Para ser uno de los personajes más queridos de Disney, sorprende comprobar el poco bagaje que ha tenido el pato Donald como protagonista dentro del sector de los videojuegos (en comparación con Mickey Mouse, claro está), siendo aquel QuackShot de 1991 su primera aparición estelar en la histórica Mega Drive.
Con unos pocos juegos con su nombre en los 80, este plataformas exclusivo de la consola de SEGA en los inicios de la década de los noventa, fue la peculiar contrapartida al mítico Castle of Illusion de 1990, con un Donald que optó por otras mecánicas respecto al ratón más famoso de Disney. Toca recordarlo.
QuackShot, el plataformas más atípico de SEGA
El primer punto diferenciador que más chocaba en Quackshot es precisamente cómo se alejaba del concepto básico de cualquier plataformas: no "matábamos" al enemigo saltando sobre él, ni siquiera nos deshacíamos de él; tan solo lo aturdíamos brevemente lanzándole un desatascador, sin importar la munición.
Ese disparo planteaba otra estrategia "de paso", la de pararnos lo justo ante el rival, dejándolo en pajaritos durante unos segundos para seguir avanzando. Ahora bien, sí que había más formas de rematarlos para siempre, pero eran casos especiales.
Por un lado, teníamos munición limitada que había recoger, siendo la primera de ellas las pepitas de maíz, que lanzábamos en ráfagas abiertas de cinco disparos a la vez. Era una munición extremadamente escasa y que se gastaba en un suspiro, al contrario que los globos de chicle que necesitábamos para Transylvania. El último recurso para eliminar a los enemigos tan solo se daba en unas fases con chiles picantes, viendo cómo Donald salía disparado hasta disminuir su calor.
En cualquier caso, era un juego que basaba su principal mecánica en el uso del desatascador, especialmente tras desbloquear su primera mejora para pegarlo a la pared y poder escalar para llegar a zonas elevadas. Y había otra mejora extra.
Uno de muchos clásicos Disney en Mega Drive
Gráficamente era muy bonito para la época, aunque se viese superado por otros títulos de la factoria Disney en años posteriores, como Aladdin. Su historia, además, nos mostró a un pato Donald a lo Indiana Jones, en busca de un tesoro perdido con el que hacerse más rico que el tío Gilito, a quién vimos en Ducktales.
De hecho, en QuackShot estaban los sobrinos del citado tío Gilito, quiénes nos ayudaban con su avioneta para viajar entre cada región, algo que había que hacer mucho debido al backtracking del juego, obligándonos a revisitar zonas cuando conseguíamos un objeto especial con el que poder avanzar en otros sitios.
Su menú, con el botón de pausa, recordaba vagamente al The Simpsons: Bart vs. The Space Mutants de ese mismo 1991, otro plataformas que nos hizo darle al coco para resolver algunos rompecabezas. Ahora bien, SEGA creó un sistema más intuitivo, pese a que en ciertas situaciones tuviésemos que dar varios rodeos hasta hallar el camino correcto. Sin ir más lejos, en algunas fases, hasta había que regresar al punto inicial para poder usar el mapa después, lo que era un engorro.
No fue un plataformas con un buen número de jefes, sino más bien con una cifra bastante modesta, pero lo cierto es que destacó por alejarse de los cánones de los juegos de su estilo para intentar ofrecer algo diferente, sin alardes. Ya en 1995, el pato Donald apostaría más por la acción plataformera con el colorido Donald in Maui Mallard, su otra gran aventura como protagonista en solitario.
¿Ha aguantado bien el paso del tiempo?
Sí, pero lo justo, tal y como sucede con World of Illusion, por ejemplo, donde compartió protagonismo con Mickey Mouse. Hoy se muestra como una aventura más lenta y simplona, ampliamente superada por otros clásicos de 16-bits.
QuackShot
Plataformas | Mega Drive y Saturn |
---|---|
Multijugador | No |
Desarrollador | SEGA |
Compañía | SEGA |
Lanzamiento | 1991 |
Precio | No disponible |
Lo mejor
- Un plataformas diferente. Y con Donald
- Gráficamente era muy bonito
- Las mejoras del desatascador
Lo peor
- Abusaba de revisitar las regiones
- Algunas acciones eran un poco torpes
- Que SEGA se olvide siempre de QuackShot
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