Gustos personales a un lado, creo que no cabe duda de que lo más espectacular que se pudo ver en el Inside Xbox de Xbox Series X fue Bright Memory Infinite. Y como era de esperar por su gameplay, no sólo brilla en lo visual.
Creado en Unreal Engine por una única persona y convertido en uno de los abanderados del ray-tracing por sus espectaculares gráficos y efectos, Bright Memory Infinite también apunta a ser un juego divertidísimo.
Un pequeño pero recomendable adelanto
Con una demo lanzada a modo de precuela que ya está disponible en Steam por poco más de 8 euros, el titán de FYQD-Studio se ha marcado uno de esos anticipos que sí o sí vale la pena probar. Más aún teniendo en cuenta que recibiremos Bright Memory Infinite de forma gratuita cuando llegue a las tiendas.
Que no te asuste darle una oportunidad porque el juego está optimizado de forma maravillosa y, aunque sin ray-tracing, he podido probarlo en alta sin problemas en un ordenador con más de cinco años a sus espaldas en proceso de restauración.
Si pese a ello no puedes acercarte a él para hacerte una idea de lo que nos espera con el juego final , aquí tienes un adelanto de por qué Bright Memory Infinite se ha convertido en uno de mis lanzamientos más esperados también en lo jugable.
Viajando a un continente perdido plagado de monstruos, caballeros medievales y puzles con símbolos, Bright Memory nos traslada hasta una espectacular mezcla de géneros en la que hay dos reglas básicas: acción frenética y combos.
De la mano de ametralladoras, pistolas y escopetas, deberemos abrirnos paso entre soldados enemigos y bichos de ultratumba a golpe de combos y marcadores de puntuación.
Disparos a la cabeza y combinaciones aéreas con estilo que vienen apoyados por el uso de distintos poderes que podremos ir desbloqueando para Shelia, su protagonista, conforme vayamos subiendo de experiencia.
A medio camino entre Doom y un hack'n slash
Ahí, la espada protagonista de su tráiler es la gran aliada, permitiéndonos no sólo rebanar a los enemigos, sino también dando estocadas en el suelo capaces de lanzarlos por los aires para mantener el combo.
Junto a ella un gancho que nos servirá para atraer a los rivales y también para movernos en las secciones de plataformeo entre un combate y otro. Además, poderes adicionales como ataques a larga distancia o explosiones de fuerza capaces de romper puertas y elevar a las hordas cuando se nos echen encima.
Su caótico inicio no tarda en volverse tan divertido como un juego de acción de una máquina arcade y, una vez le coges el punto, empezar a apuntar a puntuaciones cada vez más altas se vuelve adictivo.
Con la promesa del juego completo gratuito en una fecha aún por desvelar, que pasar por caja para probar Bright Memory sea una experiencia bastante escueta y lineal, a modo de aperitivo, duele menos.
Pese a gozar de coleccionables y un formidable trabajo a nivel de diseño, animaciones y gráficos, es más rejugable por sus puntuaciones que por la exploración que ofrecen sus escenarios.
Queda por ver a qué nivel apuntará finalmente la versión definitiva, Bright Memory Infinite, pero no es menos cierto que me zampaba más horas de esto, sin más mejoras que las básicas para retocar un poco la movilidad, más a gusto que un arbusto. Se viene juegazo.
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