Han pasado más de dos años desde que el ansiado lanzamiento de Elden Ring se produjo y FromSoftware supo estar a la altura. El RPG de fantasía de Hidetaka Miyazaki cumplió con creces las expectativas sobre las Tierras Intermedias, pero no fue suficiente. No, todos los fans de la compañía japonesa rogaban por un DLC con el que poner a prueba todo lo aprendido en la aventura.
Ese anhelo tomó forma hace unos meses con la presentación de Shadow of Erdtree, "la mayor expansión" de la empresa hasta la fecha. Porque sí, esas palabras fueron utilizadas durante el evento al que he pudido acudir para ponerme a los mandos de un nuevo viaje. La Tierra Sombría me ha reclamado durante unas cuantas horas y os aseguro que he sufrido de lo lindo, al más puro estilo FromSoftware.
Miquella, ¿por qué me haces esto?
No es momento de sumergirse en las vías narrativas que ha propuesto la desarrolladora para esta ocasión, pero sí es necesario poner en contexto con un par de pinceladas. Toca acudir a la Tierra Sombría, un lugar que repudia el Árbol Áureo y que está íntimamente relacionado con la primera venida de la diosa Márika. Nosotros, como un SinLuz a merced de los desafíos que hay por delante, nos internaremos en un reino fascinante.
Hasta aquí la lección de historia y los detalles sobre una trama que, como viene siendo habitual en la compañía, apunta a ser críptica, interpretativa y con muchas teorías que explorar. Mi misión no ha consistido en descubrir qué es cierto y qué no, sino en llegar un mapa que he podido saborear en sus primeras instancias. No revelaré el acceso a la Tierra Sombría, pero FromSoftware ha vuelto a repetir su jugada de ofrecernos un plano similar al que vimos tras superar el Castillo de Velo Tormentoso.
Una enorme tierra se alzaba ante mí, pudiendo vislumbrar un gigantesco árbol quemado a lo lejos, un valle de tumbas intangibles, ruinas por doquier y un paisaje repleto de pura decadencia. La estampa es brutal y no hace más que amedrentarme, pues no estoy nada seguro de que pueda defenderme con soltura con mi personaje a nivel 150. No es necesario mejorar hasta tal punto a nuestro SinLuz para afrontar con garantías Shadow of Erdtree, pero desde luego que se agradece disponer de unos atributos más que potentes.
Como todo videojuego de FromSoftware que se precie, comienzo muriendo como un condenado. Todas las criaturas que he visto a lo largo de mi partida de tres horas son inéditas, desde los pajarracos enormes que aguardan con sus miradas desde lo alto de un arco de piedra, pasando por las descomunales hogueras antropomórficas que escupen fuego a cada paso. Guerreros blindados, espectros, caballeros rudos, hechiceros, insectos humanoides y hasta arañas gigantescas se han puesto delante de mí; todos nuevos, sin conocer ni uno solo de sus patrones de ataque.
A pesar de que me recomendaron seguir una dirección concreta, hice lo que todo jugador debe llevar a cabo en estas circunstancias: viajar hacia el otro lado, aunque no sin antes hacerme con el mapa de la región. Apenas se trata de una porción de lo que se avecina en Shadow of Erdtree, una suerte de tutorial para conocer algunas de las características nuevas como unos fragmentos muy valiosos. Llegué hasta la Iglesia de la Consolación y, a los pies de una estatua de Márika, me topé con uno de ellos, el cual permite aumentar el daño que causa nuestro SinLuz y disminuir el recibido.
Un potenciador extremadamente valioso, pero que ha sido balanceado para que únicamente sea útil dentro del terreno del DLC. Además, sus existencias se cuentan con los dedos de una mano, por lo que no se trata de una mejora de la que se pueda abusar fácilmente. En la otra cara de la moneda se encuentran otros tantos fragmentos que causan el mismo efecto, pero en este caso para las invocaciones. A buen seguro que tocará atesorar todas y cada una de las piezas que hallemos.
Rumbo a mi destino: el dolor
Turno de dirigirme hacia mi parada más importante hasta el momento: el castillo Belurat, pero antes me detengo a observar más allá de los límites que se me han impuesto. Diviso tierras rojas y azules, extendiéndose a lo largo de grandes formaciones de rocas y mi cabeza comienza a imaginar demasiadas cosas, por lo que llamo a Torrentera para cabalgar. Si uno sigue el camino de piedra marcado, acabará llegando hasta un control fronterizo que ha visto mejores días. Un pequeño espacio en el que explorar entre ruinas, seres remanentes y cofres por descubrir.
Me detengo lo suficiente como para aprovechar todo lo que puedo encontrar y retomo mi ruta para toparme con la hoguera gigante. No, no tuve el valor de enfrentarme a ella porque sus golpes son tan demencialmente devastadores y es tan ridícula la cantidad de vida que le quito con mi espada, que no vale la pena. Rápidamente tomo un desvío hacia un mausoleo custiodiado por gárgolas y... gusanos fantasmales. Efectivamente, esos seres tan simpáticos que hemos podido ver en los tráilers son unos desgraciados que no te molestan, pero como se te ocurra atacarlos se lanzarán a por tu SinLuz sin ninguna piedad; evítalos a toda costa.
Eso es lo que debió haberme dicho alguien antes de entrar en el mausoleo y toparme con un soldado fantasmal armado con una ballesta, un gran acero y muy mala leche. Sufro una muerte despiadada, pero noto que quizás las grutas subterráneas pasan a ser parte del pasado. El interior de la estructura es muy similar a la zona típica donde nos enfrentábamos al jefe de la cueva y el desafío es superar todas las monstruosidades del exterior hasta llegar al mausoleo. Es pronto para aventurarlo, pero no estaría mal un cambio de tendencia en uno de los aspectos más criticados de todo Elden Ring.
Ahora sí, tras haberme encontrado con personajes secundrios como Freijya o Ansbach, de los cuales no revelaré su propósito, es el turno de atravesar las puertas de Belurat. Es un castillo gigantesco, casi tan imponente como el del Velo Tormentoso y con unas puertas muy pesadas que toca abrir. Me reciben una araña gigante y una oscuridad profunda que me obliga a encender una lámpara que llevo en el cinturón. Es turno de descubrir el recorrido, averiguar caminos alternativos y andar con mucho ojo.
El dúo de castillos
Belurat es el perjecto ejemplo del diseño de niveles que siempre tiene en mente Miyazaki: traicionero, vertical, con atajos por todas partes y repleto de peligros. Los enemigos se esconden detrás de una cascada, aguardan a la vuelta de la esquina, atacan en grupo y castigan con dureza los fallos. Un ejercicio más de maestría a la hora de poner todos los sentidos del jugador al máximo para desembocar en un jefe final. Hay alcantarillas, pilas de cadáveres, saltos por tejados, ascensores, escaleras, sangre, decadencia y siempre un toque que revela cierto esplendor a unas piedras que ya no lucen como antaño. Perdí la cuenta de la cantidad de veces que morí y os juro que hubiese invocado a mi padre si con eso conseguía destruir a una bestia implacable.
Una suerte de león enorme con habilidades elementales basadas en rayos, viento, fuego, hielo y tierra, lo cual resulta en una combinación devastadora. Sus movimientos son difíciles de prever y desde luego que se trata de una pelea durísima para aquellos que quieran completarla sin la ayuda de nadie. Al final, la unión mortal entre Freijya y un Fingercreeper me permite sobrevivir a sus brutales ataques que cubren una gran porción de la arena.
El tiempo apremia y mi última parada es otro castillo, en este caso en el de Ensis. Se encuentra en el extremo opuesto de la zona inicial que nos han permitido visitar para Shadow of Erdtree y no tiene nada que envidiarle a Belurat. Un enorme campamento de soldados custodian los pies de la fortificación, pero no es turno de liarse a guantazos con perros infernales y caballeros torpes. Esquivo los disparos con ballestas gigantes, atravieso un puente y llego a la estructura de piedra.
La dinámica es muy similar, pero obviando los atajos en gran medida. Existen, pero la ruta a seguir es mucho más lineal, teniendo que rodear la parte trasera del castillo para abrirse paso entre los hechiceros, arqueros y toda suerte de contrincantes. Aquí el reto es otro clásico de Elden Ring, pues todo consiste en tener la suficiente paciencia y habilidad como para superar cada pequeño tramo hasta despertar la siguiente Gracia. Mucho sigilo, cobardía y arrebatos de valor son la fórmula del éxito para, una vez más, llegar a lo más alto del castillo.
Allí se encuentra un segundo jefe que, por cuestiones de agenda no relacionadas con mis torpes dotes como jugador, no pude derrotar. Sé que existen otros seres terroríficos allá fuera, más de 10 según palabras de miembros de Bandai Namco, por lo que toca mentalizarse para lo peor. Y lo más importante es que en una franquicia como la de FromSoftware ese adjetivo, en realidad, se trata de un halago. Shadow of Erdtree es el ejemplo más reciente de que el talento entre los desarrolladores no parece agotarse nunca.
Ficha de Elden Ring Shadow of the Erdtree
- Plataformas: PC, PS5 y Xbox Series
- Multijugador: Sí
- Desarrollador: FromSoftware
- Compañía: Bandai Namco
- Lanzamiento: 21 de junio de 2024
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