Derribar las puertas del infierno, arramblar con todo lo que hay dentro y reducir a sus bravos inquilinos a un asqueroso puré de vísceras es una gratificante locura. Una experiencia gloriosa. Medirse frontalmente con DOOM Eternal en su propio terreno, por otro lado, es un desafío en el que resulta fácil acabar trasquilado. Metal Hellsinger, el próximo gran FPS de Funcom, tiene un plan para mantener el nivel de barbarie siempre en lo más alto y dejar una huella especial en el jugador partida a partida: que el Hard Rock se manifieste en pantalla, posea al jugador y sirva de catalizador para el gunplay. Y lo más loco es que funciona de maravilla.
The Outsiders, quienes están dando forma a Metal Hellsinger, no se limitan a trabajar en la ambientación en el plano visual, sonoro o a nivel jugable, sino que recurren a la música, a la Banda Sonora del juego, para aportar ritmo a la partida desde los compases iniciales. Y no nos referimos a hacer más intensos o dramáticos los momentos en los que acabaremos superados en número en circunstancias dramáticamente adversas, sino cómo se nos marcan unos tiempos específicos a la hora de disparar, movernos o hacer espectaculares remates. Porque Metal Hellsinger es un FPS Rítmico.
El resultado: Metal Hellsinger recompensa a los jugadores capaces de seguir los compases de su música con mucho más que un grotesco espectáculo de explosiones y barbarie: al lograr combos prolongados se desatan momentos de pura gloria en los que primero suena la base, luego se van sumando instrumentos y finalmente aparecen las voces de auténticas leyendas del metal y se superponen a lo que ocurre en pantalla. Logrando de manera genuina que los apasionados por el Hard Rock meneen la cabeza al compás mientras hacen explotar a sus enemigos.
Y es que Metal Hellsinger es un espectáculo brutal en todos y cada uno de las acepciones de la palabra. Una barbarie con todas las letras. Pero, por encima de promover que masacremos demonios y criaturas infernales, lo que de verdad lo hace que sus partidas sean tan intensas y adictivas es cómo se promueve que nos adaptemos no solo a lo que ocurre en pantalla, que también, sino a la canción que suena y evoluciona durante nuestra partida.
Convirtiéndose en un auténtico festival de ultraviolencia y heavy metal en primera persona, pero sin perder la perspectiva de lo que debe ser: un shooter que -sin renunciar a sus elementos demenciales- debe ofrecer entretenimiento desde sus primeros compases, retener sus emociones durante el transcurso de la partida y, poco a poco, desembocar en confrontamientos a escala apocalíptica.
El Heavy Metal se creó para poner el infierno patas arriba, y Metal Hellsinger es la prueba
Pasar por el tutorial de Metal Hellsinger no es opcional, y tener sentido del ritmo tampoco. A lo largo de estos días en VidaExtra hemos tenido acceso a una versión acotada del mismo durante estos últimos días y a la segunda sesión comenzamos a dejar los cascos en su sitio y disfrutar de su música a todo volumen desde los altavoces. Porque es gloriosa, desde luego, pero también porque es lo que le da carácter a su gunplay. Y cuando le pillas el truco -o más bien el ritmo- es una genialidad.
La premisa mostrada hasta ahora no tiene vuelta de hoja: como un extraño ser demoníaco descendemos hasta una tierra desolada convenientemente poblada de criaturas que nos saltarán al cuello al mínimo descuido. Inicialmente contamos con una espada y poco más, y no tardamos en dar con una potente escopeta capaz de aniquilar a los enemigos menores y dejar temblando a los no tan fuertes. Ahora bien, la cantidad de daño y la manera de aprovechar al máximo su potencia de fuego no depende únicamente de nuestra puntería, sino del momento en el que disparamos.
A lo largo de la partida suena y cobra fuerza un tema diseñado específicamente para el nivel en el que estamos. En el escenario de Stygia suenan los instrumentos de la formación Two Feathers y la voz de Alissa White-Gluz, vocalista de Arch Enemy. Sin embargo solo escucharemos a esta última en caso de que logremos lo que el juego define como una buena racha rítmica. Es decir, una sucesión de eliminaciones espectacular siguiendo los compases de una música que va añadiendo matices e instrumentos poco a poco.
¿Cómo podemos explicar esto dentro del juego? Bueno, nuestro enigmático personaje con rostro demoníaco tiene su propia teoría: el inframundo tiene su propio ritmo y su pulso está conectado con él, de modo que al alinear nuestros ataques -sean con una espada, una escopeta o dos revólveres, por ejemplo- con el ritmo se genera un fenómeno que amplifica sus poderes infernales. Como resultado, tanto el daño generado como la probabilidad de realizar un remate épico se disparan mientras más estemos en sintonía con la banda sonora, y a su vez ésta cobra fuerza, se ensambla y finalmente estalla generando momentos épicos al jugador.
A partir de aquí toca hacer dos menciones obligadas sobre el gunplay de Metal Hellsinger y el despliegue hecho por Funcon de cara a la propia ambientación musical.
- Lo primero es que el juego es plenamente consciente de que cada arma tiene su propio ritmo y que cada jugador tiene una predisposición diferente. Esa barrera se ataja de manera sencilla mostrando en pantalla un indicador en forma de mirilla que depende del tipo de arma que estemos usando y que no solo parpadea bajo el ritmo de la B.S.O., sino que nos orienta sobre cuando es el mejor momento para disparar y obtener combos efectivos y demoledores.
- Por otro lado, aquellos que firman la Banda Sonora son auténticos referentes entre los que destacan además de la referida Alissa White-Gluz el mítico Serj Tankian (de System of a Down), James Dorton (Black Crown Initiative), Randy Blythe (Lamb of God), Mikael Stanne (Dark Tranquillity), Matt Heafy (Trivium) o Tatiana Shmailyuk (Jinjer). Poca broma.
¿Y qué pasa si perdemos el ritmo o nos da por disparar al estilo de cualquier otro FPS? Bueno, además de que estaremos perdiendo la esencia del juego y que la música no despegará, estaremos mucho más expuestos a oleadas de enemigos, no podremos hacer gloriosos remates y, por extensión, nuestras probabilidades de salir con vida quedarán drásticamente reducidas.
Al igual que DOOM, el de 2016, Metal Hellsinger hereda la esencia y el gunplay de los grandes clásicos de los FPS de los 90, incluyendo su gunplay más frenético y directo y mucho menos técnico. Aporta herramientas que aprovechan sus componentes de fantasía oscura y nos traslada a un infierno creado con un nivel de detalle espectacular. Pero su gran acierto es cómo pone todo lo anterior al servicio de su mayor activo y máximo distintivo: su potentísima Banda Sonora.
Un FPS rítmico para PC y la nueva generación de consolas
Metal Hellsinger es plenamente consciente de cómo ha evolucionado el género de los FPS, pero también tiene muy claro a qué perfil de jugador desea contentar: en The Outsiders ponen la mira en el apasionado por el rock que disfruta de los shooters a su ritmo, nunca mejor dicho. Los que, como comentamos, siembran la destrucción mientras agitan la cabeza siguiendo los compases de las leyendas del Metal y se regodean repasando con la mirada las míticas portadas de los vinilos y CDs de Power Metal o Hard Rock. Esas tan influenciadas por artistas como H. R. Giger, Necrolord o Wes Benscoter.
Un juego que, por otro lado, también sabe sumar profundas influencias de otros referentes de los videojuegos no tan relacionados con su ginplay rítmico y que van desde Quake y Heretic a DOOM Eternal, sin renegar de lo obvio: es un proyecto más modesto en lo técnico y a nivel de presentación a muchos niveles. Pero también un videojuego empeñado y completamente volcado en complacer a los apasionados y devotos del Rock más salvaje.
Un doble objetivo que, por cierto, nos ha dejado con ganas de más. ¡Y no solo por escuchar su potente banda sonora! Más allá de los contenidos jugables, Metal Hellsinger redondea su experiencia recuperando algo que habíamos dado por caduco como un sistema de puntuación que determina lo mucho y bien que hemos sabido exprimir su sistema de combos rítmicos para generar destrucción y lo compara con otros jugadores.
Y es que no sabemos si tendrá multijugador en el futuro, probablemente no, pero escalar posición en el ranking al estilo de los viejos arcades le sienta muy bien a su propuesta de juego.
Por delante, dudas muy específicas, como saber si el contenido final de Metal Hellsinger elevará todavía más el frenetismo y la emoción de aquellos escenarios en los que hemos podido poner patas arriba o algo tan sencillo cómo el modo en el que se le dará uso a los sistemas de Nueva Generación: además de PC, Funcom publicará el juego en PS5 y Xbox Series, y darle buen uso al DualSense puede ser una combinación ganadora.
En cualquier caso, no tardaremos en resolver estas dudas y continuar desatando el glorioso poder del rock a base de pulverizar demonios: Metal Hellsinger estará disponible a lo largo de este mismo año y en The Outsiders no solo amenazan con poner a prueba nuestra destreza con los pulgares, sino también dejarnos el cuello destrozado a base de agitarlo.
- Plataformas: PS5, Xbox Series X / S y PC
- Multijugador: No
- Desarrollador: The Outsiders
- Compañía: Funcom
- Lanzamiento: 2022
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