Debo reconocer que cuando vi por primera vez la presentación de Rollerdrome en el último State of Play me dejó algo frío. El juego de patines con pistolas de Roll7 estaba tan lejos de lo que el estudio de OlliOlli World nos suele tener preparado que no pude evitar arquear un poco la ceja.
La sensación se mantuvo en posteriores revisiones del vídeo porque, a grandes rasgos, me parecía muy difícil aunar dos mundos tan alejados como el de los trucos de un Tony Hawk’s Pro Skater y el de los shooters en tercera personas.
Sobre el papel la mezcla podía resultar tan emocionante como divertida, pero en mi cabeza aquello podía acabar siendo un sindiós imposible de controlar. En casos así adoro equivocarme.
Tony Hawk con pistolas
En realidad no hay una gran vuelta de tuerca sobre el concepto que muchos tuvimos al verlo, esto es sin ningún tipo de duda o paños calientes un Tony Hawk con pistolas. El moverte por un skate park a gran velocidad realizando saltos, volteretas, grindando y agarrándote los patines para hacer trucas mientras giras sobre ti mismo está ahí. El disparar a enemigos con pistolas, escopetas y lanzagranadas, también.
La idea detrás de cada nivel de Rollerdrome es, en primera instancia, completarlo a base de eliminar a todos los enemigos que vayan apareciendo hasta que el escenario diga basta y te anuncie que lo has completado. La capa de profundidad la ponen tanto los desafíos, recógeme estos ítems y mata a X enemigos de esta forma, como el pique de mantener combos para alcanzar la mayor puntuación posible.
A base de completar niveles y desafíos se van abriendo nuevos escenarios en los que enfrentarte a más y peores enemigos con las armas que vas desbloqueando. La base no cambia en absoluto, pero la dificultad de los retos y el carácter puñetero de los objetivos a los que dar caza nunca deja de crecer.
Rollerdrome es, por increíble que pueda parecer de primeras, tan bueno como suena. No hay pega posible en una fórmula que resulta ser tan adictiva, divertida y desafiante como ahora mismo tienes en tu cabeza. Y la duda que nublaba mi juicio sobre su control es una nube de humo que se esfuma tan pronto completas el tutorial.
¿Cómo se juega a Rollerdrome?
Nada de lo que preocuparse. Finísimo en el control por seguir al pie de la letra las leyes escritas en piedra que nos legó la saga de Tony Hawk, tanto los saltos como los trucos son de lo más gratificantes y siguen el mismo esquema para grabs, grinds y giros. La sensación de saber cómo se juega a esto al coger el mando hace que los controles básicos ya estén en tu cabeza incluso antes de empezar.
Más allá de los saltos y trucos que probablemente ya conozcas, el resto es adaptarse a la mecánica de disparar para ir eliminando enemigos conforme das volteretas sobre sus cabezas. Pese a lo caótico que podría resultar, al innovar en ese sentido también han sabido coger lo mejor de cada casa para que sea mucho más fácil de lo que parece.
La clave está en que cada vez que pulses el botón de apuntado el juego entre en una suerte de tiempo bala lo bastante extenso para resultar cómodo pero también lo suficientemente corto para que disparar no sea un paseo. Si estás lo suficientemente cerca de un enemigo, el autoapuntado fijará la vista sobre él para que puedas disparar a placer con la única preocupación en mente de qué truco y qué eliminación realizarás a continuación.
Mucho más fácil y divertido de lo que puedes llegar a imaginar
Suma un sistema de esquiva para ataques a distancia y melé que, pulsado en el momento correcto, además de trasladarnos a una cámara aún más lenta también le dará más poder a nuestras balas. Si se te acaba el cargador, tanto la esquiva en el momento adecuado como los trucos que realices en cada salto lo irán rellenando poco a poco. Rollerdrome está increíblemente bien pensado.
Corre hacia esa rampa, elévate en el aire dando una voltereta hacia atrás, apunta al barril explosivo que está al lado de un enemigo, hazlo explotar de un balazo, esquiva cuando la mira láser que está sobre ti se pone en blanco, y aprovecha la esquiva perfecta para acabar de vaciar tu cargador sobre un segundo enemigo que está al lado opuesto del que acabas de matar. Ahora a por el siguiente truco para recargar tus armas y que el combo no cese.
Esa acción, que pese a parecer super compleja es insultantemente fácil de realizar, te mete en un bucle de saltos, disparos y puntuaciones demenciales del que es difícil escapar.
Rollerdrome es de esos juegos en los que terminar un nivel da rabia porque siempre estás dispuesto a eliminar otro enemigo más, así que el salto a la siguiente pantalla, o al repetir la misma para acabar de completar desafíos, es algo que el cuerpo te acaba pidiendo a gritos.
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