La saga Yakuza es conocida principalmente por los videojuegos que ha protagonizado Kazuma Kiryu, que no han sido especialmente pocos. No obstante, la franquicia está formada por más títulos todavía, entre los que se encuentra Like a Dragon: Ishin!, el cual fue publicado hace casi una década en PS3 y PS4, pero ahora Ryu Ga Gotoku Studio ha querido traerlo de vuelta en forma de remake.
Para la ocasión el estudio ha querido que el juego llegue a más plataformas y de paso se ha localizado al castellano en sus subtítulos, un apunte muy a tener en cuenta porque eso siempre es una buena noticia, pero también por el hecho de que ha sido uno de los aspectos que más me ha encantado después de haber podido probar un amplio adelanto del juego.
Esta misma semana pudimos viajar a Berlín para jugar a fondo uno de sus primeros capítulos y para probar sus minijuegos o realizar misiones secundarias. Lo que os puedo adelantar de momento es que no tenía a Like a Dragon: Ishin! en mi radar y desde hace unos días tengo unas ganas muy locas de hacerme con él por el excelente rato que me ha hecho pasar.
A tajo limpio contra los enemigos o cosiéndolos a balas
La ambientación de este título nos lleva al pasado, concretamente al año 1867. El juego nos brinda la oportunidad de recorrer una bulliciosa ciudad en la que no faltarán algunos elementos tan característicos de la serie, como sus restaurantes, historias secundarias y minijuegos sobre los que os hablaré en profundidad más adelante, pero lo que también estarán a la orden del día serán los combates.
En ellos nos veremos envueltos en el papel de Sakamoto Ryoma, el protagonista que encarnaremos y quien salta a la vista por su aspecto que podría tratarse perfectamente de un antepasado de Kazuma Kiryu al tener la misma cara que él. Se trata de un experto espadachín que ha huido a la capital de Kyo bajo el alias de Saito Hajime con el fin de encontrar al asesino de Yoshida Toyo, su mentor.
La cuestión es que Ryoma ha sido culpado injustamente de haber sido el causante de su muerte y ahora deberá buscar la forma de restaurar su honor y vengarse del auténtico responsable de esta masacre. Para ello tratará de infiltrarse en el clan Shinsengumi, donde se practica el estilo Tennen Rishin, que es el mismo que utilizó el asesino para acabar con la vida de Toyo, aunque primero deberá superar una serie de pruebas escondiendo sus verdaderos motivos para todo este proceso.
De hecho, en este adelanto me tuve que enfrentar a uno de sus miembros en un desafiante combate en el que pude probar a fondo los distintos estilos de combate por los que es posible decantarse, entre los que hay un total de cuatro: espadachín, tirador, bailarín salvaje y luchador. Cada uno de ellos dispone de sus propias características y una forma propia de combatir, por lo que no todos sirven para cualquier situación.
En este sentido, comprobé que el tirador hace que Ryoma saque un revolver del bolsillo para liarse a tiros, pero esta no me resultó nada efectiva contra los jefes principales de la historia, a pesar de poder atacarles desde lejos, porque o bien esquivaban las balas o las bloqueaban con su espada. Por lo tanto, me dejó claro que de poco servía comportarme como un gallina y no querer afrontar una batalla cara a cara, por lo que no me quedó más remedio que sacar a relucir la katana.
En este caso los golpes que se propinaban eran más poderosos todavía y sinceramente, resultaba más emocionante y espectacular liarse a espadazos contra un adversario en las mismas condiciones. Eso sí, se nota que la aventura estaban en un punto algo más avanzado en el que no teníamos mucha idea de cómo desenvolvernos, porque me resultó un tanto complicado acabar con estos jefes en cuestión, así que no me quedó más remedio que tirar de objetos curativos con el fin de vivir para contarlo.
Sin duda los combates requerirán de una gran destreza por nuestra parte, teniendo que buscar el mejor momento para atacar, esquivar o bloquear, porque eso de golpear a lo loco no es la mejor idea en absoluto. Aun así, por mucho que se deba tener paciencia en ellos, presentan un ritmo espléndido que hace que te enganchen y no pares de tener ganas de repartir estopa con cualquiera de los diferentes estilos.
De todos ellos con el que me quedo sin ninguna duda es con el bailarín salvaje, porque se trata de una combinación de katana y arma de fuego en cada mano para poder atacar con cualquiera de las dos armas mientras se mantiene una postura evasiva que parece que está danzando al moverse. Y a esto hay que sumar el hecho de que los controles son muy intuitivos, con asombrosas combinaciones dependiendo del botón que pulsemos, con la posibilidad de desbloquear más todavía a base de subir de nivel.
Es más, los combates nos otorgarán puntuaciones y artículos necesarios para estas mejoras dependiendo de lo bien que nos desenvolvamos en ellos. Esto sobre todo es algo que aprecié en las peleas callejeras, otro de los elementos principales de la saga que aquí también está presente. Mientras iba de un lado para otro no fueron especialmente pocos los enemigos que se atrevieron a cruzarse en mi camino para desafiarme a combates que me sirvieron como tutorial para descubrir mejor cómo es la jugabilidad.
Así pude comprobar también que el estilo de tirador es una auténtica sobrada, porque a un enemigo normal le puedes acribillar a tiros desde lejos como si fuese una metralleta sin que el otro pueda hacer nada. En este sentido me pareció muy fácil y tampoco quise abusar demasiado de esta práctica, por lo que también emplee el estilo del luchador, el único capaz de interactuar con objetos del escenario para hacer uso de ellos como armas.
En medio de tanta seriedad no falta el punto cómico y disparatado
Por todo lo comentado hasta ahora podría dar la impresión de que Like a Dragon: Ishin! es un simple juego de acción y nada más. Sin embargo, todos los que hayan jugado a algún Yakuza saben de sobra que la serie también presume de un toque humorístico gracias a sus misiones secundarias y a los minijuegos, que fueron de lejos los que mejores ratos me hicieron pasar durante las aproximadamente dos horas que pasé a los mandos.
Mi primera parada fue un karaoke en el que me ofrecieron la posibilidad de escoger una canción entre una amplia variedad de temas disponibles. En algunas de ellas era el mismo Ryoma el que se ponía a cantar con el objetivo de tener que pulsar los botones del mando a medida que iban saliendo por la pantalla, aunque las pase canutas para obtener una buena puntuación por la velocidad a la que había que presionarlos.
Este fue el minijuego que más jugué porque en cada canción van desfilando escenas de fondo de lo más peculiares y con las que resulta imposible no partirse de risa. De hecho, en uno de los temas hasta salía un grupo de bailarinas japonesas reales moviéndose al ritmo de la melodía y también había otras en las que era otro cliente el que se ponía a cantar y nosotros ejercíamos de coro, pero con la misma mecánica de pulsar los botones.
Otro de los minijuegos más locos que me encontré consistía en una carrera de pollos en el que podías apostar dinero al animal que creías que iba a correr más rápido que los demás. Y tampoco faltan otros más normales, como uno de pescar, sin dejar de lado otros más típicos basados en populares juegos de mesa de Japón, entre ellos el Shogi o el Mahjong.
En estos no pasé demasiado tiempo, porque preferí decantarme más por el karaoke y un par más que me parecieron brutales. Uno de ellos era similar al de cantar, aunque en este caso había que bailar pulsando la cruceta y el resto de botones del mando a medida que se iba indicando, con un punto muy cómico por ver a Ryoma demostrando que es capaz de mover el esqueleto como un experto bailarín si se lo propone.
Y el que puso la guinda del pastel fue el burdel de la ciudad. Así participé en un minijuego que se dividía en tres partes, comenzando por una la que competí contra una chica de compañía en comprobar quién era capaz de beber más sake sin acabar vomitando. En el caso de salir victorioso tocaba jugar al piedra, papel o tijeras con el premio de hacer que el adversario perdiese una prenda de ropa por cada victoria. En cuanto al remate, prefiero no destriparlo porque sinceramente es algo tan extremadamente loco y picantón que es mejor que lo veáis por vuestra propia cuenta.
Desde luego los minijuegos casi me hicieron llorar de la risa, pero es que las misiones secundarias no se quedaron atrás en absoluto. Así me encontré con una en la que Ryoma se convirtió en una especie de Phoenix Wright al tener que descubrir quienes eran los ladrones de un hurto que se había cometido a base de realizarles preguntas y acusaciones.
Y otro que también me pareció buenísimo, aunque en este caso por la traducción, fue uno en el que un ladrón me robó la ropa mientras estaba en el baño y durante la persecución la gente gritaba por las calles "vaya culo", mientras que el mangante exclamó cuando le pillé "vaya huevos que tienes, no literalmente hablando". Pero tampoco quiero contar todas las anécdotas que me dejaron las misiones secundarias porque solo ellas darían de sobra para hacer un artículo entero comentando las situaciones tan absurdas que llegué a presenciar.
En este sentido he de admitir que la traducción fue una gran responsable de conseguir que me encantara tanto el juego y ahora mismo, por todo lo que he visto, a este apartado le pondría un diez sin dudarlo. El resto del juego también me ha parecido una pasada y me ha dejado con ganas de más, así que espero que este buen nivel se mantenga durante el resto de la aventura, porque ahora mismo me he quedado con la sensación de que podría haberme pasado muchas más horas jugando, luchando y al mismo tiempo divirtiéndome con sus historias secundarias.
Por otro lado, uno de los grandes motivos por los que se nota que estamos frente a un remake se debe a que a algunos de los personajes principales se les ha modificado la cara y las voces para cambiarlas por las de otros personajes de toda la franquicia, dejándonos con un buen fanservice para todos los seguidores de Yakuza, pero también un buen inicio para meterse de lleno en la saga.
- Plataformas: PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X/S y PC
- Multijugador: No
- Desarrollador: Ryu Ga Gotoku Studio
- Compañía: SEGA
- Lanzamiento: 21 de febrero de 2023