Soy de esa clase de gente a la que le encanta cualquier variante del terror. Y si esto lo aplicamos al mundo de los videojuegos, me encantan tanto los Resident Evil de corte clásico, como los que han apostado por la acción a raíz de Resident Evil 4 o por la cámara en primera persona, como Resident Evil 7: Biohazard.
Es precisamente este último del que ahora recibimos su secuela directa, apodada Resident Evil Village, con ese número 8 camuflado en números romanos en la tercera palabra. Toda una declaración de intenciones para corroborar que se continúa con el legado de la saga principal, lo que sólo agradará a cierto sector del público. Hoy, en cualquier caso, toca analizar qué ofrece este nuevo Resident Evil.
Detrás de ti, prost. Una Dimitrescu con tres cabezas
Hay dos temas que han llamado mucho la atención desde la presentación oficial de esta entrega en junio de 2020: ese cambio de localización para viajar hasta un pueblo remoto de Rumanía y la presencia de Lady Dimitrescu, una imponente mujer de dos metros inspirada en la leyenda urbana de la Hachishakusama.
Lo primero, más allá de su moneda oficial (lei), que nos dio una pista antes de hacerse oficial este regreso a Europa, juega un papel a la postre importante en la ambientación, especialmente por la presencia de licántropos y ese toque vampiresco de la citada Dimitrescu. Todo tiene su explicación, por supuesto. Y obviamente hay mucho más de lo que se puede ver a simple vista. Ahora bien, Lady Dimitrescu es tan solo una pequeña pieza de un engranaje más complejo.
Como secuela directa de Resident Evil 7: Biohazard, es de suma importancia saber qué pasó en esa aventura de Ethan Winters. Y de hecho, el propio juego nos ofrece la opción de ver desde el principio un resumen de lo que sucedió en Luisiana. Pero también es una aventura que aporta otro tipo de conexiones con capítulos anteriores, no solamente por la presencia de Chris Redfield, para saber qué demonios le pasa: todas esas respuestas las hallaremos al final, al igual que para ese prólogo que nos deja con el culo torcido y sobre el que vertebra la trama.
Resident Evil Village bebe mucho de los capítulos 4 y 7. Es algo que queda más que patente desde el principio y tampoco es que Capcom lo haya ocultado. Sin ir más lejos, el Duque, ese mercader al que acudiremos en no pocas ocasiones, es amigo del misterioso mercader que ayudó a Leon S. Kennedy en España. Y como ese ejemplo, muchos más: la llegada al pueblo guarda similitudes con lo vivido en aquella zona de España y los enemigos son más inteligentes que el zombi añejo. Sin olvidar, por supuesto, un planteamiento similar a la anterior aventura de Ethan.
Esto último no significa, en cualquier caso, que estemos ante un calco de lo vivido en Resident Evil 7: Biohazard. Para empezar, el mapa ofrece un desafío netamente diferente: un punto de partida desde la aldea vista en la segunda demo sobre el que vertebran las distintas regiones regentadas por los cuatro jerarcas de la madre Miranda. Porque ya sabíamos que Lady Dimitrescu no era la villana principal, pero ciertamente su peso en la historia es menos significativo de lo que nos hacía creer Capcom con sus innumerables vídeos y dará mucho que hablar.
O, más bien, como villana deja que desear en comparación a lo sufrido con figuras de renombre como Tyrant o Némesis, cuya presencia era motivo de pánico, sobre todo cuando nos podían sorprender rompiendo una pared que en teoría no se podía derrumbar. Lady Dimitrescu cuenta con un par de situaciones que nos dejarán de piedra, en el buen sentido, pero sin el impacto global ni la continuidad que han tenido las armas biológicas antes citadas. Y decepciona bastante, vaya.
Resident Evil Village tiene muy buenos momentos
Esa sensación agridulce con Lady Dimitrescu, una villana que merecía más peso en la historia, al igual que sus hijas (éstas caen con una facilidad pasmosa cuando sabemos el "truco"), no desmerecen los buenos momentos que nos brinda la historia, con un arranque brutal que no tiene nada que envidiar al impacto que supuso Resident Evil 7: Biohazard en 2017, aunando lo mejor de aquella aventura de Ethan, con su visceralidad desmedida y momentos de tensión llevados al extremo, junto con situaciones que nos retrotraen fácilmente al Resident Evil 4.
La fórmula la tiene muy estudiada Capcom. Aunque aquí echemos en falta un mayor peso para los puzles, cuya dificultad es anecdótica, tras ver lo importante que resultan los momentos de acción, donde rara vez nos quedaremos sin munición y cuyo mercader hará que, salvo momentos muy puntuales, completar la aventura sea un paseo en comparación con anteriores capítulos de Redfield y cía.
Se agradece la variedad de situaciones, puesto que cada región ofrece un reto diferente, muy acorde al jerarca que lo regenta. Habrá cierto personaje que nos ofrecerá algo más sesudo y con un toque de terror psicológico, sin hacer uso de las armas, mientras que otro de los seres nos evocará, irónicamente, a parte de lo vivido en ese juego de culto llamado The Evil Within. Ahí, de hecho, sí que lo pasaremos mal con algunos enemigos, teniendo que medir más los disparos.
El interés no decaerá en ninguna de esas regiones, al mostrarse fresco en todo momento. Incluso tras volver a la aldea principal, donde irán surgiendo peligros que antes no estaban, viendo, ya de paso, cómo podemos iniciar la caza de ciertos animales para que cocine su comida el Duque y brindarnos mejoras pasivas de salud y resistencia a los bloqueos. Y esto es importante no dejarlo de lado.
El mapa ofrece muchos detalles, no solamente para no perdernos, sino también para saber dónde utilizar una llave, qué zonas nos faltan por visitar y de las que podemos extraer algún objeto, o directamente si hemos "limpiado" una sala. Y ahí también cuentan los cristales valiosos. Porque para comerciar, también será necesario vender los bienes más preciados si queremos mejorar las armas al máximo, ampliar el espacio del maletín o desbloquear diagramas de fabricación.
Todos los enemigos soltarán algo al morir, bien sea dinero o materiales, lo que a la larga es una motivación extra para erradicar a todos los monstruos que nos salgan al paso, escudriñando todos y cada uno de los rincones del escenario en busca de las mejores recompensas. En ese sentido, hay bastante por hacer y algunos cofres especiales con premios de lo más suculentos... Pero también una serie de monstruos de mayor envergadura que nos sorprenderán más de una vez.
Una aventura valiente, con sorpresas a cascoporro
Lógicamente, no vamos a destripar la trama. Ni siquiera decir cómo arranca la historia de Ethan. Pero está claro que a los de Osaka les gusta últimamente mezclar muchos palos del terror para crear un cóctel explosivo, teniendo como fondo un Resident Evil que inevitablemente agradará más a unos que otros.
Algo no se le puede negar, de todas formas. Y es que resulta valiente en ciertas decisiones de la trama, teniéndonos en vilo hasta el final. Es una de las entregas que más me han enganchado, de hecho, a pesar de que no me haya convencido la forma en la que se ha manejado cierto personaje que llegamos a controlar en un momento de la historia. Ha perdido fuelle, a mi parecer. Y no todos los villanos brillan de igual modo, viendo cómo algunos resultan en la práctica mucho menos poderosos de lo que nos hacían creer en sus apariciones esporádicas con Ethan.
El viaje merece mucho la pena, eso sí, y las ganas de rejugarlo han hecho que siguiese exprimiéndolo días después de completarlo, principalmente de cara a los desafíos, como viene siendo habitual. Y también de cara a la obtención de las mejores armas y en los niveles más difíciles, por supuesto. Eso no puede faltar.
Aquí el modo extra que regresa, como adelantó Capcom hace días, es el clásico Mercenarios, que ha experimentado un pequeño lavado de cara, como por ejemplo a la hora de obtener ventajas pasivas de forma aleatoria y a elegir entre tres por cada vez que destruimos una figura azul. Los efectos pueden ir desde curarnos brevemente con las muertes hasta provocar explosiones al realizar críticos sobre los enemigos. Sobra decir que completar cada sección en el menor tiempo posible y encadenando combos, nos dará las mejores puntuaciones.
No llega al nivel de pique de Resident Evil 3: Nemesis, donde debutó ese modo de juego (inexplicablemente, no estuvo en el remake Resident Evil 3, como sabemos), pero es el típico modo que sirve como complemento ideal para soltar adrenalina hasta que damos con el patrón para hacer el recorrido que nos lleve a la ansiada partida perfecta. Y aquí las variables son muchas, no solamente por las citadas habilidades pasivas, sino por lo que hagamos al comerciar con el Duque.
Sin embargo, nos quedamos sin Resident Evil Re:Verse de lanzamiento, al ver aplazada su salida hasta este mismo verano. En lo personal, este modo online me había sorprendido gratamente cuando tuvimos ocasión de jugarlo en una de sus betas (con bastante suerte con los servidores, visto lo visto), así que ya llegará el momento de analizarlo cuando llegue su versión definitiva. Al menos con la historia principal y el modo Mercenarios, tenemos juego y desafíos para rato.
Si te gustó la anterior aventura de Ethan, a por él
Al final todo se resume a la gran pregunta: ¿me gustará? Y aquí, sin temor a equivocarnos, te diremos que lo disfrutarás si te gustó la primera aventura de Ethan, al ser secuela directa. Porque, al fin y al cabo, se juega en primera persona. Y si te preocupa la presencia de licántropos, debes saber que es tan solo uno de los tipos de enemigos que habrán. Pero desde luego que le aportan mucho jugo.
A nivel gráfico sí que esperábamos un salto exponencial, pero lo cierto es que salvando la iluminación con trazado de rayos, se nota la mejoría respecto al séptimo capítulo, pero sin alardes. Lo que no quita, en cualquier caso, que no vayas a alucinar con el detalle de algunas regiones, sobre todo una muy húmeda...
Detractores aparte, es una historia muy necesaria para rellenar ciertos huecos que faltaban por contarse en cuanto a Resident Evil se refiere, dibujando un futuro de lo más interesante. Aunque aquí aprovechamos para reiterar el deseo de un remake de Resident Evil Code: Veronica antes que el de Leon en España, vamos.
En lo personal, Resident Evil Village me ha gustado, pero no tanto como Resident Evil 7: Biohazard. Se ha perdido el efecto sorpresa de la anterior aventura de Ethan y se nota que Capcom ha intentado replicar (con éxito, eso sí) varios de sus momentos más impactantes con otro tipo de situaciones, pero la sensación de déjà vu es evidente y eso le resta valor. Aparte de lo ya comentado con Lady Dimitrescu, que queda muy lejos de la temible villana con la que soñábamos.
Tampoco cuajan esos laberintos en miniaturas con bolas de metal, por culpa de un manejo de la cámara bastante caprichoso, que ni siquiera se ve acompañado por unas físicas para el citado objeto circular acorde a lo que debería suceder. Es algo totalmente secundario, sí, al brindarnos únicamente los cristales de mayor valor de todo el juego, pero que llegará a desesperarnos si ansiamos el 100%.
Es lo que tienen las secuelas, por mucho que intenten ofrecer algo nuevo. Aunque al menos no le tiembla el pulso con ciertos aspectos de la historia, mostrando mucho interés por ver con qué nos puede sorprender Capcom de aquí a dentro de unos años si quiere seguir tirando de cierto hilo... Porque material tiene de sobra.
La opinión de VidaExtra
En definitiva, Resident Evil Village es otro gran Resident Evil, especialmente por la gran variedad de situaciones que ofrece su nuevo entorno y el jugo que se le saca a ciertos personajes con un peso capital en la trama. Hay sorpresas, momentos de gran impacto y un buen cóctel, en resumen, de lo que ya había adelantado la otra aventura de Ethan en 2017. Si eres de los que disfrutaron con aquella propuesta, te habrá conquistado sin esfuerzo, pese a que no alcanzar la misma excelencia.
RESIDENT EVIL VILLAGE - Edición Lenticular
Resident Evil Village
Plataformas | PS5 (versión analizada), Xbox Series, PS4, Xbox One, Steam y Stadia |
---|---|
Multijugador | No |
Desarrollador | Capcom |
Compañía | Capcom |
Lanzamiento | 7 de mayo de 2021 |
Lo mejor
- El jugo que se le saca a la nueva localización
- Arranca muy fuerte y el ritmo no decae
- Las sorpresas que nos brinda su historia
- El regreso del modo Mercenarios y los extras
Lo peor
- Lady Dimitrescu está poco aprovechada
- Los laberintos con bolas de metal, en contraste con la escasa dificultad para muchos puzles
Ver 18 comentarios