Las primeras horas de Granblue Fantasy: Relink han sido una sorpresa constante y cada nuevo capítulo más impresionante que el anterior

Entre los lanzamientos de Like a Dragon: Infinite Wealth y Persona 3 Reload es innegable que los aficionados de los RPG tienen entretenimiento más que de sobra para las próximas semanas, porque cada uno de ellos puede llegar a durar cerca de 100 horas. Una característica que comparten ambos es que sus combates son por turnos, pero aquellos que busquen un RPG con una acción más directa están de enhorabuena por el juegazo que se avecina.

Tan solo quedan 24 horas para que se ponga a la venta Granblue Fantasy: Relink, la nueva entrega de la saga desarrollada por Cygames que llevaba siete años en desarrollo, que se dice pronto, así que ya había ganas de que llegase este momento tan esperado para comprobar el resultado final. Eso sí, no es la primera vez que he tenido la oportunidad de jugarlo, ya que el pasado mes de agosto lo pude probar durante apenas 20 minutos.

No obstante, en esta ocasión he podido jugar unas cuantas horas de los primeros compases de la aventura para hacerme una mejor idea de las cualidades de este título y desde luego las sensaciones que me ha transmitido no han podido ser más satisfactorias, por lo que se avecina otro juegazo más a tener en cuenta.

Un viaje por las islas flotantes de un mundo de fantasía

Uno de los primeros detalles que me llamó la atención de la trama de Granblue Fantasy: Relink es que daba la impresión de que nada más empezar la aventura te estaba mostrando un flashforward, dado que de repente todos los personajes aparecen en un barco volador emprendiendo una aventura. En ese momento no le quise dar más importancia pensando que tarde o temprano el juego me pondría en situación de qué ha pasado anteriormente, cómo han llegado ahí o quiénes son los personajes.

Sin embargo, mi gozo en un pozo, porque resulta que no, que el juego comienza así tal cual, como si tuvieses que conocer de sobra todos los antecedentes, lo que puede resultar un tanto extraño para los recién llegados a la serie, como es el caso de un servidor. En cambio, los que vengan de jugar a Granblue Fantasy en los dispositivos móviles no se tomarán esto como un inconveniente, dado que Relink se trata de una secuela directa.

En cualquier caso, todo el argumento nos presenta un mundo de fantasía que está formado por infinidad de islas flotantes, de ahí el método de navegación que emplean el grupo de protagonistas al tener que viajar de un lado a otro por este mar de nubes en la búsqueda de la tierra prometida. Un objetivo que no tarda en verse truncado por una serie de acontecimientos que ponen en peligro a todos los integrantes del grupo, especialmente a nuestro héroe y Lyria, una chica con la que mantiene un vínculo vital, dado que la vida de ambos está unida en una sola.

A partir de ahí la historia no para de ganar puntos y volverse muy interesante, lo que ayuda su apartado gráfico al parecer enteramente que estás presenciando una serie de animación, porque cada una de sus asombrosas secuencias no tienen desperdicio. Todas ellas acompañadas por un doblaje en japonés o inglés y subtitulado al castellano, aunque también hay que resaltar que cada uno de los personajes se siente único con sus propias personalidades.

Cada uno de los capítulos no dura demasiado, pero lo que es indiscutible es que cada uno es mejor que el anterior, al igual que van apareciendo más aliados y enemigos de lo más variopintos durante las misiones principales. Dicho sea de paso, el grupo solo puede estar formado por cuatro personajes, pudiendo escoger en todo momento quiénes serán nuestros acompañantes antes de que comience la acción, aunque el único que no varía nunca es el protagonista.

En cambio, con las misiones secundarias no es el mismo caso, porque en estas sí que se puede escoger cualquiera de los personajes. Además, cada uno de ellos se siente único gracias a su forma de combatir, sus ataques más poderosos o las habilidades especiales a las que pueden dar rienda suelta, lo que supone una buena forma de probar otras formas de jugar y cambiar de aires.

Por otro lado, estos objetivos opcionales se pueden llevar a cabo en solitario o con otros tres jugadores más. Aun así, no es obligatorio buscar a otras personas del mundo para ello, porque los huecos que queden libres siempre serán ocupados por la inteligencia artificial, sobre la que hay que reconocer que se defiende a la perfección atacando, esquivando o empleando los hechizos adecuados cuando es debido, por lo que no me he encontrado con ninguna pega al respecto.

Las misiones principales van transcurriendo a lo largo de las diferentes islas, con sus propios biomas y tareas que van variando, desde salvar a un grupo de ciudadanos en peligro hasta combatir contra hordas de enemigos. Es más, algunos de los momentos que he vivido han sido tremendamente épicos y con un ritmo fascinante, pero algo que también me ha parecido curioso es que las secuencias o conversaciones no es necesario verlas enteras, ya que el propio juego te cuenta brevemente qué es lo que sucede en ellas al darle a la pausa si se opta por saltarlas.

Con respecto a las misiones secundarias, en este caso las únicas que he completado son objetivos muy concretos de derrotar a cierta cantidad de enemigos o acabar con un jefe final. Dependiendo del tiempo que se tarde o si se cumplen otras tareas adicionales que aparecen marcadas, las recompensas varían, así como la puntuación final que se obtiene y que, a falta de jugar con otras personas, imagino que se reparte entre todos los miembros del grupo.

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Unos combates que son un puro espectáculo audiovisual

Por mucho que la trama pueda ser magnífica, su ambientación o sus personajes, lo que más destaca del juego son sus combates en tiempo real bien cargados de acción y muy frenéticos, por el ritmo al que transcurren y la bestialidad de efectos que desfilan constantemente por la pantalla. En este sentido, no se paran de presenciar golpes, personajes aliados y enemigos moviéndose de un lado a otro y magias volando por todas partes.

De primeras me pareció un poco caótico hasta que poco a poco te vas familiarizando con los controles y la gran libertad que ofrecen. Al poder desplazarte por cualquier parte es posible correr, saltar, esquivar o utilizar los ataques especiales en cualquier momento a medida que se van recargando, pero entre unas cosas y otras estás constantemente en movimiento repartiendo tajos a diestro y siniestro. No obstante, en absoluto se trata de un machacabotones porque hay que pensar bien todo lo que se hace.

Todos los enemigos golpean muy duro y ponerse a repartir estopa como si no hubiese un mañana lo único que provocará es que nuestra vida disminuya a toda velocidad. Al menos, los patrones de los adversarios son fáciles de leer en determinados momentos para así anticiparse a sus movimientos y no acabar pasándolas canutas. De todos modos, en todas las peleas en las que me he visto envuelto me lo he pasado en grande y en cierta manera me han recordado a los de Final Fantasy XVI por lo espectaculares que son.

De hecho, otro motivo por el que me han recordado a los del excelente título de Square Enix es por la banda sonora que acompaña de fondo, en la que se nota claramente que Nobuo Uematsu es su compositor por la calidad de las melodías y lo impresionantes que son, al igual que por lo bien que acompañan a cada situación. Sin ninguna duda, esto lo he podido apreciar sobre todo en las batallas contra los jefes finales, porque son realmente apoteósicas.

Por este mundo de fantasía habitan los Astrales, sobre los que se dice que son una especie de bestias gigantes con poderes similares al de los dioses e incluso capaces de provocar un cataclismo a gran escala si se llegan a descontrolar. Pues bien, uno de los primeros jefes finales al que me tuve que enfrentar era uno de ellos y perfectamente podría haber pasado por un combate contra el último jefe final de cualquier RPG, por la música que se escucha de fondo, por lo imponente que resultaba, por su colosal poder, etc. Me costó vencerle, sí, pero la pelea la disfruté como un enano.

Lo mejor es que pensaba que tardaría en volver a ver algo así en la aventura, concretamente hasta que me enfrentarse a otro Astral, pero en absoluto fue el caso, porque la batalla contra el siguiente jefe, que no era tan descomunal en apariencia, no se quedó atrás en absoluto, de ahí que tenga tantísimas ganas de seguir progresando en la trama principal solo por descubrir qué otras sorpresas y batallas alucinantes me aguardan.

Volviendo al sistema de combate, aparte de todo lo indicado previamente, es esencial no parar de atizar a los jefes porque estos cuentan con una barra que al reducirla a cero los dejas aturdidos durante unos cuantos segundos, lo que es una cantidad de tiempo de suma importancia para quitarles más puntos de vida de lo normal. Eso sí, ellos mismos son capaces de devolvernos la misma moneda si llegan a entrar en cólera, porque entonces se vuelven imparables aumentando considerablemente su daño y velocidad.

Por suerte, el grupo de personajes está bien surtido de capacidades muy demoledoras, entre ellas los ataques en cadena. Estas habilidades definitivas se alcanzan tras rellenar una barra de poder, de manera que cuando la de todos los miembros está completa pueden ejecutar un ataque de los que hace pupita con solo verlo al desencadenar un ataque definitivo entre los cuatro miembros.

Más allá de todo esto, me queda demasiado por ver y en lo que profundizar. He podido apreciar que a los personajes se les puede personalizar bastante, con sus propios árboles de habilidades, al igual que hay objetos que se pueden equipar, armas que se pueden subir de nivel para hacerlas más letales y hasta se pueden conseguir una especie de tickets para que se una al grupo de protagonistas algún personaje que ha debutado en otras entregas de la saga, lo que puede aumentar una barbaridad la plantilla de héroes.

No me cabe duda de que Granblue Fantasy: Relink todavía se reserva otros ases bajo la manga que me mantendrán enganchado durante un buen puñado de horas, así que estoy deseando seguir descubriéndolos para poder ofreceros próximamente la valoración final con su respectivo análisis, pero de momento todo apunta a otro juegazo más de este primer tramo del 2024.