Si Los Renegados se convirtió en la mejor expansión de Destiny 2, sin duda la mejor temporada está siendo la de La Opulencia, que es la que arrancó el pasado 4 de junio. Y dentro de todas las novedades, la llegada de Casa de las Fieras ha sido un verdadero soplo de aire fresco, una nueva actividad para jugar en cooperativo que ha acabado convirtiéndose en una de las mejores y más divertidas de todo el juego.
Sí, mejor que Gambito y Gambito Supremo.
Si tuviera que explicar de forma rápida en qué consiste Casa de las Fieras, me saldría algo así: se trata de un nuevo modo de juego con matchmaking para seis guardianes que vendría a ser como una especie de mini incursión con hordas y con un jefe final muy duro cuyo desarrollo cambia cada vez que entras. Y ahora lo explicaré todo con más detalle.
La palabra clave es matchmaking. Muchos no hemos podido probar ninguna de las incursiones disponibles en Destiny 2 por la falta de esta funcionalidad y por no tener a suficientes amigos jugando en la misma plataforma (o al propio juego siquiera). O porque el clan al que pertenecemos no es demasiado activo o no hay forma de cuadrar horarios para formar una escuadra completa. Se agradece, por tanto, que las últimas nuevas actividades añadidas al juego por Bungie, tanto Casa de las Fieras como La Decisión, Gambito y Gambito Supremo, lleven matchmaking.
En qué consiste Casa de las Fieras y por qué es un modo tan endiabladamente divertido
La acción de Casa de las Fieras, un modo que pide un mínimo de 690 de Poder para entrar, tiene lugar en una serie de estancias del Leviatán de Calus. Bungie ha estado coqueteando con la generación aleatoria de niveles en varios modos. Hay un asalto en concreto que ya funciona así y también se ha usado esta técnica en algunos modos temporales con muy buen resultado. En Casa de las Fieras no funciona exactamente igual, pero sí hay un elemento de aleatoriedad. Las estancias del Leviatán son las que son, pero el orden de las mismas y lo que vamos a tener que ir haciendo en ellas cambia con cada partida.
De hecho, los puzzles planteados en cada una de las estancias, uno de los elementos que relacionan este modo con las incursiones, tienen que ser resueltos en un tiempo determinado. Si se consigue, se pasa a la siguiente estancia. Si no se consigue, se pasa igualmente a otra estancia. No hay fin de partida por morir, ni siquiera si cae la escuadra entera: el truco está en que completar las estancias en el tiempo marcado nos permitirá llegar al jefe final más rápido. Si no se completan antes de que la cuenta atrás llegue a cero, habrá que pasar por un mayor número de estancias para alcanzar el final. Maravilloso.
Este planteamiento funciona muy bien por varias razones. Si la escuadra está bien organizada y se trabaja en equipo resulta muy divertido y se avanza más rápido. Si no, es igualmente divertido, pero el avance será más lento y habrá que entrar en más habitaciones y enfrentarse a más y más hordas de enemigos. Porque a parte de resolver los distintos puzzles, cada estancia es un generador de hordas constante: los enemigos no paran de aparecer por todos lados y cada vez son más grandes y poderosos.
Hay un puzzle muy sencillo en el que sólo hay que capturar una serie de faros de forma consecutiva permaneciendo en el interior de un círculo hasta llenar el medidor que me ha gustado especialmente. Los distintos faros a capturar están conectados por unos pasillos muy estrechos y oscuros, por lo que mientras se captura cada uno de ellos hay que masacrar a decenas y decenas de enemigos que corren hacia nosotros sin cesar. El espectáculo de luces, disparos y partículas es absolutamente demencial y satisfactorio.
El Cáliz de la Opulencia y la posibilidad de elegir qué tipo de equipamiento poderoso queremos obtener como recompensa
A todo esto hay que sumarle la llegada de un nuevo objeto al juego que a buen seguro marcará el futuro de Destiny 2: el Cáliz de la Opulencia. Hasta ahora todas las recompensas que ofrecía el juego eran totalmente aleatorias, salvo el equipo específico al que se accede a través de aventuras concretas, pero este cáliz introduce la posibilidad de que seamos nosotros los que decidamos si la recompensa por eliminar al jefe final de una partida de Casa de las Fieras sea un arma o una pieza de armadura e incluso algunas de sus características.
El sistema es más difícil de explicar que de usar, pero intentaré contarlo de forma rápida y sencilla. El cáliz necesita una serie de runas que obtendremos llevando a cabo determinadas actividades o adquiriéndolas en los cofres que hay en la nueva nave que ha aparecido en Nessus. Se le pueden poner hasta tres runas al cáliz y, por ejemplo, puedo usar la primera para decirle que quiero una recompensa en forma de arma y la segunda runa para asegurarme de que esa arma tenga una estabilidad excelente. Es más, si tengo las runas necesarias, puedo escoger el tipo de arma: un subfusil, un rifle de francotirador, etc.
Con esa configuración, una vez eliminado el jefe final de una partida de la Casa de las Fieras tenemos acceso a un cofre especial que nos dará un objeto de las características que hayamos personalizado a través de las runas del cáliz. El sistema es algo más complejo e incluye otras opciones adicionales, pero lo cierto es que es muy interesante poder elegir qué tipo de equipo poderoso queremos obtener sin cruzar los dedos para que el todopoderoso RNGesus haga bien su trabajo.
Esta nueva capa de complejidad y de flexibilidad para el jugador es la primera de las muchas que probablemente acabarán llegando a Destiny 2 si nos atenemos a las últimas novedades que dio a conocer Bungie. El estudio confirmó sus intenciones de potenciar toda la parte más RPG del juego con nuevas opciones de personalización de equipo y personaje, con lo cual tiene todo el sentido del mundo ofrecer más opciones al jugador en lugar de dejarlo absolutamente todo en manos de los engramas con recompensas aleatorias.
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