Semejante fumada a la japonesa no podía terminar más que en desastre. Análisis definitivo de Slitterhead

Semejante fumada a la japonesa no podía terminar más que en desastre. Análisis definitivo de Slitterhead

Bokeh Game Studio tropieza con todas las de la ley con su primer proyecto independiente

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Slitterhead

Existen videojuegos que, sencillamente, es inimaginable que se hagan realidad en territorio occidental. Las diferencias culturales, sociales, económicas y de cualquier índole transforman completamente a las poblaciones, por lo cual también se enriquece la variedad de títulos que tenemos a nuestra disposición. Por ello, tengo muy claro que solo en Japón podía surgir una bizarrada como lo es Slitterhead.

Cuando Keiichiro Toyama fundó Bokeh Game Studio, todos nos ilusionamos con lo que se trajese entre manos el padre de Siren, Gravity Rush y Silent Hill. Suficientes credenciales como para confiar en el desarrollador nipón, especialmente cuando su bis más terrorífica estaría de vuelta. Lo cierto es que la empresa no ha escatimado en diarios de desarrollo y adelantos acerca de su proyecto para conocerlo mejor, aunque la prueba del algodón llega cuando uno se pone a los mandos.

¿Qué es exactamente Slitterhead? Una algarabía oscura entre hack & slash, pasillos estrechos en los que imitar a Solid Snake y un correcalles para jugar al gato y al ratón con entes surgidos de Dios sabe dónde. El escenario de todas las aventuras son los edificios de Kowlong, en la zona norte de Hong Kong, y es allí donde conoceremos a Hyoki, un ser que navega entre diferentes realidades y que posee la capacidad de poseer a quien se le ponga por delante.

De esta forma, puede defenderse de los cefalófagos, unos monstruos que se camuflan entre la humanidad con apariencia de personas, por lo que, sin ningún tipo de recuerdo sobre su pasado, tocará exterminar a todas estas criaturas. En mis primeras impresiones quise otorgarle cierto beneficio de la duda a la obra, pero tras haber jugado más de 15 horas por su mundo, lo tengo muy claro: estoy ante la decepción más frustrante de 2024.

El barrio rojo de Kowlong

Como cualquier barrio rojo que se precie, la zona que exploramos en Slitterhead está repleta de mal ambiente, prostíbulos y lugares en los que las miradas indiscretas no pueden asomarse. En este contexto se esconde los cefalófagos, cuya apariencia es una fusión entre cefalópodos típicos de Galicia y engendros surgidas de las peores pesadillas. Como si de un juego del gato y el ratón, la dinámica consiste en rastrearlos, cazarlos y asesinarlos sin piedad.

Slitterhead

Si bien gran parte de la aventura se vuelca en convertirse en un hack & slash, la obra de Toyama también busca crear espacio para otras actividades como investigar el paradero de los cefalófagos. Un cambio de rutina interesante, de no ser porque se torna lento, desprovisto de sorpresas y tremendamente repetitivo. Como si de una suerte de Solid Snake se tratase, muchas veces tocará colarse en locales, callejones y otras zonas estrechas en las que habrá que superar a la seguridad sin ser vistos.

Aunque es posible avanzar intercambiando cuerpos, la seguridad es más sencilla de superar que quitarle un caramelo a un niño. Por otro lado, charlar con los NPC para averiguar nueva información se convierte en una lista de la compra donde tachar cada recado, pero con el recordatorio constante de que la actuación de voz no existe. Salvo por las contadas cinemáticas, Slitterhead no cuenta con ningún intérprete que recite los diálogos, por lo que te toparás con secuencias que parecen recordar a una visual novel.

Sonidos guturales, asentimientos, pequeñas dudas y algún que otro ruido es todo lo que se escuchará para digerir escenas carentes completamente de alma. No es que se arregle precisamente semejante desaguisado con los principales protagonistas, sino que Bokeh Game Studio ha redoblado la apuesta. A lo largo de la aventura nos toparemos con las singularidades, personas cuya afinidad con Hyoki es mayor que la del resto de la humanidad. Gracias a ello, las posesiones son mucho más potentes y permiten el acceso a una serie de habilidades únicas.

Slitterhead

Julee, Alex, Edo y un grupo de personajes que tocará encontrar a lo largo de la obra se unirán a nuestras filas y podremos/deberemos charlar con ellos para conocerles más, así como para avanzar en la trama. La desarrolladora japones incide en la línea de la visual novel, únicamente mostrando sus modelados con un fondo en movimiento sin ninguna gracia, amén de las conversaciones carentes de sonido.

Entre que la historia que nos relata Slitterhead es una fantasía casi indescriptible y que busca profundizar constantemente en las personalidades a través de esta vía, junto al hecho de que el videojuego rebasa las 15 horas de partida, el agotamiento se hace muy presente desde el comienzo. El interés por lo que te cuentan disminuye a pasos agigantados y el descenso también es impulsado por una repetición abrumadora de combates.

Que sangren todos

Dado que Hyoki no posee un cuerpo físico propio, le toca tomarlo prestado del más despistado que se cruce en Kowlong. Las luchas en Slitterhead representan un pilar clave de la experiencia que se va a revivir constantemente, pues tocará enfrentarse a hordas de cefalófagos y a sus encarnaciones más siniestras. Por ello, la sangre se convierte en el arma fundamental.

Podemos asumir la identidad de un transeúnte cualquiera en cualquier momento, lo cual nos dará acceso al arma de sangre (un garrote afilado) y propiedades muy inusuales. La cantidad de líquido rojo que acumulamos representa nuestra salud y, con cada golpe, el escenario se va llenando todavía más de él, por lo que tocará absorberlo si queremos seguir en la batalla. Además, también podemos recurrir a habilidades especiales como lanzar dagas de sangre o convertir al huésped en una bomba de relojería con patas.

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Lo cierto es que existe un nutrido abanico de opciones para luchar, pero con la salvedad de que el paisano de turno es extremadamente más débil que una de las singularidades. Ellas son las auténticas reinas, pues tocará escoger dos de entre las que tengamos disponibles para acometer a los rivales, y ellas son las que disponen de poderes únicos. Por ejemplo, Jolee extiende enormemente sus uñas como si fuesen garras y es capaz de revitalizar a todo el mundo a su alrededor; Alex, en cambio, dispone de una escopeta recortada que escupe una buena cantidad de sangre explosiva.

Son lo suficientemente distintos como para que probemos combinaciones diferentes con las que sentirnos lo más cómodos posibles y el cambio constante se repite con el paso de las horas. Siempre es divertido volver a Blake o Betty, pues sus formas de actuar son distintas, amén de que podemos mejorar sus prestaciones con puntos de habilidad para aumentar el valor de las habilidades pasivas, activas o el propio arma de sangre. Sin embargo, lo que no varía demasiado es el tipo de misiones.

Salvo excepciones muy puntuales, en Slitterhead todo se reduce en arrinconar al cefalófago de turno para que se transforme en una abominación indescriptible y mandarla de vuelta al lugar del que nunca debió salir. Si bien no se puede actuar sin cabeza, ya que incluso en dificultad Normal las puedes pasar canutas, una vez te adaptas a una estrategia tienes mucho ganado. Es posible realizar parries para desviar los ataques de los contrarios, lo cual se verá recompensado con un tiempo bala para golpear de lo lindo si desviamos la suficiente cantidad de veces.

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Por lo demás, más allá de las esquivas, todo consiste en machacar el botón de ataque hasta reducir su salud a cero. Permanece atento para cambiar de cuerpo si estás a punto de fallecer y pivota entre ocupaciones de las singularidades para hacer un destrozo, una vez has mejorado al máximo a alguna de ellas. No juega con nada más Slitterhead, pues no existen los rompecabezas, los acertijos o algún tipo de mecánica diferente que se escape del ABC que ellos mismos proponen.

La opinión de VidaExtra

Partiendo de la base de que Slitterhead proviene de un estudio con presupuesto moderado, los pecados cometidos por el equipo de Keiichiro Toyama son graves. La ausencia de caudal financiero no exime de la ausencia de calidad, la cual es patente en demasiados tramos del viaje. Aplaudo la valentía de Toyama para sacar adelante un proyecto independiente que, seguramente, pocas editoras quisieran tener bajo su ala.

Hay que valorar la existencia de obras tan bizarras y que se alejan tanto de los lugares comunes como Slitterhead, pero, sea lo que sea que pretendas crear, otórgale las cualidades necesarias para que brille. Muchas de las penalizaciones que arrastra el proyecto quizás se hubiesen difuminado de no ser por su extensa duración, ya que más de 15 horas a los mandos de una obra que tropieza con una facilidad apabullante en la repetición, se pagan muy caro.

Si bien la iluminación y la calidad gráfica general de Slitterhead son más que aceptables, no lo son los modelados de los seres humanos. Parecen muñecos de plástico, modelos a los que parece que les falta trabajo por delante y todo ello aderezado con una trama relatada de una forma anodina. Toparme con una visual novel no es lo que esperaba precisamente, pero la presentación de conceptos rocambolescos, la presencia de viajes en el tiempo y las personalidades poco atrayentes de los personajes son losas muy díficiles de superar.

Slitterhead

Por si fuera poco, la nula existencia de diálogos hablados sorprende, porque hay escenas que reclaman a gritos que se pronuncie algún sonido. Por lo menos, la banda sonora del maestro Akira Yamaoka sí que está a la altura y representa uno de los valores de producción más altos de Slitterhead. En lo referente al combate, se nota que se han invertido muchos esfuerzos en dotarlos de personalidad, que los tienen gracias a las singularidades y sus poderes, pero tropiezan con la misma piedra.

En 15 horas, Bokeh Game Studio se queda sin ideas nuevas que ofrecer, por lo que nos introduce en un ciclo que no parece tener fin y donde ya no parece tener ningún sentido a que cefalófago estamos aporreando. Ya no se distingue entre enemigos comunes, jefes y lo único a lo que aguardas es a que el final llegue de una maldita vez.

Precio de Slitterhead

Slitterhead únicamente se puede obtener en formato digital por 60,40 euros y puedes sumarlo a tu biblioteca de PS5, PS4, Xbox Series X/S y PC, tanto en Steam como en la Epic Games Store.

Duración de Slitterhead

La duración de Slitterhead es de alrededor de 15 horas, un par más en mi caso. Recolecté gran parte de los coleccionables disponibles, por lo que estimo que para el 100% es necesario acercarse a las 20 horas.

Slitterhead

Slitterhead

Plataformas PS5 (versión analizada), PS4, Xbox Series y PC
Multijugador No
Desarrollador Bokeh Game Studio
Compañía Bokeh Game Studio
Lanzamiento 8 de noviembre de 2024

Lo mejor

  • La variedad de habilidades y singularidades.
  • La banda sonora del genio Akira Yamaoka.
  • El concepto base de posesión es francamente original.

Lo peor

  • Se queda sin ideas demasiado pronto.
  • La narrativa es insulsa y poco atractiva.
  • Cae en la repetición constantemente.

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