Meses antes de conocerse la fecha de estreno de la película Godzilla vs Kong me dio por revisionar aquella película de Peter Jackson sobre King Kong que salió bastante bien parada respecto al clásico e icónico largometraje de 1933 de RKO.
Personalmente, me ha sorprendido lo bien que se conserva esa película de 2005, salvando ciertas escenas por culpa de los efectos especiales en las criaturas de la isla, al ser ampliamente superados en la actualidad, especialmente en la escena de la estampida a lo El Rey León, que es donde más se le ven las costuras. Pero salvando ese detalle, provocó que le diese otra oportunidad al videojuego Peter Jackson's King Kong: The Official Game of the Movie de Ubisoft Montpellier.
Una de las primeras licencias intergeneracionales
Dicho juego, al que nos referiremos a partir de ahora como King Kong a secas, se estrenó el mismo año que la película homónima, siendo, a su vez, uno de los que formaron parte del gran catálogo de lanzamiento de Xbox 360 a finales de 2005.
Fue, además, un juego intergeneracional, al salir igualmente para la primera Xbox junto con otras consolas de la época, como PlayStation 2 y GameCube, cerrando el cupo las portátiles Game Boy Advance, Nintendo DS y PSP, aparte del eterno PC.
¿Todo esto qué significó? Que, por ejemplo, no se aprovechase el potencial de la nueva consola de Microsoft, como es lógico. O que el videojuego no siguiese al dedillo la trama de la película, al tomarse ciertas licencias en muchas escenas para darle sentido al trasladar su historia a un videojuego. Es algo que solemos ver a menudo en esta clase de producciones, aunque también es cierto que en el caso de Ubisoft se respetó bastante el núcleo, aunque variando (o modificando) el orden de algunas escenas, lo que chocaba si teníamos la película muy reciente.
Irónicamente, el comienzo del videojuego arranca con escenas íntegras de la propia película, pero resumidas a lo bestia, en apenas un par de minutos, para iniciar la acción justo al pisar la isla. Cabe recordar que esto en el largometraje tardaba en producirse en más de media hora, lo que demuestra que el juego iba más al grano. De hecho, aquí nos enfrentamos a monstruos al poco de llegar.
Como hemos dicho, Ubisoft se tomó ciertas licencias a la hora de dirigir el ritmo del juego, sorprendiendo ver cómo esos bichos gigantes a los que se enfrentaba el grupo en mitad de la película aquí tomaba las riendas desde el inicio, con cangrejos, escorpiones o incluso una especie de gárgolas a las que hacer frente usando armas de fuego o lanzas improvisadas. Curiosamente, los indígenas tardaban unos capítulos en aparecer, pero su protagonismo fue anecdótico aquí.
Algo sí que compartieron película y juego fue lo retorcido y cargante que podía llegar a ser Carl Denham, interpretado por Jack Black, un director sin escrúpulos que ocultó la verdad a la tripulación hasta que se descubrió el pastel. Para colmo de males, en una de las primeras secciones teníamos que escoltarlo y podía morir a mano de unos velocirraptores. Y no podemos dejar que muera, por desgracia.
El mejor videojuego de King Kong hasta la fecha
No era el único personaje de la película recreado en el videojuego, al estar también Ann Darrow (Naomi Watts) y Jack Driscoll (Adrien Brody), siendo este último el que controlábamos durante buena parte de la aventura. Lo llamativo es que las escenas con Jack, a modo de shooter en primera persona con ligeros retazos de puzles, se salteaban con unas pocas controlando al mismísimo Kong apostando por la acción con una cámara de lo más cinematográfica en tercera persona.
Hoy en día renquea en ambas facetas debido a lo limitado que resultaba a nivel jugable, sorprendiendo, por ejemplo, que con Jack no hubiese botón para saltar o que tan solo pudiese llevar un arma de fuego aparte de una lanza. Con Kong, además, había partes demasiado scriptadas con los saltos por paredes o ramas y tampoco es que destacase en los combates, al ser un tanto tosco con los golpes.
Era un juego excesivamente lineal, por otra parte. Era imposible perderse y para colmo (o por suerte, según se mire) no tenía coleccionables. Visualmente efectivo para la época, eso sí, sobre todo por los movimientos de Kong o los dinosaurios de mayor envergadura, que impresionaban lo suyo, destacó precisamente por esa variedad de situaciones que ofrecían Jack y el imponente Kong, con dos estilos de juego totalmente diferentes inspirados en la película hasta su final en Nueva York.
Con Jack éramos muy vulnerables, algo que reflejaba el propio personaje con una respiración cada vez más pronunciada tras momentos de tensión. Había que dosificar la munición y aprovechar, sobre todo, esos cadáveres con lanzas de hueso improvidadas, puesto que de ahí podíamos extraerlas de manera ilimitada, al contrario que los troncos con tres lanzas clavadas de manera muy contada.
Este juego de King Kong ofreció, a su vez, secciones donde había que utilizar el elemento del fuego a nuestro favor, quemando parte del entorno para poder avanzar o contener a los bichos, usar cebos a modo de distracción o conseguir palancas para poder activar los mecanismos de unas puertas de gran tamaño.
Para ser un juego sobre una película, llama la atención lo mucho que cuidó Ubisoft algunos aspectos, siendo el más llamativo el comportamiento de los dinosaurios. Si encontraban cadáveres de bichos u otros dinosaurios que habíamos matado, se acercaban a ellos para comerlos, lo que servía igualmente de genial distracción.
Poco importaba que no fuese un calco de la película, escena a escena, al ofrecer otro tipo de situaciones que se complementaban a la perfección con la esencia que quiso transmitir Peter Jackson. Sin ir más lejos, supo aprovechar el entorno para crear tensión al enfrentarnos por primera vez a un velocirraptor y a un ciempiés gigante a la vez, o a un grupo de estos dinosaurios con lanzas, fuego y otro tipo de elementos del entorno. Tan solo lo malo fue tener que sufrir a Carl.
King Kong ofreció una experiencia corta, pero intensa, siendo muy de agradecer la posibilidad de desbloquear un final alternativo respecto a la película que todos tenemos tan presente desde la original de 1933. En vez del trágico desenlace del Empire State, podíamos salvar a Kong controlando un avión de combate para eliminar a los que atacaban a esta fiera, apagando ya de paso los focos que lo iluminaban. Tras esto, Kong regresaba a su isla feliz para seguir siendo el rey.
Por lo demás, un juego más que digno sabiendo que se trata de una licencia y en el que había un ligero componente rejugable desde el apartado de extras, necesario para desbloquear precisamente ese final alternativo en base a los puntos obtenidos en ciertas secciones... o bien usando trucos. ¿Para cuándo el próximo videojuego de King Kong? Que desde 2005 ya va tocando otro, ¿no?
Si te apetece rejugarlo, que sepas que es retrocompatible en Xbox One/Series.
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