Ni meteoritos, ni volcanes: lo mejor para acabar con las plagas de dinosaurios son las exoarmaduras. Más concretamente las de Exoprimal. Y da igual cual elijas o cómo las personalices: el resultado siempre es un exquisito festival del caos y la destrucción.
Capcom se ha empeñado en convertir la exterminación de bestias prehistóricas de enorme tonelaje y esas interminables oleadas de pequeños saurópsidos en un brutal espectáculo colmado de metralla, tajos y explosiones. Y pese a que en Exoprimal el contexto tiene un gran peso dentro del conjunto, lo que siempre se impone es el resultado: cada nueva partida es tan disparatada como alucinante, ya bien sea peleando con el aspecto de un Transformer o arrasando como un Carnotauro.
Porque Exoprimal es sinónimo de acción sin destilar. De hecho, pese a que el combate contra imponentes estegosaurios, tiranosaurios y velocirraptores es uno de los mayores ejes de la experiencia, sus raíces reposan en la ciencia ficción moderna. Con inteligencias artificiales, viajes en el tiempo y, sin entrar en demasiados detalles, hasta hay margen para los saltos a universos paralelos que no salen del todo bien. Todo mezclado y bien agitado. Agitadísimo.
Lo cual, como veremos, no está reñido con la simple diversión pura y dura.
Y es que, como juego, Exoprimal sabe beber de los cimientos de Armored Warriors y traslada su esencia y esa sencilla premisa por limpiar escenarios de enemigos al perfil de jugador actual. Haciendo colisionar conceptos constantemente a través de las dos experiencias de juego que conviven en cada partida: el cooperativo y el competitivo. Y ambas, por cierto, transcurren de manera simultánea.
De hecho, y pese a que no es estrictamente ni un shooter ni un juego de supervivencia -aunque tiene un muchito de ambos- uno de los grandes logros de Exoprimal es cómo le pasa la mano por la cara a tantísima nueva IP genérica que intenta ir rebufo éxitos: cada nueva partida suma. Cada nuevo desafío evoluciona en función de nuestro rendimiento y, a la vez, el del equipo enemigo. E incluso cuando no ganas, tienes la sensación -y la satisfacción- de haberlo dado todo.
A lo largo de las últimas semanas, en VidaExtra nos hemos dado unas verdaderas sesiones maratonianas de Exoprimal junto con otros compañeros y el personal de Capcom, pero también nos hemos atrevido a profundizar en la experiencia del juego si preferimos avanzar por nuestra cuenta. Y pese a que se ha tratado de una versión en desarrollo del juego (todavía quedan un par de meses para su salida) como podrás ver las sensaciones que nos transmite son especialmente positivas.
La emoción de Jurassic World, la fastuosidad de James Cameron y ese punto de locura de Capcom
¿Quién no ha soñado alguna vez con ver un dinosaurio vivito y coleando? Según Capcom, aproximadamente en el año 2040 -que está a la vuelta de la esquina- empezaremos a verlos por las calles con cierta regularidad. Demasiada, de hecho.
En un futuro no lo suficientemente lejano la propia humanidad está en jaque debido a la inesperada aparición de portales de los que no paran de brotar toda clase de dinosaurios. E incluso los que deberían ser un poquito más pacíficos, como los triceratops, generan la destrucción a su paso.
El último plan de contingencia del ser humano pasa por dos soluciones: por un lado, se han creado diferentes tipos de armaduras mecánicas capaces de contener y despejar zonas enteras de dinosaurios en base a su capacidad destructiva: las exoarmaduras. Algunas diseñadas para el combate a distancia, otras para el combate directo o la resistencia a fuertes embestidas y también las hay que sirven de muy necesario apoyo.
Pero, claro, volvemos a la casilla de salida: ¿de dónde vienen estas criaturas salvajes? Ahí es dónde entra en juego la otra pieza clave de la ecuación: además de las exoarmaduras, se ha creado Leviathan, una IA hiperavanzada que arroja algo de luz en este caos, ya que es capaz de predecir dónde se producirán nuevas invasiones de dinosaurios.
Una Inteligencia Artificial que, por cierto, tiene una disposición recurrente a hacer simulacros de guerra en un día muy específico del pasado. Aunque, siendo justos, no vamos a negar lo evidente: el motivo por el que empezamos cada nueva partida es para enfrentarnos a brutales oleadas de dinosaurios.
Y de eso en concreto vamos a salir con los bolsillos llenos en Exoprimal.
La humanidad contra la bestia y contra la máquina... ¡A la vez!
Como juego, Exoprimal es muchas experiencias a la vez. Dependiendo de la exoarmadura puede ser un shooter, un juego de combates por equipos o un Musou, pero al final todo deriva en dos elementos: la acción constante y un trasfondo competitivo.
La experiencia principal, y el sistema de avanzar en la trama de la historia, pasa por el modo Marea Cretácica, en el cual dos escuadrones de cinco jugadores compiten por completar objetivos establecidos por Leviathan. Y aquí está una de las grandes genialidades de Exoprimal: esos objetivos cambian en función del progreso de la partida, de modo que incluso si regresamos a un escenario en el que ya hemos estado, se nos llevará a diferentes ubicaciones y cambiarán los objetivos.
Siendo justos, la practica totalidad de los objetivos implican el exterminio de dinosaurios junto con nuestros cuatro compañeros de escuadrón. Ya bien sea despejar una zona, derribar a uno especialmente poderoso o mantener el control de determinados puestos.
A nivel jugable, Exoprimal se adapta constantemente a lo que necesita el jugador: como en Armored Warriors, en lugar de clases o tipos de personaje tenemos a nuestra disposición tres roles de cara al desempeño de la partida: asalto, tanque y apoyo. Cada uno con su especialidad y sus papel en mitad del combate, de modo que con Roadblock podremos invocar un escudo con el que bloquear los ríos de pequeños dinosaurios y darle un soberano mamporro a un paquicefalosaurio, mientras que zephir recrea los movimientos propios de un Musou.
Los controles, en todo caso, son extremadamente intuitivos y la precisión a la hora de apuntar es un extra y no un condicionante. Es más, si activamos los movimientos definitivos de cada exoesqueleto despejaremos la zona o crearemos esa masacre que permitirá replantear lo que estamos haciendo como equipo.
Pero lo interesante es que nos podemos adaptar siempre a las circunstancias: con un par de ajustes intercambiamos sobre la marcha -incluso en mitad del transcurso de la partida- de exoarmadura.
Hay un pequeño tiempo de espera en el que iremos con lo puesto hasta que podemos invocar la nueva al instante, pero entendemos que es un trámite para afianzar la experiencia de juego y no porque el motor no lo permita: podemos ver auténticas olas de dinosauros en pantalla sin que se resienta el rendimiento.
A modo ilustrativo, Capcom nos dio la oportunidad de jugar a la versión de PC, aunque con mando funciona igual de bien e intuitivo. Eso sí, pese a que la conexión a internet no es opcional, al menos en la versión que tuvimos, es posible jugar con bots tanto en nuestro equipo como en general. Sobra decir que con amigos y enemigos las partidas ganan otro color.
Un saludo a Mario (a.k.a. Knoss)
Sobre todo por el hecho de que las batallas que tenemos contra oleadas de dinosaurios -de diferentes formas y tamaños- transcurren en paralelo a las equipo rival, y una vez encauzados en la recta final de la partida se desatará una colisión entre las dos facciones que deberán competir por el mismo objetivo con una única excepción: según el desarrollo de la partida, se puede dar el caso que todos los jugadores deban sumar fuerzas para enfrentarse a una amenaza todavía mayor.
Por ejemplo, un alucinante Neotiranosaurio que, además de ser una fiera desbocada, parece sacado de una pesadilla.
Lo cual no quita que, antes de llegar a esos casos excepcionales, y para equilibrar las cosas o darle un extra de frenetismo a la partida, de vez en cuando entre balazos y tajos se nos puede dar la oportunidad de "invocar" y tomar el control de un colosal dinosaurio con el que chafarle la partida al otro equipo. Y lo mismo nos puede pasar a nosotros. Si te lo pasaste bomba controlando al T-Rex en Super mario Odyssey, vas a disfrutar todavía más de esas secuencias en Exoprimal.
Puede que el caos siempre se abra paso, pero el sistema de progresión funciona de maravilla
Como juego de acción es imposible no establecer paralelismos con otros videojuegos como Overwatch, Outriders o los Musous de Omega Force. Eso sí, todos a la vez. El RE Engine (el mismo que se usa en las saga Resident Evil) se luce de maravilla tanto a la hora de crear escenarios y mover montones de criaturas de manera simultánea como al establecer un ritmo frenético. Y eso tiene un doble mérito en Exoprimal: como ya comentamos, en cualquier minuto podemos cambiar la exoarmadura que llevamos por cualquiera que hayamos desbloqueado.
Lo cual nos lleva a la pregunta de marras: ¿Cómo se desbloquea y progresa en el juego?
Al jugar en Marea Cretácica, nuestros objetivos como equipo y frente a los adversarios cambian en función del progreso de la partida, pero a efectos prácticos siempre estamos avanzando en la historia y progresando de niveles como personaje y con lo que llevamos puesto. Por un lado, y a base de echar partidas, vamos desbloqueando nuevas escenas de la campaña del juego y conociendo nuevos detalles sobre el incidente original y el origen de los portales. Una buena recompensa, desde luego, pero no la más jugosa.
Además de avanzar en la historia, ganamos puntos de experiencia tanto para el protagonista que creamos -podemos darle el aspecto que queramos- como para las diferentes exoarmaduras, de modo que cada vez vamos teniendo mejores herramientas para continuar jugando y acomodamos diferentes componentes (escudos, cañones, taladros) con los que veamos que somos más efectivos, así como nuevos componentes y módulos.
Puede que sea un juego que a nivel visual y jugable sea muy bruto, pero eso no está reñido con aportar sus propios niveles de profundidad.
Lógicamente, Capcom no desaprovecha la oportunidad para plantearnos acomodar cada exoarmadura a nuestro gusto con elementos estéticos como adornos, pinturas y demás que se reparten de manera aleatoria como en un pase propio. Aunque, claro, más allá de la acción a raudales, lo que nos tendrá echando siempre la penúltima partida es la opción tanto de mejorar lo que tenemos como desbloquear nuevas con las que no solo elevar el nivel de destrucción en juego, sino fardar merecidamente de diseño.
Exoprimal ya tiene los ingredientes para ser la gran sorpresa del verano
Combatir oleadas de dinosaurios con exoesqueletos que casi, casi parecen Transformers es una de esas locas genialidades propias de la Capcom que nos enamoró en los salones arcade y esas consolas domésticas que le dieron el relevo. Quizás, planteado en frio, pueda sonar a disparate o idea facilona, pero Exoprimal funciona de maravilla y engancha por méritos propios.
Porque el gran plan no pasa por de regresar a los tiempos de Cadillacs & Dinosaurs y Dino Crisis, sino de ofrecer un nuevo juego capaz de generar un impacto como el de Monster Hunter. Y, en ese aspecto, Exoprimal tiene los mimbres para obsesionar a los jugadores y apasionados por la acción.
En su empeño constante por ser uno de los grandes protagonistas de 2023 -y tras habernos dado Resident Evil 4 o Monster Hunter Rise- la compañía del Blue Bomber se mete de cabeza en un género que siempre ha dominado con holgura y le añade con giros y matices exquisitamente atractivos. Sumando lo aprendido en sus experiencias multijugador y sacando merecido músculo de su propio motor de juego.
Y no solo eso: Exoprimal aprovecha su oportunidad para mostrar cómo y de qué manera lanzar un nuevo shooter sin estamparse con lo ya visto hasta la saciedad.
Pero, claro, a partir de aquí el éxito dependerá de dos factores: de cómo se plantee el progreso a medio y largo plazo (esquivando lo posible la trayectoria de Overwatch) y la acogida y la vida que le den los jugadores. La buena noticia es que su llegada de lanzamiento al Game Pass de Xbox y PC será un trampolín excepcional para el proyecto.
Exoprimal estará disponible a partir del próximo 14 de julio en PS5, PS4, consolas Xbox y PC, y los suscriptores del servicio de videojuegos de Microsoft podrán empezar limpiar las calles de dinosaurios desde el día uno. ¿Logrará ser el siguiente Monster Hunter de Capcom? Por lo pronto los de Osaka han puesto toda la carne en el asador. Carne de Tiranosaurio Rex, nada menos.
- Plataformas: PS4, PS5, Xbox Series X / S, Xbox One y PC (Steam)
- Multijugador: Sí, cooperativo y competitivo
- Desarrollador: Capcom
- Compañía: Capcom
- Lanzamiento: 14 de julio de 2023
