Mucho ha cambiado la saga Need for Speed de Electronic Arts desde su debut en 1994 para 3DO. Algo ha permanecido casi inalterable, eso sí: la presencia de la policía. Pero con Need for Speed: Heat parece haber perdido parte de su identidad, como si no supiese qué camino tomar en esta ocasión.
EA nos sorprendió, de hecho, al anunciarlo en agosto, tres meses antes de su lanzamiento en tiendas (será este viernes, 8 de noviembre), arropándose en disponer de mayores diferencias para las carreras de día frente a las de noche, con alta presencia policial. Daba la sensación de no aportar nada de peso frente a los anteriores y mis primeras horas de juego parecen confirmar mis peores temores, pese a que ya me mostrase precavido de antemano.
El contraste entre día y noche, su leit motiv
Esta saga de EA lleva casi una década sin alcanzar la excelencia, viendo cómo el estudio Ghost Games lleva a cargo del timón de su nuevo rumbo desde aquel Need for Speed: Rivals intergeneracional. Y lo cierto es que las cosas no han cambiado demasiado al resultar todo muy familiar.
La primera sensación, por mucho que ahora la policía tenga un peso mucho más importante tanto en el juego como en la historia, encabezado por el duro teniente Mercer, es de déjà vu. No experimentaremos un salto evolutivo en este capítulo a nivel visual o de mecánicas, por muy buenos que sean los efectos de lluvia y lo disfrutable que sigue siendo conducir.
Parece un Need for Speed más, de esos que llevan el automático puesto a la hora de introducir elementos que han ido tejiendo su nueva identidad a lo largo de los últimos años: mundo abierto, historia, personalización de los bólidos, carreras nocturnas y, por supuesto, alta presencia policial.
Sin embargo, si rascamos sobre su superficie, descubriremos que en esta ocasión hay una diferencia capital entre el día y la noche. Por el día todo es más "feliz", más "seguro", preocupándonos más por correr y conseguir dinero fácil. Es al caer la noche cuando todo pega un giro de 180º, no solo por esas competiciones clandestinas, sino por la dureza de la policía y de que será únicamente en la noche donde podremos mejorar nuestra reputación.
¿Y qué es exactamente la reputación? Por así decir, nuestro nivel de piloto, el cuál nos permitirá desbloquear mejoras de mayor nivel para nuestro bólido y también acceder a otros vehículos en el concesionario.
Need for Speed: Heat no aporta una revolución
El efecto de transición entre día y noche es una completa pasada, pudiendo controlarlo desde el propio menú del mapa o bien al salir de nuestro garaje. Si necesitamos pasta, toca salir de día; si queremos subir la reputación, toca hacerlo de noche. Tan simple como eso. Y lógicamente, Need for Speed: Heat muestra su mejor cara cuando cae la noche.
Arropado por un estilo de conducción arcade y de lo más consistente, con una forma de derrapar que nos recordará vagamente a Ridge Racer, resulta de lo más gratificante ver cómo se puede colar la policía en una carrera nocturna, terminar dicha carrera y ver cómo nos sigue persiguiendo con ahínco hasta que logramos despistarlos y huir a un piso franco... o ver cómo nos acaban atrapando si nos acorralan e inmovilizan durante unos segundos. Eso, o que hagan añicos por completo nuestro bólido.
Esa parte del juego funciona muy bien, como nos suele tener acostumbrados. Sin embargo, no deja de ocultar que parece un juego hecho con prisas, como si hubiese que llegar a tiempo al 25 aniversario de Need for Speed. Y a mí, en lo personal y como fan de la saga desde sus inicios, me ha dejado frío.
Hay otros detalles que me han echado para atrás, como que los golpes no afecten a los coches más allá de rozaduras y que parezcan máquinas de matar el decorado, pudiendo arrasar con árboles o muros de hormigón como si estuviesen hechos de papel. Es curioso, porque sí que hay muros o vallas contra las que sí podemos chocar y que mermarán significativamente la barra de "vida" de nuestro vehículo, obligándonos a pasar por la gasolinera más cercana si no queremos que se haga añicos.
Tampoco me ha gustado la presentación de esta entrega, especialmente en lo relativo a su banda sonora, con un altísimo porcentaje de canciones con base típica del reggaetón. Y eso que EA suele cuidar bastante este aspecto. Para más inri, no se puede ver por completo su tracklist desde el menú del juego para descartar los temas que no nos gusten, teniendo que hacerlo a mano con la radio in-game. Al final opté por apagar por completo la música.
Es curioso, porque viéndolo en perspectiva, pese a su falta de originalidad, Need for Speed: Payback no me acabó disgustando del todo, quizás en parte por trasladar el espíritu de los Forza Horizon al mundo de Need for Speed. Pero con este Heat no veo yo que me acabe conquistando como antaño. Este viernes saldremos de dudas. Mientras tanto, os recordamos que desde esta misma semana cuenta con una prueba de 10 horas mediante EA Access.
- Plataformas: PC (Origin), PS4 (versión analizada) y Xbox One
- Multijugador: sí, online (hasta 16 jugadores)
- Desarrollador: Ghost Games
- Compañía: EA
- Lanzamiento: 8 de noviembre de 2019
- Precio: 59,99 euros (Origin) | Desde 54,90 euros en consolas
Need for Speed Heat
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