Lo bien que nos lo pasamos al frente de ‘South Park: La Vara de la Verdad’, inevitablemente nos hizo desear con todas nuestras fuerzas la llegada de un ‘South Park: Retaguardia en Peligro’ que se ha acabado retrasando más de lo que muchos consideraríamos sano a la hora de mantener la atención en un lanzamiento.
La primera buena noticia es que lo nuevo de Obsidian en Colorado ya está al caer. La segunda es que podemos esperar a su lanzamiento abriendo boca con ‘South Park: Phone Destroyer’, el juego para móviles de Ubisoft que ya se ha lanzado en modo soft-launch.
Descargar South Park: Phone Destroyer
Como si de una suerte de beta se tratase, ‘South Park: Phone Destroyer’ ya está disponible para iOS y Android en países escandinavos, manteniéndose a la espera de ver cómo reacciona el público y que sus creadores entiendan dónde deben empezar a toquetear el juego antes de ponerlo a disposición del público de forma definitiva.
Descargarlo y probarlo es relativamente fácil, basta con crear una cuenta de Gmail secundaria en nuestro dispositivo, borrar la caché de Google Play Store y abrir el siguiente link para empezar a jugarlo. Aunque el progreso se mantiene en la cuenta principal de Google Play, para poder jugar debéis seleccionar la secundaria. Cosas de hackers que no acabo de entender, pero funciona.
De hecho ya llevo acumuladas un par de horas, y un considerable saco de cartas desbloqueadas, y no parece que los problemas iniciales de balanceo vayan a conseguir frenarme demasiado en mi intento de seguir avanzando en el juego.
Como ya se comentó en su presentación, estamos ante un juego free-to-play que, basándose en el éxito de ‘Clash Royale’, intentará que nos enganchemos a base de ofrecernos partidas en las que los habitantes de South Park y sus descacharrantes disfraces servirán de esbirros durante las batallas.
¿Cómo se juega a South Park: Phone Destroyer?
El sistema es muy similar al juego de SuperCell. Contamos con una baraja de cartas que podemos ir ampliando y mejorando en base a los premios conseguidos. En ella están Timmy con la silla recubierta de cartón como si fuese un barco pirata, Ike como un Gizmo que se multiplica o ratas y palomas que vendrían a ser como los esqueletos y los esbirros de ‘Clash Royale’.
La gran diferencia es que aquí la pantalla se juega en horizontal, en vez de en vertical, y eso hace que la colocación de las unidades cuando tenemos la energía suficiente para desplegarlas sea un poco más complicado de medir. Lo comento como apunte, pero no he tenido problemas con ello ni en el modo historia ni en el PVP.
Conforme vayamos ganando tenemos la opción de acceder a nuevas cartas, ya sea consiguiendo sobres gratuitos, comprándolos con alguna de las monedas del juego o desbloqueándolas en un casillero con tres oportunidades que se nos muestra al finalizar cada combate.
Tener ambas vertientes, la de una historia cuya dificultad escala demasiado rápido pese a admitir cierta rejugabilidad (nuevos niveles de dificultad para cada lucha con nuevos premios), y la de un PVP cuyo matchmaking necesita una buena mano de pintura, hace que fácilmente puedas estar saltando de una a otra opción siempre que te atasques, pero si al final acaban obligando a farmear en exceso puede que se convierta en algo demasiado repetitivo.
¿Merece realmente la pena?
En apenas un par de horas he alcanzado el nivel cuatro de los nueve disponibles en la historia y debo llevar unas 20 cartas de las casi 90 que hay en el catálogo. Igual que en ‘Clash Royale’, la sinergia entre ellas es la gran baza a la hora de experimentar, con cartas tipo tanque que colocas de avanzadilla para que los enemigos se centren en ella, y mientras tanto lanzas flechas desde atrás o colocas asesinos rápidos y letales, pero con poca vida, que se ocupen de las tropas distraídas.
Queda por ver qué más pueden llegar a rascar a nivel jugable. Si los poderes que tienen algunas cartas realmente abren vía a nuevas estrategias o si la posibilidad de ir ampliando historia y colecciones va a estar sobre la mesa tras el soft-launch. La buena noticia es que no hay esperas para abrir sobres o mejorar cartas, sólo para conseguir nuevos sobres gratuitos, así que nunca pone palos en las ruedas a la hora de que sigas jugando.
Si el juego mantiene mi atención más allá del verano es algo que sabremos dentro de unas semanas, pero por ahora tengo clarísimo que quiero seguir jugando a ‘South Park: Phone Destroyer’ y comprobar hasta dónde soy capaz de llegar.
Tal vez el ser forofo de la serie tenga algo que ver, pero también reconozco que al estar profundamente inspirado en ‘Clash Royale’ pensaba que iba a tardar muy poco en empezar a verle las costuras a la hora de comparar. No es el caso, así que me vuelvo al juego porque me acaba de llegar una notificación de que hay un nuevo sobre esperando. A ver si hay suerte y consigo a Randy vestido de Pocahontas.
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