Aún no he terminado Card Shark, pero ya es uno de mis juegos favoritos del año

Aún no he terminado Card Shark, pero ya es uno de mis juegos favoritos del año

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Card Shark

Soy de esas personas a las que no les gusta ni la magia ni los trucos de cartas. No lo digo con acritud, en realidad es pura envidia, pero no me gustan. Con Card Shark, en cambio, he reiniciado mi partida para poder recordar con detalle cada truco con el que me iba a cruzar.

Es un juego exigente en tu atención, de esos que te pasas del tirón por miedo a olvidar cómo se jugaba. Hace fácil lo difícil al convertir el barajar las cartas en algo variado y divertido, pero es que además es entrañable en su historia, ágil en ritmo, y uno de esos juegos que te gustaría poder abrazar.

Una experiencia redonda

Con la historia de un pobre diablo que acaba viviendo de la estafa para sobrevivir, Card Shark nos plantea un juego de diálogos y minijuegos. La buena noticia es que aquí hay dos buenas noticias. En lo que representa a su historia es ligero, interesante y tiene ese punto de intriga que te empuja a querer saber más.

La segunda buena noticia es que esos minijuegos son una gozada. Empieza suave, pero no tarda en ponerte contra las cuerdas para que te concentres plenamente en lo que estás haciendo. Jamás hubiese pensado que un juego sobre contar cartas fuese a resultarme adictivo.

Tampoco se olvida de ser variado, tanto en situaciones vividas como en nuevas formas de engañar a los que te encuentres en ellas. Lo que empieza con mover el joystick poco a poco mientras llenas una copa para espiar unas cartas, termina con surrealistas formas de barajar en las que te ves moviendo el joystick arriba y abajo como si hubieses hecho ese truco cientos de veces.

Simplifica e insufla diversión a algo que para algunos podría ser un auténtico tostón. El contar cartas, sin ir más lejos, te tiene eligiendo a la velocidad del rayo entre grupos de cartas para luego poder repartirlas en ese orden. Algo aburrido sobre el papel termina siendo de lo más frenético.

Card Shark

Superar sus distintos retos, también igual de variados y ágiles que los pilares que lo soportan todo, son de lo más satisfactorio que me he encontrado últimamente. Es convertir la habilidad con las manos en algo que se sienta en el mando.

Queda mucho por ver, pero ya me ha ganado

Si lo poco probado fuese la totalidad de Card Shark ya sería uno de mis favoritos del año. Es una sensación curiosa. Podría alargarse innecesariamente la historia, quedarse sin ideas relativamente rápido, acabar pidiéndote monedas de más para obligarte a farmear... Podría hacerme muchas perrerías antes de llegar a las tiendas el próximo 2 de junio, pero lo que he visto hasta aquí ya me compensaría el mal trago.

Eso sí, yo tengo bastante claro que de aquí sólo va para arriba, y que si además en Nerial son conscientes de ello, el pelotazo a nivel de historia e ideas puede ser tremendo.

Ya demostraron lo suficiente con la jugada de Reigns y su colaboración con Juego de Tronos. No sólo son capaces de crear una idea adictiva y entretenida, también pueden llevarla un paso más allá.

Con Card Shark las sensaciones son idénticas. No me importaría tener un multijugador en el que poder hacer todas esas cabriolas con las cartas para engañar al contrario, por ejemplo. Así de bien parido está. Es genuinamente divertido.

En unos días volveremos a hablar de él, esta vez ya tras la versión final. Volveré a empezarlo de cero, os lo aseguro. Hay que entrenar bien esos trucos para ir sobrado de pasta y disfrutar del juego, que parece que lo merece.

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