No recuerdo cuándo vi por primera vez un Gif de Viewfinder en Twitter o cuándo puse un bucle un vídeo de las fotografías haciéndose realidad en el título de Sad Owl Studios. No he sido el único al que le han brillado los ojos recreándose en semejante fantasía, pues la popularidad de la obra ha ido en aumento y siempre se revitalizaba con nuevas imágenes cada pocos meses.
Finalmente, la magia se ha convertido en un videojuego hecho y derecho, por lo que ya podemos jugar al que, sin ninguna duda, se alza como el mejor juego de puzles de todo 2023. Al menos en lo que llevamos de año, pero lo van a tener muy difícil los siguientes en la lista para superar uno de los mayores derroches de imaginación que recuerdo.
Piensa en varias dimensiones
Sin comerlo ni beberlo, Viewfinder nos traslada a un mundo que claramente está muy alejado de lo terrenal y donde las reglas que conocemos se han ido a tomar viento. La primera señal de ello es que nos encontramos en espacios suspendidos en una dimensión infinita, repletos de detalles, y que nos invitan a llegar hasta el siguiente trozo flotando. La solución se encuentra en las fotografías que están desperdigadas por todas partes.
Con una simple pulsación de botón y al instante, toda imagen que tengamos en la mano se convertirá al 3D y sus elementos serán tangibles, rellenando el espacio en el que hayamos apuntado con ella. De esta forma podemos conseguir que un pequeño apartamento aparezca de la nada o que un pasillo larguísimo nos permita avanzar hasta donde deseamos. Estaremos ante un constante desafío de nuestra percepción y de cómo debemos conocer unas normas extrañas para descubrir el misterio que envuelve al lugar.
No desvelaré exactamente el motivo que nos lleva a estar en tan curioso emplazamiento, ya que su revelación es uno de los momentos más espectaculares del juego, pero sí que queda claro que varias personas vivieron entre esas paredes y suelos. Genios, auténticos maestros en sus disciplinas luchando cada uno en su terreno por un punto común que logre un objetivo mayor. Nos toparemos con toda clase de objetos que detallan qué sucede, ya sean tocadiscos, notas esparcidas por todas partes y hasta una inteligencia artificial en forma de gato que servirá como guía.
¿El punto más flojo de todo Viewfinder? Sin duda, pero no por tanto por detrimento de esparcir su trama entre libros, cuadernos y archivos de audio, sino porque el foco de la acción se lo lleva una de las mecánicas más brutales que recuerdo en mucho tiempo.
Desafía a la mente
Cuando me he referido a que cualquier imagen de Viewfinder puede trasladarse al plano 3D, me refería a exactamente eso. Da igual que hablemos de pinturas, bocetos, capturas y postales, todo ello está a nuestra disposición para resolver los rompecabezas de esta experiencia onírica. Siempre es necesario llegar hasta una máquina de teletransporte que nos lleva hasta el siguiente reto, aunque hay que estar atento antes de actuar.
Si proyectamos una imagen, esta destruirá todo aquello que se interponga en su camino, lo cual es beneficioso o perjudicial según nuestra habilidad. Por ejemplo, tomar la fachada de un edificio en una foto, girarla, usarla para rellenar un espacio entre dos suelos y así crear un puente, puede salirnos mal si no encajamos correctamente la imagen en el hueco. Perderemos un tramo de suelo, por lo que ni saltando llegaremos al otro lado, aunque en ese momento aparecerá el retroceso.
Una habilidad muy sencilla que nos permite rebobinar hasta el principio mismo de nuestro paso por el nivel para rehacer algún paso que hayamos dado. De la misma forma tendremos en muchas ocasiones a mano una Polaroid, la legendaria cámara que imprimía las fotos al instante. El carrete es limitado -lo podemos ampliar encontrando más rollos-, por lo que habrá que tirar de imaginación para sacarle partido a las limitadas instantáneas.
Se puede comprobar en algunas imágenes que veis entre el texto del análisis, pero Viewfinder no se limita a una estética realista. Hay lugares pixelados, cartoon, acuarelas y cada una con sus sonidos propios, lo que son homenajes tan directos como poder jugar a Tomodatchi! en versión gigante. Entre toda esta algarabía de impactos visuales tocará recoger muchas baterías para que las máquinas teletransportadoras tengan energía con la que funcionar.
Y en la búsqueda de las mismas seguiremos conociendo reglas, como que las fotos que hagamos involucran no solo al plano que escojamos, sino al otro lado de la pared que fotografiemos y me explico. Podemos hacer una foto de un muro, en el cual al otro lado está la batería o el objetivo al que tenemos que llegar. Por circunstancias de diseño, solo podemos hacer la foto a ese lado, pero en cuanto proyectemos la fotografía se trasladará el lado al que no podemos acceder. De esta manera se crean dinámicas con las que jugar y estrujarnos el cerebro.
Por no hablar de los escenarios que no podemos destruir con imágenes y suponen cambiar por completo el decálogo que conocíamos. Las cámaras fijas también juegan un papel fundamental, pues permiten que nos hagamos un selfie y la foto resultante nos proyecta en la dirección en la que apuntemos. Como podéis leer, se trata de una locura tras otra, una vuelta de tuerca a una idea fenomenal que no deja de sorprender hasta el final.
Visitaremos estaciones dedicadas a los genios que poblaron este mundo y en cada una de ellas tendremos que superar los problemas que aparecen ante nosotros, si bien la desarrolladora es consciente de que la dinámica engancha de lo lindo. Por ello, existe siempre por lo menos un nivel opcional más que realmente nos lo pone difícil. Más de uno he tenido que dejarlo de la desesperación.
Para el recuerdo queda el tramo final, una suerte de speedrun en el que tendremos que completar en apenas cinco minutos todo lo que hemos aprendido. Un examen de conocimiento de Viewfinder que hay que aprobar sí o sí.
La opinión de VidaExtra
¿Cuántas veces nos hemos llevado las manos a la cabeza con los videojuegos que sorprenden en nuestra feed de Twitter? Proyectos olvidados, promesas por cumplir y un sinfín de malos recuerdos, pero Viewfinder hace saltar por los aires la teoría. Brillante en su ejecución, excelso en la propuesta y con más recorrido del que uno podría esperar, el título de Sad Owl Studios va directo a lo mejorcito que nos ha dado por ahora 2023.
Os volará la cabeza continuamente, en el mejor sentido, ya sea proponiendo nuevas ideas y conceptos, retorciéndolos de maneras inesperadas o con revelaciones sorprendentes. Los momentos en los que el juego rompe con lo establecido, más allá del apartado mecánico, son instantes que te dejan con los abiertos como platos, lo cual es francamente difícil de encontrar hoy en día en la industria.
Precio de Viewfinder
El precio de Viewfinder se desconoce al momento de realizar esta publicación. En cualquier caso, podéis adquirirlo en las dos platafomas en las que verá la luz, ya sea en la PlayStation Store en exclusiva para PS5 o en PC a través de Steam.
Duración de Viewfinder
He completado Viewfinder en algo más de tres horas y media, habiendo superado todos los niveles disponibles que son imprescindibles para seguir adelante. También he dado superado algunos de los opcionales, aunque no todos, por lo que la cifra final para una partida al 100% podría acercarse a las cinco horas.
Viewfinder
Plataformas | PC (versión analizada) y PS5 |
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Multijugador | No |
Desarrollador | Sad Owl Studios |
Compañía | Thunderful Publishing |
Lanzamiento | 18 de julio de 2023 |
Lo mejor
- La idea básica es una auténtica fantasía.
- Siempre tiene una vuelta de tuerca más a sus propios conceptos.
- Repleto de guiños y homenajes al pasado de los videojuegos.
Lo peor
- La historia, sin decepcionar, no logra enganchar todo lo que podría.
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