuelas y sus respectivas adaptaciones cinematográficas.
Y la cosa no es realmente muy distinta en la actualidad, ya en la era Disney, aunque merece la pena una puntuación esencial: Luke, Han, Leia y el resto de héroes de la galaxia siguen estando muy presentes en los videojuegos.
De hecho, el nuevo Star Wars Battlefront se centró esencialmente en la trilogía clásica, permitiéndonos encarnar a las máximas personalidades de la Alianza Rebelde, el Imperio galáctico y hasta varios cazarrecompensas de reputación interplanetaria.
Lo cual no ha impedido que, coincidiendo con la salida del nuevo SW: Battlefront, Disney arroparse su lanzamiento relanzando Super Star Wars en los sistemas actuales. Demostrando que hay experiencias clásicas que, con sus propias licencias y libertades creativas, no merecen la pena ser olvidadas con el paso de los años.
Especialmente, si evocan tan bien la esencia de la trilogía clásica de la Guerra de las Galaxias.
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