Es la mayor joya de la ciudad de Granada, pero también uno de los mejores juegos que puedes poner en tu mesa

Es la mayor joya de la ciudad de Granada, pero también uno de los mejores juegos que puedes poner en tu mesa

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Alhambra

No hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada. Desconozco en qué momento el alemán Dirk Henn se cruzó con el mítico verso del mexicano Francisco de Icaza, pero lo cierto es que la Alhambra se convirtió en una inspiración lo suficientemente potente como para dar forma a uno de los mayores juegos de culto de nuestra era: Alhambra.

Pese a que el mítico juego de mesa tiene ya la friolera de 20 años, a través de sus ediciones revisadas he tenido la oportunidad de descubrir una de esas fórmulas tan bonitas y entretenidas que merecen un hueco en nuestra colección. Una de esas joyas que, sí o sí, hay que tener.

Alhambra: un clásico imprescindible

La idea detrás de Alhambra es, como ya habréis imaginado, construir nuestra propia versión del Patrimonio de la Humanidad a base de colocar losetas con los distintos salones y jardines del monumento. La clásica fórmula de unir edificios y muros para ver quién consigue más puntos al final de la partida.

Siendo fans de Carcassonne desde hace años, nada nos gusta más en casa que un juego de colocar losetas, pero además Alhambra tiene la particularidad de que hace mucho más asequible el momento de sumar y comparar puntuaciones, especialmente si se suman críos a la partida.

El objetivo a la hora de construir nuestra particular Alhambra pasa por tener el mayor número de edificios del mismo tipo y, también, el muro más largo posible rodeando la construcción. Con tres rondas de puntuación por partida, sólo aquellos que cumplan la regla de tener más edificios del mismo tipo escalarán en el tablero de puntuación.

Por suerte, en las dos últimas rondas el segundo y el tercero en tener más edificios también se llevarán un puñado de puntos, forzando así que queramos luchar contra otro jugador para arrebatarle esa posición antes de que llegue la siguiente carta de puntuación.

Alhambra

Cómo se juega a Alhambra

En cada uno de nuestros turnos jugando a Alhambra tendremos la posibilidad de elegir entre tres acciones distintas. La primera de ellas pasa por tomar dinero de las cuatro cartas que se irán colocando sobre el tablero. Lo haremos recogiendo tantas cartas como queramos hasta llegar a un valor de cinco, o recogiendo una única carta que supere ese valor.

La segunda es, por descontado, invertir el dinero que hayamos conseguido previamente para comprar una loseta. Debe coincidir en el tipo de moneda e igualar o superar el precio que cuesta, así que ahí entra en juego una mecánica de riesgo recompensa en la que tirarse a la piscina pagando más de lo que te gustaría sin  que el juego te devuelva el cambio.

Alhambra

La gracia está en que, si consigues pagar el coste exacto de la loseta, puedes realizar otra acción adicional, así que conviene acumular cuantas más monedas mejor de cara a darle la vuelta a la partida cuando las losetas disponibles te vengan de cara. Eso sí, lo que compres con esta acción deberá ir a tu reserva o directamente a la Alhambra.

Por último, también tienes la opción de rediseñar tu Alhambra, siempre teniendo en cuenta que las losetas deberán seguir la dirección de la casilla central, que no podrás superar muros si los bordes no coinciden, que no puedes dejar huecos vacíos, y que todas deberán colocarse en formato ortogonal. Unas mecánicas tan simples como efectivas para un juego la mar de recomendable.

Devir Alhambra - Second Edition (Queen Games BGALHA2)

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