El haber pasado varios días en el Summer Game Fest de Los Ángeles ha sido una de las experiencias que no olvidaré nunca por los diferentes videojuegos que he podido probar, entre ellos algunos que han acabado resultado una sorpresa muy agradable por ser títulos de los que no esperaba nada, ya que ni siquiera los tenía en mi punto de mira. Así surgió la oportunidad de jugar a Phantom Blade Zero, así que me lancé a la aventura sin saber qué me iba a encontrar.
Lo único que me habían dicho al respecto es que era una especie de soulslike. Como ya he mencionado en alguna que otra ocasión cuando he dado caña a un juego de este tipo, es un género que no se me termina de dar bien. Sin embargo, durante toda la demo que estuve probando me acompañó uno de los miembros del estudio chino S-Game, responsables de esta obra, y me aseguró que se asemejaba un poco a los trabajos de FromSoftware por sus combates, pero en realidad es más un hack 'n' slash.
Confiando en sus palabras, decidí lanzarme a la batalla sin pensármelo dos veces y he de reconocer que fue una de las mejores decisiones que tomé durante los días que visité el evento, porque desde luego se ha convertido en uno de los juegazos que más me ha sorprendido y que tiene todas las papeletas para ser capaz de dar el campanazo durante este 2024.
Trepidantes combates al más puro cine oriental
La demo que jugué no era demasiado larga. Apenas estuve unos 15 minutos a los mandos que en realidad podrían haber sido menos, pero morí unas cuantas veces en la batalla final porque no quise ver a otras personas jugar para así ir totalmente de nuevas y sin ideas preconcebidas, así que tuve que ir viendo sobre la marcha lo que era capaz de hacer. Además, al final te aparecía la cantidad de muertes que habías acumulado con el fin de picarte para hacerlo mejor en un segundo intento.
Dicho esto, lo primero era superar un tutorial para familiarizarte con los controles. Lo cierto es que la jugabilidad es fácil de entender, dado que tienes un botón de ataque normal y otro más fuerte y por supuesto está la posibilidad de esquivar y bloquear los impactos de los enemigos. A su vez, se puede intercambiar entre dos armas cuerpo a cuerpo y otras dos para atacar a distancia, pero aprender a dominar todo esto a la larga tiene algo más de miga.
Más allá de combatir sin parar, estos primeros minutos también muestran que es posible trepar por las paredes, atravesar lugares más recónditos o seguir varios caminos, aunque todo esto fue un poco de pasada, dado que la mayoría de la demo se centraba exclusivamente en el combate. Por lo tanto, no puedo hablar mucho más de algo que no tenga que ver con liarse a tajos contra los numerosos enemigos y despiadados jefes finales que van desfilando.
Una vez completado el tutorial, era el momento de la verdad en esta demo que se dividía en tres partes. En la primera de ellas había que vencer a un grupo de enemigos que no oponían demasiada resistencia y tras acabar con todos había que derrotar a un jefe final que tampoco es que fuese demasiado complicado, por lo que me vino bien para probar todos los controles y disfrutar del espectáculo de espadazos del que hace gala el juego.
Y es que en algunos momentos parece enteramente que estás viendo una película de acción oriental por lo asombrosos que son estos encuentros. Sobre todo por el ritmo tan frenético al que transcurren, ya que la lluvia de tajos es constante y me dejó muy impresionado cómo suenan las espadas cuando chocan entre ellas constantemente, los destellos que sobresalen, los litros de sangre que se esparcen por cada golpe, así como el humo que se levanta con los movimientos o al desplazarse por el suelo.
Hasta se podría decir que todo es como una coreografía en la que se premia los reflejos de los jugadores. En este sentido, cuando los adversarios desprenden un destello azul hay que bloquear el golpe en el momento adecuado, de la misma manera que hay que esquivarlo si la luz que desprenden es roja, lo que sirve para propinar uno de los golpes más demoledores de todos con su respectiva secuencia de las que te dejan boquiabierto por lo brutales que son.
Esto último lo pude apreciar también en la segunda parte de la demo en un combate contra otro jefe final, porque a medida que le vas rajando las partes del cuerpo se ve como la sangre sale disparada y tiñe el suelo de rojo. Pero no son manchas que desaparecen a los pocos segundos, sino que se quedan ahí permanentemente para reflejar más todavía lo bestiales que son estas peleas en las que prácticamente no tienes ningún segundo para respirar hasta que las rematas con un finisher de lo más violento.
La batalla final, que era contra un jefe final que perfectamente podría ser uno de Blasphemous por su vestimenta y armas, sí que era más desafiante que todas las anteriores. Tal fue el caso que contaba con un golpe que era capaz de arrancarte la cabeza al instante y que únicamente se podía esquivar escondiéndote detrás de una columna, por lo que el entorno juega un papel importante. Es más, hasta también se puede correr por ellas y saltar dando una espectacular voltereta en el aire con espadazo incluido.
Sin duda, todo muy cinematográfico y alucinante, a lo que se suma el hecho de que gráficamente el juego luce de maravilla, con una ambientación ideal para su temática y una paleta de colores muy oscura en general para darle un toque más siniestro y tenso a estos combates tan emocionantes. Por eso mismo, cada vez que ejecutas un golpe perfecto o muy demoledor, en especial con las armas de fuego, entre ellas una que escupe fuego y otra que hace la función de cañón, te transmite una satisfacción enorme.
Por su parte, entre las armas de cuerpo a cuerpo vi una katana, una espada gigante y una doble espada para portar en cada mano. En cualquier momento es posible intercambiar unas por otras, incluso en medio de uno de esos combos tan letales, aunque cada arma cuenta con sus propios movimientos y formas de jugar, para que así cada uno pueda decantarse por la que más se adapte a su estilo.
Lo que está claro es que los jefes finales no se andan con tonterías, pero ninguno me pareció lo suficientemente difícil como para causar una sensación de frustración, lo que no quita que sí me dio una alegría enorme derrotar al último de ellos. Aun así, me quedé con ganas de haber jugado más y de descubrir qué más puede ofrecer Phantom Blade Zero, con la esperanza de que haya partes de exploración y no se centre tanto en los combates contra imponentes jefes. Sea como sea, esta demo ya me ha vendido el juego.
Fecha de Phantom Blade Zero
Lo único que se ha confirmado al respecto acerca de la fecha de Phantom Blade Zero es que llegará en algún momento de 2024. El día exacto es un misterio, pero al menos sabemos que estará disponible para PS5 y PC.
En VidaExtra | Viernes es el Dark Souls de los juegos de cartas en solitario
En VidaExtra | Siete verdades como puños sobre Dark Souls que te harán esbozar más de una sonrisa
Ver 0 comentarios