Reseña de Arcade Classic Collection, de Enrique Segura Alcalde. Un regreso a la edad dorada de los recreativos con páginas rebosantes de píxeles y nostalgia

Leer Arcade Classic Collection: Las máquinas recreativas de tu infancia es como sentarte en uno de esos pubs con enormes sillones de cuero junto a dos amigos, pedir tres generosas jarras de cerveza mientras esperas al cuarto y rememorar la mejor época de los salones recreativos. La del Star Wars de Atari, la de ese Street Fighter II que obsesionó a toda una generación y la del Metal Slug que nos voló la cabeza a base de elevar el pixel art a la categoría de arte.

Los videojuegos son los grandes protagonistas de nuestra conversación, como debe ser. Pero lo verdaderamente especial es la compañía con la que abordamos nuestra obsesión compartida. A un lado, haciendo sus maravillosos garabatos en una servilleta, tenemos al mismísimo Pedro Vera. Compartiendo sus vivencias y también los recuerdos de la fauna que habitaba en aquellos maravillosos lugares de peregrinaje. Al otro lado, el que de va a dejar que se le caliente la cerveza por querer hablar más: Enrique Segura Alcalde. ¿Cómo no dejarle que se explaye todo lo que quiera?

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Y es que resulta relativamente fácil toparse con un libro de Enrique Segura Alcalde al curiosear en las estanterías dedicadas a libros de videojuegos. De hecho, es uno de los autores más mimados del sello Dolmen Games, la división de la editorial palmesana dedicada a profundizar desde todas las perspectivas en el mundo del entretenimiento digital. La editorial de la revista Manual y también la de la serie Enciclopedia Homebrew.

Enrique, eso sí, se ha dedicado a explorar de un tiempo a esta parte un campo tan concreto como rico y fascinante: el videojuego retro. Un campo en el que a muchos nos gusta perdernos, ya bien sea por nostalgia hacia los grandes clásicos o por redescubrir ese juego cuyo nombre se perdió con el paso de los años, pese a que le dedicamos tardes enteras. En ambos casos, tesoros que dejaron su impronta en nuestro ADN como apasionados por los videojuegos.

Arcade Classic Collection: nostalgia impresa en papel

Tras varias obras publicadas, Arcade Classic Collection continúa el viaje de Enrique Segura iniciado con la Década dorada de los videojuegos retro abordando un aspecto de paso que, más que necesario, resulta obligado para toda una generación de apasionados por los videojuegos: las máquinas recreativas. Más concretamente, las recreativas de nuestra infancia. Las que se jugaron en los arcades, bares y salones de juego de España.

Esas máquinas que se tragaban las pocas monedas que llevábamos en el bolsillo a cambio de una cantidad de minutos de diversión directamente proporcional a nuestra destreza con los botones. Una destreza pulida a base de ensayo, error y monedas de 25 pesetas. Eso sí, lo que distingue a Arcade Classic Collection de todos esos listados y recopilatorios dedicados a rendir culto a los días gloriosos de los recreativas es que no se pierde en ningún momento la perspectiva del chaval que pisaba aquellos locales con fascinación y ganas de darle a todos los botones.

Arcade Classic Collection logra ponernos siempre en contexto a través de varios recursos bastante acertados. Desde una maquetación colmada de color y generosa en imágenes -que, casualidad o no, parece sacada de la época- a un tono ameno y cercano. Que pasa lo justo y necesario a través de los detalles o el trasfondo de cada juego para centrarse en la época. En la figura de ese jugador que debe meditar muy bien dónde echar sus pocas monedas.

Hay detalles de la edición que, quizás, merecían haberse tratado con un poquito más de mimo. Pese a que el libro es muy generoso en cuestión de capturas, ilustraciones y fotografías, lo cierto es que da la impresión de que el grueso de las imágenes y pósters son pantallazos acomodados al texto sin reparar demasiado en la calidad del pixel art o la propia resolución. Por otro lado, también hay que decir que varios de los recursos visuales repartidos entre los diferentes capítulos son piezas verdaderamente insólitas y carteles que evocan pura nostalgia.

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Tu propio recreativo en forma de libro

Más allá de las formas y el formato, lo que verdaderamente acaba dando valor y mucha relectura a Arcade Classic Collection es el contenido de su cuerpo: nada más cumplir con el prólogo y usando el primer capítulo como trampolín, Enrique Segura Alcalde despliega una especie de salón recreativo en forma de libro a través de una selección de 50 juegos esenciales de la época. Un compendio de arcades que va desde el mítico Pong de Atari a Ghosts'n Goblins, pasando por Windjammers, Pac-Man, Toki o Mortal Kombat.

Como libro, Arcade Classic Collection no es ese salón recreativo de ensueño que aspire a tener todas las máquinas, sino una generosa selección con aquellas que calaron especialmente en la época y, más concretamente, entre los jugadores de España. Incluyendo la recreativa de Los Simpson o ese Gals Panic cuya demo más de uno, y de dos, miraba de reojo apoyado en el mueble del Out Run. Eso sí, pese a la maquetación tan de la época, en este último caso en concreto ya te adelantamos que no hay capturas picaronas del clásico de Kaneko.

Durante los textos, Enrique Segura acierta al responder las preguntas adecuadas y que él mismo va planteando en cada párrafo. Dejando margen entre texto e imágenes para cajetillas y cuadros con datos más específicos, fichas de personajes en algún que otro juego muy específico como en la recreativa de las Tortugas Ninja e incluso se permite hacer preguntas al aire, suspirando por un crossover entre los héroes de Marvel y DC en clave de videojuegos. Un sueño que, por cierto, si se llegó a dar en aquella época tan disparatada a través de los cómics de ambas editoriales.

Las 400 páginas de Arcade Classic Collection, aportan mucho contenido y Enrique Segura las aprovecha muy bien. Pero también es plenamente consciente de que es imposible abordar toda la historia de las recreativas en papel y un solo libro, de modo que acierta al acotar las temáticas y la selección de juegos en un 1996 muy excepcional y guardarse todo lo que llegó después, que no fue poco, para su segundo volumen: Arcade Classics Reloaded, el cual da un salto escalonado de los pixeles a los polígonos y, en el proceso, cambia el tono: ya no son las recreativas de nuestra infancia, sino las de nuestra juventud.

La pasión por las recreativas sigue viva

Enrique Segura firma la práctica totalidad de las páginas de Arcade Classic Collection, pero no es el único autor y lo que aporta al lector no se sostiene únicamente a base de nostalgia por tiempos pasados. Si bien, Pedro Vera (dibujante histórico de El Jueves y creador de Ortega y Pacheco) arranca el libro a través de un sensacional prólogo en el que nos cuenta sus experiencias y sensaciones en los recreativos, el tramo final del volumen está íntegramente dedicado a aquellos que preservan el espíritu de los salones recreativos.

Ahora bien, el décimo capítulo de Arcade Classic Collection es una verdadera joya. En esencia, se trata de una sucesión por entrevistas a nombres propios, coleccionistas y apasionados por la edad de oro de las recreativas dedicados en la medida de sus posibilidades y recursos a restaurar y preservar los muebles originales, llevarlos a eventos y exposiciones o, simplemente, ponerlos en común a través de asociaciones repartidas por toda España. Fomentando el legado de los clásicos y manteniendo vivo el sueño de los jóvenes de entonces.

El epílogo y las páginas finales de Arcade Classic Collection corren por cuenta de un cuarto invitado a nuestra referida mesa cervecera: José Manuel Fernández Spidey, quien es otro de los autores mimados de Dolmen (autor de La historia de ATARI, Enciclopedia PlayStation o MSX Primera Generación, nada menos) y que concluye atando contenidos y nombres propios de máquinas muy queridas al elemento que irradia el libro: la nostalgia en su mejor faceta.

Con todo, Pedro Vera vuelve a conquistar al lector más allá del prólogo con un regalo final que redondea el valor de este primer volumen: un cómic en el que se pasa lista al colorido Bestiario de habituales y parroquianos de los salones recreativos de antaño. O, como Vera la denomina, la Jungla Quinqui. Un grato recuerdo de una época que asienta el tono y la perspectiva de Arcade Classic Collection mientras dibuja, viñeta a viñeta, esa sonrisa de nostalgia y complicidad en el lector.

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La opinión de VidaExtra

Dolmen Games nos facilitó una copia Arcade Classic Collection: Las máquinas recreativas de tu infancia, y negarse no era una opción. Desde el prólogo me vi reflejado en la misma pasión de Enrique Segura, Pedro Vera y todos aquellos implicados en este viaje literario hacia un salón recreativo de tinta y papel. Algo que justifica holgadamente que sea recomendable para lectores de 30 años y más, según se puede ver en su ficha de Amazon.

Ahora bien, siempre he estado orgulloso de pertenecer a esa generación que convivió y creció con la referida Jungla Quinqui que retrata Vera con maestría, pero también he de reconocer que muy pocos libros han abordado con tantos matices la cultura de mis recreativos. No los del Japón que se rindió a los Space Invaders o los de esa idealizada Estados Unidos de la época, sino los de la España de los 80s y principios de los 90s.

Extendiendo esa esencia y la de las revistas que leía y releía con fervor durante aquellos maravillosos años, con su estética tan colorida, su maquetación tan poco sutil y esas notas al margen cuyo único propósito era soltar una gracieta. Precisamente, ese es el espíritu y el mayor acierto de Arcade Classic Collection de cara al lector.

En Arcade Classic Collection no encontrarás listadas y analizadas todas y cada una de las máquinas de SEGA, Capcom o SNK, aunque éstas y otras compañías cuentan con un capítulo propio centrado en sus máximos hitos. Pero, a cambio, logrará que te reencuentres con quien fuiste en aquellos días. Es más: en sus páginas finales y las entrevistas dedicadas a quienes preservan ese legado hay notas de esperanza que refuerzan la idea de que en pleno 2022 la pasión por las recreativas sigue viva. Y, visto lo visto, lo seguirá estando dentro de varias décadas más.