Neon Noodles no es el típico juego de cocina al que estás acostumbrado. Nada que ver con Overcooked, Cooking Mama o cualquier otra alternativa que te venga a la cabeza. Con la idea de seguir la estela de títulos como Infinifactory y Opus Magnum, hacer sushi y fideos se convierte en un proceso de manipulación y ensamblaje más propio de una producción en cadena.
Convirtiendo el mundo de la gastronomía en un puzle de automatismos, Neon Noodles nos propone controlar a una serie de robots que no sólo deberán seguir los pasos adecuados para crear el plato objetivo, también deberán hacerlo ahorrándose el mayor número de movimientos y líneas de código posibles.
Creando la línea de producción más eficiente
Dar forma a las más de 100 recetas que Neon Noodles va tirándote poco a poco a la cara es uno de esos procesos que requiere una planificación mental excepcional, especialmente si vas en busca de crear el automatismo más eficiente.
Con distintos robots y zonas de materiales y manufacturación -por ejemplo una caja de aguacates a la que sigue una tabla de cortar y una mesa de entrega-, tú serás el encargado de dar forma a todo lo que sucederá, incluida la posición inicial de cada robot.
Controlar a uno e ir en busca de la línea de producción más eficiente posible es fácil, contar con varios trabajando a la vez y que además todos lo hagan en sincronía, manteniendo un bucle complementario y evitando al máximo las pausas que no sean imprescindibles, es café para muy cafeteros.
Sin embargo hay algo mágico en Neon Noodles cuando alcanzas ese hito. Ver a todos los robots haciendo lo suyo, como si de una coreografía se tratase, es sencillamente espectacular. Tanto que debería empezar a llamar la atención de esas páginas de Facebook que se dedican a recopilar imágenes visualmente placenteras.
El pasatiempo perfecto para los fans de los automatismos
Lo poco probado es más que suficiente para dar buena cuenta de lo sólida y divertida que es la idea. Aún en Acceso Anticipado, Neon Noodles tiene mucho camino por recorrer, pero a base de seguir retorciendo su premisa y añadiendo nuevas recetas tiene más que suficiente para mantenerse hasta la versión final que llegará en junio a Steam.
Sí se agradecería que, pese a tener una interfaz fácil de entender y usar, diese algo más de importancia a la guía inicial en vez de soltarte de la mano tan pronto. Si bien aprender los procesos que lleva cada plato no es excesivamente complejo, sí hay bastante más chicha en todo lo que se esconde detrás.
Más allá de eso todo se reduce a la práctica y el testeo de tus propias líneas de producción para comprobar dónde puedes mejorar para ahorrar acciones y tiempos, especialmente cuando terminas un nivel, crees que no hay mejora posible y ves a gente que lo ha conseguido con procesos tres veces mejores que los tuyos.
Si os gustan los buenos puzles y esa corriente de juegos que recoge lo básico de la programación para crear a partir de ello sus mecánicas, os recomiendo que le echéis un vistazo. Neon Noodles no es uno de esos juegos que pillas una tarde y no lo sueltas hasta la semana siguiente, pero sí uno de esos pasatiempos a los que merece la pena volver de vez en cuando para desconectar.
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