Que no os engañe el tímido entusiasmo con el que Microsoft ha tratado a Forza Motorsport durante los últimos meses. No es que hubiese nada que esconder, es que estaban tan seguros de que iban a dar en el clavo que hablar o enseñar de más tampoco habría hecho un gran favor. Forza Motorsport habla por sí solo.
Con unos gráficos que elevan el listón, unos cambios jugables que saben a revolución sin inventar demasiado, y una colección de circuitos, vehículos y opciones climatológicas que harán las delicias de los fans del motor, Forza Motorsport es, aunque con matices, todo lo que podíamos llegar a pedirle a esta franquicia.
Forza Motorsport sabe contentar a todos
Si me tienes que buscar en un juego de carreras, lo más probable es que tengas más suerte haciéndolo en un arcade que en uno de simulación, pero si por algo le tengo un cariño especial a la saga Forza Motorsport es precisamente por haber hecho de ese salto, hace años prácticamente insalvable, una camino mucho más viable.
No sólo ha conseguido adaptar la accesibilidad de su conducción al tipo con el que más cómodo te sientas, el logro de esta franquicia también está en saber abrirse a otros públicos con unos estilos de juego completamente distintos entre sí. Su mayor éxito es haber conseguido hacernos entender y valorar por qué un fan del estilo arcade también puede disfrutar de una conducción lo más realista posible.
Y si hay algo por lo que valoro con fuerza este Forza Motorsport, desde luego no son esos gráficos bombasticos enfocados a que los coches luzcan mejor que nunca y dejen de ser un juguete de plasticucho corriendo por una pista más o menos resultona, sino por hacer que el realismo vaya mucho más allá de lo visualmente impactante.
Entiendo que ahora mismo lo que más os llame la atención sea el tema del aspecto gráfico, y no es para menos, ahora vamos ello, porque sin duda es un listón que se eleva muchísimo en esta entrega, pero me parece importante destacar que hay mucho más allá de eso.
Os aseguro que es difícil describir con palabras hasta qué punto Forza Motorsport es una delicia visual. Da gusto verlo, especialmente en situaciones en las que el cambio horario y la meteorología hacen del juego un absoluto espectáculo.
Una promoción incapaz de hacerle justicia
Ni las imágenes, ni los tráilers, ni las comparativas, especialmente por aquello de las compresiones de vídeo de las plataformas habituales, son capaces de hacerle justicia a lo que supone recorrer el Circuit de Montmeló en una noche con niebla que se transforma en tormenta eléctrica en la que los rayos hacen reflejar todo lo que está tu alrededor, desde los vehículos hasta el escenario, en los charcos que ha dejado la lluvia.
Es una experiencia absolutamente demencial que no recordaba desde títulos en los que el stendhalazo fue similar como en el tristemente desaparecido DriveClub. La gran diferencia es que si en el juego de Sony los gráficos chocaban con lo jugable, en Forza Motorsport es fácil que la conversación se centre en toda esa belleza pese a que a nivel de sensaciones tenga también mucho que decir.
Carreras como esas de Montmeló, con lluvia intensa, te hacen entender hasta qué punto no sólo los cambios sobre la pista pueden ser cruciales a la hora de controlar el vehículo, sino que también resaltan aún más las diferencias abismales que puede llegar a haber entre un coche y otro.
Tal vez quedaría mal decir aquí lo de no inventa nada, porque al fin y al cabo hay un buen puñado de juegos en los que podríamos repetir palabra por palabra esa misma frase, pero si en vez de esa expresión usamos la de no reinventa la rueda, estaríamos cayendo en una error tremendo.
Si algo se puede decir de Forza Motorsport es que hace eso mismo, reinventar la rueda, en concreto su agarre. Es otra de esas impresiones difíciles de vislumbrar hasta que no estás a los mandos, pero lo de tomar una curva y que el juego te transmita con una sensación apabullante hasta qué punto el neumático está agarrando o no, es de esas cosas que a poco que te guste un poco el mundo del motor te recomiendo encarecidamente probar.
Forza Motorsport es a los juegos de coches lo que Halo era a los de disparos
Creo que la forma más clara de ejemplificar esto está en realidad en otro género, concretamente en el gunfeel de los juegos de tiros. Aquellos en los que podemos apreciar una diferencia enorme entre lo que traslada desde la pantalla hasta tu cerebro el disparar una escopeta de doble cañón en un juego o en otro.
Lo que allí supone el temblor de la cámara, el retroceso, el sonido y las animaciones al ver cómo las balas impactan contra el objetivo, aquí se traduce en ver cómo la cámara tiembla al acelerar en un Mustang, apreciar cómo el chasis se tumba en una curva, y cómo el volante se ve empujado por la fuerza centrípeta de la misma transmitiéndote a la perfección en qué situación te encuentras.
Con el sonido y la vibración del mando como guinda al pastel, Forza Motorsport consigue trasladarte en todo momento qué relación se está produciendo entre ruedas del coche y el asfalto.
Cuesta un poco, debo admitir, hacerle demasiadas palmas a un sistema de vibración que en Sony demuestran haber elevado mucho más, pero espero y confío en que ese nuevo mando con vibración háptica que Microsoft parece tener en el horno terminará equilibrando la balanza más pronto que tarde. En cualquier caso es una experiencia que, aunque menor en ese sentido, sabe estar muy a la altura de lo que cabría esperar de ella.
Deshacerse en elogios con Forza Motorsport, como imagino que ya habéis podido comprobar, es relativamente fácil, pero eso no quita que también lo sea asomarse a algunos de sus errores. El primero que me viene a la cabeza, y no porque esté necesariamente mal sino por la sensación de que podría estar mucho mejor, es su modo carrera.
La pata que más cojea de Forza Motorsport
Me explico. En realidad no hay queja posible para el que venga aquí esperando disfrutar de los 500 coches y 20 circuitos que están de salida a disposición del público y que irán creciendo a base de eventos y novedades conforme pasen los meses.
Con varias series destinadas a reflejar la inmensa variedad de estilos de conducción y vehículos que hay disponibles, mientras nos ofrece un completo repaso a todos esos circuitos reales o inventados que dan forma al juego, y que cambian de forma despampanante al aprovechar la climatología y horario variable, es fácil entrar en Forza Motorsport con ilusión y salir de él con una sonrisa.
El hasta dónde llegue esa sonrisa, si es tímida o abarca de oreja oreja, lo marca cómo cases con un sistema que, limitándose a ofrecerte distintos eventos y torneos en los que empiezas con un coche y vas subiendo posiciones, por momentos se siente como un juego de menús algo más de lo que me gustaría.
Entiendo hasta qué punto es algo personal, pero siempre he preferido una experiencia algo menos plana, que te hable de la evolución del mundo de la automovilismo como en Gran Turismo 7, o que aproveche lo que en su día me pareció una idea macanuda con la colaboración de Top Gear, pero aquí se limita más a un salto de un circuito y vehículo a otro que de una experiencia con algo más de empaque que sepa ir más allá del “mira qué bien se ve esto y lo divertido que puede llegar a ser”.
Pero al César lo que es del César, porque si algo hay que reconocerle a Forza Motorsport es que más allá de su grandilocuencia visual y jugable, ha sabido encontrar el equilibrio perfecto a la hora de ofrecer un ritmo y progresión que realmente admite pocas quejas. Ni las distintas series se alargan en exceso para que no te canses de estar conduciendo todo el rato el mismo coche, ni se olvidan de que el tiempo que estés con ese vehículo sea una recompensa en sí mismo.
Un sistema de progreso divertidísimo
Abandonando las salidas de tono en forma de cajas de loot, ruletas de la fortuna, y trajes a lo Fortnite con monos y cascos pintados de esqueletos y calaveras, el juego mantiene la intención de que te esfuerces lo máximo posible por conducir todo lo bien que puedas. Que gran parte de la diversión esté, faltaría más, en coger un coche y aprender a dominarlo.
Como muchos ya sabréis la idea aquí se centra en aportar puntos de experiencia al vehículo que estés conduciendo, a base de realizar trazados lo más perfectos posibles y maniobras que vayan más allá del saber acelerar, girar y frenar. Al hacer que tu coche suba de experiencia se van abriendo opciones de configuración para que lo vayas mejorando.
Digamos que, aunque no es imprescindible para ir avanzando en los campeonatos, la idea de realizar las vueltas de prueba en modo contrarreloj para recibir un bonus de experiencia al superar tiempos de desafío, o mejorar las marcas en ciertos segmentos de cada circuito, ayuda tanto a prepararte para el reto que tienes por delante cuando juegues contra el resto de coches, como a llegar a la carrera con más mejoras desbloqueadas y puntos para instalarlas.
Un sistema de niveles con que el juego te anima a dedicarle un poco más de cariño y valentía a la hora ya no sólo de conducir, sino también de tomar decisiones cómo elegir la dificultad de los rivales, las reglas del circuito, o en qué posición empiezas cada carrera. Es la forma perfecta de crear una curva de progreso que te impida ir podrido de dinero desde el principio, subir el coche al máximo antes incluso de empezar un evento, y hacer que todas las carreras que tengas por delante sean un mero trámite.
Una idea fantástica que invita a plantearte situaciones aún más variadas sin que el juego te acompañe de la mano, como puede ser enfocarte a un estilo mucho más arcade de conducción al rebajar la dificultad del resto de coches y empezar desde atrás para ver hasta qué posición llegas, o tomar caminos completamente opuestos en lo jugable como puede ser empezar en una posición mucho más adelantada, subir la dificultad de los rivales, y comprobar hasta qué punto puedes llegar a mantenerles el ritmo.
La opinión de VidaExtra
Si algo nos ha demostrado la industria el videojuego es que es increíblemente difícil plantearse la intención de querer contentar a todos por igual y conseguirlo, y creo que Forza Motorsport ha demostrado con creces que lo de seguir siendo fiel a su público, a ese más preocupado por reglajes, pesos y desgastes de neumáticos, puede ser totalmente compatible con hacer que un fan de Forza Horizon pueda llegar a sentirse aquí como en casa pese a aportarle una experiencia completamente distinta.
Por si echas en falta algo más que la increíblemente agresiva inteligencia artificial de los rivales, capaces de crear situaciones absolutamente demenciales con accidentes multitudinarios por querer meterse donde sólo cabe un alfiler cuando ven la oportunidad, ahí tienes también un multijugador completamente personalizable en el que exprimir el juego un buen puñado de horas más más allá de su carrera, un sistema de eventos especiales que, sin suponer ninguna revolución, es la oportunidad perfecta para medirte a los tiempos de otros jugadores alrededor del globo.
Quienes busquen en este Forza Motorsport una experiencia que dure meses, tienen más que asegurada una buena cantidad de contenido y, si todo va como planean y nada se tuerce por el camino, también la seguridad de que Turn 10 no tiene ninguna intención de bajar los brazos a la hora de seguir aportando contenido y ofreciendo novedades al juego.
Precio de Forza Motorsport
Forza Motorsport está disponible para PC, Xbox Series X y Xbox Series S por un precio recomendado de 79,99 euros y se lanza el 10 de octubre de 2023. El juego llegará también de lanzamiento a Xbox Game Pass.
Forza Motorsport - Standard Edition - Xbox Series X
Duración de Forza Motorsport
Teniendo en cuenta todo lo que hay por probar y desbloquear en Forza Motorsport, establecer una duración exacta es hartamente complicado, sobre todo teniendo en cuenta el componente online y los eventos que están por llegar. Si quieres un acercamiento a cuánto jugo puedes llegar a sacarle a su campaña, cuenta con que las 20 horas no te las va a quitar nadie.
Forza Motorsport
Plataformas | PC, Xbox Series S y Xbox Series X (versión analizada) |
---|---|
Multijugador | Sí |
Desarrollador | Turn 10 Studios |
Compañía | Microsoft |
Lanzamiento | 10 de octubre de 2023 |
Lo mejor
- Unos gráficos para quitarse el sombrero
- La respuesta de vehículos y neumáticos
- La climatología variable es una gozada visual y jugable
Lo peor
- El modo campaña es algo simplote
- La vibración del mando
En VidaExtra | ¿Es Xbox Series S un lastre para la nueva generación? Phil Spencer habla sobre los problemas con Baldur's Gate 3 y Forza Motorsport
Ver 9 comentarios