El 8 de octubre de 2021 será una fecha difícil de olvidar para todos aquellos aficionados de Nintendo Switch. Ese día se pondrá a la venta en las tiendas la nueva Nintendo Switch OLED y lo hará acompañada por uno de los lanzamientos más importantes de este año, tanto de la consola de Nintendo como a nivel general, ya que el viernes llegará Metroid Dread.
19 años después de que fuese publicada la última aventura en 2D de la franquicia, ya que Metroid: Zero Mission y Metroid Samus Returns fueron remakes de Metroid y Metroid II: Return of Samus, respectivamente, por fin podremos disfrutar de una entrega completamente nueva en la que la cazarrecompensas espacial Samus Aran volverá a la acción de la mano de MercurySteam.
El estudio español ha vuelto a ser elegido por Nintendo para ponerse al frente de este título que hemos podido jugar a fondo con el fin de traeros su respectivo análisis. Y muy atentos al juegazo que se avecina, seáis seguidores o no de la saga Metroid, porque apunta a ser uno de los bombazos de 2021.
El parásito X vuelve a hacer de las suyas en un planeta infernal
La trama de nos presenta una continuación directa de Metroid Fusion, la que está considerada por muchos como la mejor entrega de toda la saga (en lo que a títulos en 2D se refiere), mientras que hay otros que en este sentido se quedan con Super Metroid, por lo que se podría decir que le habían puesto el listón demasiado alto a Metroid Dread para tratar de superar a ambos.
Tras vencer al parásito X, Samus se embarca ahora en una nueva misión y una de las más peligrosas de toda su vida. Por lo visto la Federación Galáctica ha recibido una grabación en la que se ha detectado que en realidad este parásito todavía continúa con vida y ahora se encuentra en el planeta ZDR, por lo que es necesario erradicarlo de una vez por todas por la terrible amenaza que supone, ya que cuenta con la capacidad de copiar a cualquier ser vivo.
En principio se envió a este lugar a un grupo de Exploradores Móviles Multiformes Interplanetarios, llamados también E.M.M.I., unos robots de lo más demoledores que se suponía que iban a ser capaces de llevar a cabo ellos mismos esta tarea. Lamentablemente, al llegar al planeta se pierde todo el contacto con ellos, de ahí que ahora sea Samus la que viaje hasta este planeta para averiguar qué ha sucedido.
Por motivos que no os vamos a revelar, al poco de aterrizar nuestra heroína perderá todos sus poderes y habilidades. Lo cierto es que cualquiera que haya jugado a otros Metroid estará más que acostumbrado a esta situación al tener que recorrer las diferentes zonas para recuperarlos poco a poco. No obstante, el trabajo no será sencillo en absoluto, porque en ZDR habitan toda clase de criaturas y bestias que nos las harán pasar canutas.
A medida que vayamos avanzando en la aventura volveremos a recuperar el estado natural de Samus con todas sus capacidades hasta convertirla en una mujer de armas tomar. Eso sí, el camino hasta este punto estará repleto de adversidades y enemigos con los que nos tocará lidiar, así que ya podéis estar bien preparados y no dejar pasar nunca ni un solo misil, tanque de energía o mejora que vayáis encontrando por el camino, porque no os exageremos si os decimos que este Metroid puede ser perfectamente uno de los más complicados de toda la serie, como explicaremos más tarde.
Volviendo al argumento, durante los primeros compases os surgirán miles de preguntas que poco a poco se irán resolviendo hasta brindarnos una de las mejores historias de la franquicia que explica detalles muy importantes relacionados con otras entregas. Contar cualquier cosa más allá de todo esto sería estropearos las sorpresas, así que eso dejaremos que lo descubráis vosotros, pero está bien tenerlo en cuenta para dejar claro que no todo acción y exploración.
Por el camino iremos recorriendo diferentes zonas desde la parte más profunda del planeta hasta alcanzar la superficie. Por el camino atravesaremos lugares que se asemejan a bases, bosques, cavernas y otros sitios en los que las altas y bajas temperaturas nos impedirán el paso si no llevamos encima el correspondiente traje de Samus que le permita sobrevivir a estos climas. En cualquier caso, me ha encantado el diseño de cada una de las regiones por lo diferentes que son unas de otras y sobre todo por su descomunal tamaño.
Desde luego ese es otro de los puntos por los que este Metroid resultará inolvidable, por su espléndido apartado artístico y por la gran cantidad de habitaciones por las que iremos pasando repletas de desafíos, enemigos, puzles, objetos, etc. Además, todas ellas dan una enorme sensación de profundidad por los elementos que se pueden apreciar al fondo de la pantalla para darles una mayor vida a las distintas zonas.
Además, para rizar el rizo más todavía, de vez en cuando presenciaremos unas secuencias de lo más espectaculares al enfrentarnos a ciertos enemigos o en otro tipo de situaciones que nos brindan unos momentos impresionantes que no nos importaría ver una y otra vez. En resumidas cuentas, os esperarán un buen puñado de horas de lo más emocionantes.
Los letales E.M.M.I. y unos frustrantes jefes finales
Previamente he señalado que la dificultad del juego es un aspecto que no se puede pasar por alto. Creo que no ha habido ningún otro Metroid en el que haya muerto tantas veces, sin exagerar, y los mayores responsables de que se haya producido esta situación han sido los dichosos E.M.M.I.. Sí, esos robots que se suponía que eran nuestros aliados y los había enviado la Federación Galáctica se han pasado al bando contrario y ahora nos tocará hacerlos pedazos.
Sin embargo, no os penséis que podréis acabar con ellos como lo haríais con cualquier enemigo normal y corriente. Estos bichos metálicos son tremendamente letales y los disparos normales de Samus les harán cosquillas. Para ello es necesario adquirir un tipo de disparo especial que los convertirá en chatarra, aunque claro está, conseguirlo no será coser y cantar en absoluto, porque encima no pararán de perseguirnos a toda velocidad como hacía la versión oscura de Samus en Metroid Fusion.
Cada uno de los E.M.M.I. se diferenciará del resto por disponer de sus propias habilidades, así que cada uno nos presentará un encuentro distinto y más difícil que el anterior. En lo que sí coinciden es que llevan equipados radares y sensores con los que detectarán nuestra presencia al instante, momento en el que correrán como pollo sin cabeza contra nosotros y es ahí donde es probable que muchos lleguéis a ver la pantalla de Game Over, ya que en estos momentos la muerte está prácticamente garantizada.
El motivo se debe a que en ese instante la acción cambiará a una escena en la que los E.M.M.I. tratarán de engancharnos y tendremos un par de oportunidades para zafarnos de ellos con un contraataque, pero hay que tener tantísimos reflejos en una fracción de medio segundo que lo más normal acaba siendo fallar en el intento. Por suerte, estos robots tan solo se desplazan por una zona en particular del escenario y de ahí no pueden salir, aunque eso sí, la tensión se palpa en el ambiente nada más cruzar la puerta que nos conduce a estos lugares.
Encima, con los sonidos y pitidos que van emitiendo constantemente resulta imposible relajarse mientras tratamos de cruzar las habitaciones para llegar a otros lugares por el miedo de convertirnos en la presa hasta que pasemos a ser la cazadora. Al menos estos enfrentamientos no resultan demasiado frustrantes porque al final acabas entendiendo en qué has fallado y vas descubriendo nuevas rutas o caminos por los que moverte para esquivarlos o esconderte de ellos.
Por el contrario, los que sí han conseguido ponerme de los nervios han sido los jefes finales. Probablemente sea el Metroid en el que he librado más batallas de este tipo, sobre las que hay que reconocer que me han parecido simplemente impresionantes. Todas ellas me han presentado retos muy diversos contra gigantescas criaturas que me han obligado a esforzarme al máximo en todo momento y aun así no han sido pocas las veces que he muerto en el intento.
Las primeras veces es comprensible porque hasta que no te aprendes todos sus patrones acabas siendo derrotado por desgaste, pero no me ha parecido ni medio normal que por lo general cada golpe te quitaba más de un tanque de energía de vida, a veces con unos ataques o impactos de lo más injustos que cuesta esquivar. Por eso mismo vuelvo a hacer hincapié en el hecho de que explorar los escenarios sea una parte tan fundamental para ir siempre lo mejor equipado posible.
La verdad es que el juego cuenta con unos picos de dificultad demasiado elevados en lugar de ir en aumento poco a poco. Tan pronto estás plantando cara a un enemigo o minijefe que no te supone ningún problema como de repente te parte la cara un jefe final sin apenas despeinarse. De hecho, al morir la partida se graba justo en la sala anterior en la que estabas con la vida y recursos que tuvieses en ese momento, y si te quedaba poca y había pocas opciones de dar marcha atrás para recuperar fuerzas, te tenías que apañar como fuese.
De todos modos, pese a que no me parece muy normal la exagerada dificultad de ciertos encuentros, me lo he pasado en grande en todos ellos por lo diferentes que son y lo bien hechos que están. Sin duda las animaciones son alucinantes, así como los gritos y sonidos que emiten y por supuesto la banda sonora es toda una pasada, con unos temas que encajan a la perfección y con algunas remezclas que resultarán familiares a los más fieles seguidores.
Sacando partido de las capacidades de Samus Aran
La trilogía Metroid Prime me encanta y soy de los que se les está haciendo eterna la espera hasta la llegada de Metroid Prime 4, aunque también echaba de menos una nueva aventura en 2D con su buen toque de metroidvania en el que no hay que dejar ni un solo rincón por explorar, ya que nunca se sabe dónde hay un objeto o mejora oculta que nos resulte de gran ayuda.
Algunas de las habilidades y poderes de Samus os resultarán muy familiares porque estamos más que acostumbrados a utilizarlas, ya sea el rayo enganche, la Morfosfera o los distintos tipos de disparos y misiles. Entre todas ellas hay algunas nuevas con las que a la larga te acabas convirtiendo en una máquina de matar y te da la impresión de ser invencible, hasta que se presenta un jefe final de los mencionados previamente y te da un buen golpe de vuelta a la realidad.
Bromas aparte, se nota mucho cómo poco a poco Samus se va volviendo cada vez más poderosa por la cantidad de acciones que se pueden llevar a cabo con el tiempo. Asimismo, estas capacidades están distribuidas a la perfección para que te dé tiempo suficiente a practicar con todas ellas antes de encontrar una nueva. Lo que no faltarán serán las decenas de lugares que de primeras son inaccesibles hasta que logras pillar la mejora correspondiente.
Lo que sí me ha gustado es el orden en el que han ido apareciendo los distintos objetos y habilidades. Muchos pensaréis que lo normal es que la Morfosfera sea de lo primero que te acabas encontrando, pero aquí no es el caso y encima se tarda lo suyo en dar con ella, así como con otros poderes fundamentales. Así pues, prepararos para veros frente a puertas de distintos colores o muros que no se pueden destruir si no habéis localizado su correspondiente habilidad.
Al menos no empezaremos nuestra andadura sin nada, dado que Samus cuenta de inicio con unos cuantos misiles y sobre todo la posibilidad de realizar contraataques si tenemos reflejos, aunque contra los enemigos normales no será tan exigente como con los E.M.M.I.. Asimismo, también podremos rebotar en las paredes y apuntar en la dirección que queramos, por lo que durante los primeros compases nos podremos desenvolver bastante bien.
Claro está que aquellos que quieran hacerse con el 100% del juego les costará como el doble de horas lograr esta hazaña por el hecho de que algunos objetos están tremendamente ocultos y sobre todo por el tamaño del mapa y todas las zonas, que llevará su tiempo atravesarlas. La buena noticia es que habrá numerosos ascensores y teletransportadores que nos resultarán de lo más útiles para así desplazarnos más rápido de un lado a otro.
La opinión de VidaExtra
De la misma manera que me parece fantástico que Retro Studios sea la compañía encargada del futuro Metroid Prime 4 por los magistrales resultados con sus predecesores, he de aplaudir el soberbio trabajo que ha realizado MercurySteam una vez más con la saga Metroid al permitirnos disfrutar de una de las mejores entregas en 2D hasta la fecha, por no decir la mejor de todas.
Metroid Dread es una auténtica obra maestra. Es uno de esos juegos que una vez te pones a jugar no quieres parar y se te pasan las horas en un suspiro. Por mucho que los jefes finales acaben siendo odiosos por su endiablada dificultad, te siguen dejando ganas de enfrentarte a ellos una y otra vez y de seguir sacando partido de las habilidades que vas obteniendo para no dejar ningún lugar sin explorar.
Si hubiese que elegir un título como el mejor de 2021 de todo el catálogo de Nintendo Switch, está claro que ese sería Metroid Dread. MercurySteam ha sabido respetar de nuevo la esencia de la saga y no nos podría haber gustado más el regreso de Samus Aran después de protagonizar su última aventura en 2D hace casi 20 años. Espero de corazón que no haya que esperar tantos años para volver a ver a nuestra cazarrecompensas favorita y, si es con un juego de este tipo, que vuelva a ser en manos de este estudio español.
Imprescindible
Metroid Dread
Plataformas | Nintendo Switch |
---|---|
Multijugador | No |
Desarrollador | MercurySteam |
Compañía | Nintendo |
Lanzamiento | 8 de octubre de 2021 |
Lo mejor
- Poder disfrutar de un Metroid en 2D completamente nuevo.
- La gran cantidad de zonas completamente diferentes unas de otras.
- Samus cuenta con más cantidad de habilidades que nunca.
- La amplia variedad de enemigos y jefes finales.
Lo peor
- La dificultad no está bien regulada y hay picos excesivamente elevados.
- Las pantallas de carga al cambiar de zona son un poco largas.
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