Como todo buen aficionado a la ciencia ficción, es imposible resistirse a una buena aventura espacial, especialmente cuando llega avalada por parte de Stanislaw Lem. El autor polaco sentó las bases de conceptos como la nanotecnología, dio forma a la evolución artificial y advertía de los peligros del progreso vinculado a los robots; todo ello condensado en The Invincible.
La novela de 1964 sirve como marco para una adaptación prometedora en forma de videojuego, pero que funciona como precuela de los eventos principales narrados en las páginas. La aventura en el planeta Regis III ha sido uno de los que más he esperado en los últimos años y la decepción no ha podido ser más grande.
Walking simulator a paso de caracol
La trama nos sitúa días antes de que la poderosa nave Invencible llegue al suelo extraterrestre, por lo que en esta ocasión tomamos el papel de Yasna, una astrobióloga perteneciente a la Mancomunidad. Dicha facción se encuentra enfrentada a la Alianza, un grupo forjado a base de puro armamento y tácticas bélicas, y cuando se producen encuentros no suelen ser nada amistosos.
Sin embargo, el objetivo de la protagonista es el de hallar a sus compañeros de misión desaparecidos en Regis III, aunque la misión se complicará demasiado tras encontrarse con fenómenos inexplicables y una grave pérdida de memoria. A lo largo de unas seis horas, nos tocará recorrer parajes desérticos, bases futuristas y construcciones alienígenas cuyo origen es absolutamente incierto.
Dos de los atractivos más interesantes de The Invincible residen en la apuesta por una tecnología analógica y un apartado visual delicioso. Cada aparato, vehículo, robot y maquinaria que veremos son el culmen del avance científico, pero sin recurrir a hologramas, pantallas digitales y otros recursos típicos de universos como Blade Runner. Aquí todo se acciona con palancas, es necesario girar diales y pulsar botones para que los cacharros se pongan en marcha, lo cual le da un toque diferente e interesante a la obra desde un estilo atompunk.
Uno de los ingredientes imprescindibles del título es la inclusión por parte de Starward Industries del modo foto, ya que vale la pena observar cada una de las estampas. Creadas a través de Unreal Engine 5, los paisajes de Regis III son muy similares entre ellos predominando la piedra caliza, la arena y un tono anaranjado muy distinguible, pero son sencillamente bellos. Acompañados de estructuras humanas o los estrellados cielos con planetas acercándose a la órbita, se pueden conseguir imágenes espectaculares.
Con todo, las virtudes de The Invincible se agotan aquí. Y es que, aunque estemos ante un walking simulator, la desarrolladora parece haberse empeñado en que la experiencia sea extremadamente lenta. Podemos correr con Yasna, pero el problema reside en que en apenas cinco segundos comenzará a resoplar pidiendo una pausa y este es un inconveniente cuando en muchas ocasiones hay que recorrer grandes distancias a pie. Es desesperante combinar el esprint con el paso normal, lo cual se combina con una escalada muy floja.
Las animaciones para subir un risco son excesivamente sosegadas, con Yasna tomándose todo el tiempo necesario para conseguir un buen apoyo, y no requieren ninguna interacción por nuestra parte más allá de mantener el joystick hacia delante. Y esa es otra de las decisiones de diseño que penalizan a la obra, pues la capacidad que tenemos para involucrarnos con el escenario es muy limitada.
Contamos con telémetro y un rastreador, dos aparatos que nos acompañan a lo largo de todo el viaje, pero que apenas nos vemos obligados a usar en un par de ocasiones. La dirección a seguir suele estar claramente definida por puro reconocimiento visual, por lo que no nos va a hacer casi nunca falta recurrir a ambas herramientas para descubrir qué camino tomar. No hay forma de que nos equivoquemos activando un ordenador, no hay desafío, no existe ningún puzle, no hay reto a superar.
Somos un alma que deambula por Regis III con las zonas esperando a nuestra llegada para que todo se active, aunque sí que existe capacidad de decisión. Debido a que Yasna está completamente sola en la superficie, se encuentra constantemente en contacto con el astronavegador de su nave en el espacio. Él es que le realiza indicaciones, le da conversación y le sirve como guía en los momentos más difíciles. Tanto con él, como con otros personajes, podemos escoger qué línea de diálogo queremos contestar.
Y sucede de forma prácticamente continua, lo cual hará variar los eventos en función de dichas elecciones. Nuestra historia se refleja a través de un cómic que podemos consultar en todo momento, pero The Invincible comete el pecado de intentar rellenar todos los huecos. Al no tener mayor tarea que la de caminar, conducir o consultar diapositivas, se pretende reflexionar sobre cada paso, estirar ideas para alargar la charla e incidir en cada detalle de lo que tenemos ante nosotros.
El argumento es interesante, aunque algún que otro tramo de conversación menos se hubiese agradecido, especialmente en la escena final. No destriparé nada, pero es exasperante escuchar durante varios minutos seguidos en un espacio casi vacío, sin poder hacer nada más que caminar y escoger respuestas, al mismo tiempo que no se produce ningún cambio a nuestro alrededor.
La opinión de VidaExtra
Alzarse como una de las decepciones del año es un honor que nadie quiere recibir, pero se siente todavía más como una oportunidad perdida por culpa del material con el que se trabajaba. Si quieres explorar un nuevo punto de vista de la obra original de Stanislaw Lem, aquí encontrarás un lugar en el que sentirte acogido, pero como videojuego está lejos de resultar entretenido.
Tareas que no nos ponen en aprietos, utensilios que son prácticamente decorativos y un ritmo narrativo que resulta tedioso. No hay riesgo, no existe la recompensa, tan solo un vagar por paisajes espléndidos, dignos de una postal intergaláctica, junto a un diseño visual de su universo maravilloso. Quizás otra fórmula a lo Telltale o Supermassive hubiese funcionado mejor, especialmente teniendo en cuenta que el peso fundamental de The Invincible se lo llevan las decisiones.
Precio de The Invincible
The Invincible se puede conseguir en PC, PS5 y Xbox Series X/S, manteniendo en todas las plataformas un precio de 29,99 euros.
The Invincible
Duración de The Invincible
Una partida normal en The Invincible dura alrededor de cinco o seis horas, aunque existe margen a la rejugabilidad para disfrutar de las diferentes escenas. Si buscas el 100% de los logros, seguramente tengas que repetir una partida entera para lograrlo.
The Invincible
Plataformas | PC (plataforma analizada), PS5 y Xbox Series X/S |
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Multijugador | No |
Desarrollador | Starward Industries |
Compañía | 11 bit studios |
Lanzamiento | 6 de noviembre de 2023 |
Lo mejor
- El estilo atompunk es una pasada
- Los escenarios y los paisajes te obligan a usar el modo foto
Lo peor
- El ritmo narrativo es tedioso
- La lentitud en el desplazamiento y en las animaciones
- No existe el reto por ninguna parte
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