Análisis de MXGP 2021: ser el simulador de motocross más desafiante no es suficiente en la nueva generación

La firma italiana Milestone se ha propuesto a fuego convertirse en el máximo denominador común entre la pasión por el motociclismo y los videojuegos a través de sus sagas anuales. MXGP 2021, su tercera propuesta de motor a dos ruedas lanzada este año, nos llega rozando -por la mínima- 2022 y lo hace exclusivamente en formato digital. Eso sí, con la determinación de ofrecer una experiencia única y el respaldo de contar con todas las licencias oficiales de MXGP. Poderosos reclamos.

Un simulador de motociclismo todoterreno que, a base de sensaciones jugables, logra captar la esencia de la competición oficial y zambullir de lleno al jugador en la intensidad y la dureza de las carreras. Con todo, hay un peaje a pagar: MXGP 2021 es muy exigente a los controles. Milestone no da margen para la experiencia arcade, lo cual no está reñido con que se incentive constantemente la temeridad o haya segundas oportunidades con la función de rebobinado.

A fin de cuentas, la manera de abordar el motociclismo todoterreno en consolas y PCs ha evolucionado de una manera brutal desde los primeros videojuegos de motocross o los primeros títulos que nos hicieron competir con motos poligonales, pero la sensación de adaptarse a las asperezas y complicaciones del terreno nunca había estado tan pulida, ni sus físicas tampoco habían dado tanto juego a los mandos.

Y pese a ello, y a pesar contar de las lecciones aprendidas de las entregas anteriores, MXGP 2021 no logra alzarse con el título de mejor juego de motocross ni tampoco parece esforzarse por postular a él. Todo lo que se logra a través de su afinada jugabilidad queda ensombrecido por acabados que merecían ser mejores a nivel de presentación y detalles, así como una notoria falta de variedad en lo que refiere a su propuesta de juego. Y eso que, como veremos, su renovado modo Playground juega a su favor.

Porque el videojuego oficial de MXGP merecía ser mejor. Mucho mejor. O, al menos, estar a la altura del resto de juegos de Milestone en lo referente a variedad. Y, ya puestos, ser consciente de lo que se espera de un videojuego de conducción actual; ya que, a efectos prácticos, MXGP 2021 debe medirse con lo mejor del motor de 2021 y lo que se espera que llegue en 2022. Especialmente, cuando éste se pone a la venta sin que hayan pasado dos semanas desde el anuncio de Supercross 5, el cual -además- lleva la firma del mismo estudio italiano.

Captando la esencia del Motociclismo todoterreno

Voy tercero, pero sé que esta carrera no la gano. No es que me dé igual, que conste, sino que el propio circuito alemán de Teutschenthal se me resiste. He ajustado la suspensión y la distancia entre ejes de mi moto tres veces en tres partidas distintas y no hay manera de superar las muy puñeteras curvas del segundo sector. Luego es coser y cantar, al menos para mi, pero siempre acabo mordiendo el polvo antes de llegar a las dos grandes primeras rectas.

MXGP 2021 me da la opción de rebobinar presionando un simple botón y ponerme en una situación ventajosa tras cada pifia, que no son pocas, pero entonces ¿dónde está la gracia? Si voy a reclamar el primer puesto, primero me lo tengo que ganar. El primer paso es dominar la máquina, el segundo es conquistar el terreno. Y, entre ambos, la capacidad de improvisar constantemente sobre la marcha.

Sobre todo, cuando lo mejor de este simulador de motocross no es subir al podio, sino el reto de adaptarte a lo que ocurre en pantalla. A las brutales caídas, aterrizando a la desesperada tras una sucesión de grandes saltos. El proceso de dominar el exigente relieve de sus áridos circuitos gestionando la fuerza y la frenada de las dos ruedas a la vez. Meterte en el bullicio que se genera en las curvas conflictivas y escapar triunfante y por la mínima.

Porque los simuladores de conducción más exigentes, a dos o cuatro ruedas, suelen premiar la maestría adquirida a la hora de memorizar trazadas y ejecutarlas de manera perfecta. A veces, incluso a base de memoria muscular. Pero el enfoque de Milestone para MXGP 2021 va en otra dirección: incentivar la sensación constante de desafío y el triunfo de dominar las situaciones imprevisibles a base de pura destreza y reflejos.

Definitivamente, el diseño de las pistas, la física de las motos y el modo de insuflar aspectos esenciales del motociclismo como el peso en caída, el equilibrio ante grandes baches y desniveles o la habilidad de cambiar de marcha con la máxima eficiencia son lo que logra que, pese a su dificultad, MXGP 2021 acabe funcionando de maravilla en lo jugable.

En muchos aspectos, siendo la propia jugabilidad su aspecto más destacado, pese a ser un título especialmente estricto -incluso en las dificultades más amigables- y que cualquier mal movimiento o un aterrizaje mal gestionado hará que nuestro piloto acabe en el suelo de manera fulminante y se sacuda en el barro como un muñeco de goma. Animaciones que, por cierto, debían ser mejores.

En Milestone son plenamente conscientes del público al que quieren dirigir MXGP 2021 y saben perfectamente cómo desmarcar su propuesta de juego de sus otras sagas anuales de motociclismo, pero también cómo integrar lo aprendido en ellas. Desde el tipo de pilotaje al modo de gestionar los ajustes previos a cada carrera.  Y, en el proceso, abriendo la puerta a que decoremos nuestra moto al gusto.

Porque MXGP 2021 es café para los muy cafeteros y aquellos que estén familiarizados con el Campeonato Mundial de Motocross partirán con notoria ventaja sobre los apasionados por los videojuegos de conducción: acomodar la amortiguación o la batalla de la moto acorde a cada réplica de los circuitos oficiales del campeonato es lo que nos dará ese ápice de ventaja en las partidas. El resto, aunque suene a obviedad, es adaptarse a las circunstancias a toda velocidad y saber caer con cierta maña.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Pese a que Milestone ha hecho sus tareas en lo jugable, MXGP 2021 cojea en aspectos absolutamente esenciales. Y no nos referimos a su apartado visual: todas y cada una de las capturas que acompañan este análisis han sido tomadas desde una Xbox Series X. Algunas a través del modo foto y otras sobre la marcha.

El problema de MXGP 2021 es su manera de dar la espalda a una experiencia multijugador variada y aportar lo justo y necesario a sus modos single-player. Porque ni siquiera su renovado modo Trayectoria o la inclusión de tres pistas emblemáticas adicionales (Ottobiano, Ernée y León) logran desmarcar con éxito esta entrega de lo que ya se ofrecía en la anterior. Y eso que se trata de un lanzamiento muy tardío dentro de las sagas anuales.

Luces y sombras del videojuego oficial de MXGP

A lo largo de los últimos días le he estado dando buena caña a MXGP 2021 desde Xbox Series X, pero tengo que confesar que hasta meterme en la partida parecía que estaba ante un título que podría haber versionado en Xbox 360. Me explico: el menú y la propia interfaz del juego son completamente anacrónicos, y las propuestas de juego distan mucho de igualar lo que, por ejemplo, ya ofrecen otros juegos de motor de la casa italiana.

Como comentamos justo arriba, uno de los reclamos de esta entrega es el renovado modo Trayectoria, permitiéndonos vivir el actual Campeonato Mundial de Motocross a través de sus eventos y medirnos con todos los los equipos oficiales de la temporada 2021 de MXGP. Incluso podremos crear un equipo propio y comenzar compitiendo desde la categoría MX2. Pero lo cierto es que carece de la profundidad y el atractivo de los modos Carrera de cualquier otro título de conducción.

Los modos rápidos tampoco aportan demasiado, aunque todo sea dicho, su naturaleza es la de ofrecer carreras casuales. Además del clásico Contrarreloj podremos organizar nuestro propio Gran Premio o improvisar un Campeonato haciendo nuestra propia selección de circuitos. Midiéndonos  en habilidad con los más de 40 pilotos licenciados. Pero, claro, poco más.

En lo que no se puede ser tan permisivo es dos modos que deberían ser parte esencial del título y se han quedado demasiado atrás con respecto a lo que podemos esperar de los juegos actuales de conducción:

• El modo editor de niveles se queda reducido a cinco entornos predefinidos y un sistema de creación de circuitos por tramos que merece ser replanteado de cero. Al menos da la opción de probar sobre la marcha las pistas, pero para lo simple que es no resulta ni cómodo ni satisfactorio.

• Sin embargo, el verdadero pinchazo lo tenemos en el multijugador, el cual es básicamente un sistema de salas online en el que podemos participar de manera activa o ejercer de Director de carrera. De hecho, este año se nos da la opción de poder participar en los circuitos que creamos en el editor, pero lo cierto es que eso tampoco da mucho juego. Y no, no hay modo a pantalla partida.

Lo anterior queda aderezado con un sistema de progresos poco agradecido y con el que podremos comprar una amplísima variedad de equipaciones, cascos y elementos decorativos en general con marcas oficiales. Pero, claro, una vez que tengamos el conjunto que realmente nos interesa o nos gusta tampoco tiene mucha razón de ser.

Pese a la muy acertada jugabilidad de MXGP 2021, el juego se estrella en lo referente a su variedad jugable. Sin embargo existe un modo en el que merece la pena perderse: el PlayGround. En esencia, se trata de una especie de modo sandbox que abarca un amplísimo mapeado inspirado en los bucólicos paisajes de Gales y que se presta a ser recorrido libremente en moto. Además de puntos de interés y zonas recreativas veremos repartidos puntos de acceso a diferentes pruebas y actividades.

Lo interesante de PlayGround es que, además del componente lúdico de disfrutar de la jugabilidad sin las restricciones propias de una carrera, podemos crear nuestra propia ruta repartiendo varios puntos de control. Algo bastante más recomendable que el propio editor de pistas, todo sea dicho. Y sí, también podremos acceder a los paisajes de Gales en el resto de modos como Contrarreloj.

Quizás, MXGP 2021 no esté a la vanguardia visual frente a otros títulos de conducción actuales, y definitivamente no luce como un juego de nueva generación, pero Milestone debe reforzar sus modos de juego de cara a las próximas entregas. Y lo curioso es que solo tiene que fijarse un poquito en el resto de juegos de motociclismo que se publican con su logo, como MotoGP 21.

La opinión de VidaExtra

El videojuego oficial de MXGP llega muy tarde y merecía ser mejor. No a nivel de jugabilidad, sino en lo que se refiere a sus modos, su multijugador y todas las oportunidades perdidas en ofrecer un salto de calidad real  aprovechando tanto las licencias como las posibilidades de las consolas de nueva generación. Porque, que los menús sean poco atractivos es secundario, pero toparnos con tiempos de carga en Xbox Series X lo pone tanto en desventaja como en evidencia.

Si bien, su exigencia a los controles, su manera de promover que trasteemos con nuestra moto y la manera de darle uso a la licencia son aspectos clave que juegan a muy su favor, lo cierto es que MXGP 2021 podía haberse lucido más con un online mejor planteado y con margen para experiencias competitivas, un sistema de progresos más interesante y un editor de niveles que lograse desatar la creatividad de los apasionados por el motocross.

El modo Trayectoria nos invita a experimentar la emoción del Campeonato Mundial de Motocross desde dentro, lo cual tiene su propio gancho, pero lo cierto es que lo que de verdad nos hará regresar será su Playground. Un modo sencillamente perfecto para pasarse tardes enteras a dos ruedas. Tanto para dominar nuestra moto como para disfrutar de ella a nuestro aire y, ¿por qué no? hacer el cabra con el propósito de hacer una foto memorable. O dos.

MXGP 2021 es estupendo a los mandos. Su nivel de exigencia puede llegar a convertirlo en un juego de nicho, quizás, pero en Milestone le tienen muy bien pillado el punto a cómo lograr que el motociclismo en consolas y PCs sea toda una experiencia. Sin embargo, MXGP 2021 no logra ponerse a la altura de lo que se espera de los juegos de motor contemporáneos en cuestión de variedad y diversión. Porque, como en las carreras reales, quedar rezagado no es una opción.