Pese a que aún no nos hemos pasado 'Bloodborne' y de ese modo decir qué nos ha parecido con todas las de la ley en su análisis, algo parece claro: estamos ante un imprescindible de PS4.
No es un juego perfecto. Demonios, dista mucho de serlo por fallos incomprensibles o de fácil solución. Pero te sumerje en su mundo como pocos y resulta todo un reto, muy en la línea de otras producciones de From Software (véase 'Dark Souls'). Ya lo decíamos en las primeras impresiones de hace unas semanas. 'Bloodborne' no tenía visos de decepcionar a los fans de este estudio nipón.
Aparte que si buscamos un videojuego que amortice bien su inversión, al contrario de la decepción que supuso 'The Order: 1886', otro exclusivo, para bien y para mal, de PS4, prácticamente no vamos a encontrar mejor opción en la consola de Sony, porque es bastante largo y sobre todo desafiante.
Tanto mi compañero Álex como yo llevamos unos cuantos días con él y más de 20 horas de juego... que en realidad son más, porque no se contabilizan los reintentos tras una muerte. Porque aquí se muere mucho. Por muy habilidosos que seamos (o que nos sintamos), llegará un punto en el que nos matarán. Yo tuve la suerte de sobrevivir a los dos primeros jefes, mientras que el tercero me dio para el pelo un par de veces. Y ya no digamos el resto de enemigos normales, que nos la pueden liar.
20 horas de juego dan para mucho: para comprender todo ese entramado del modo multijugador, memorizar al dedillo la vasta ciudad de Yharnam y saber cómo afrontar cada duelo con garantías.
Perdiéndole el miedo (que no respeto) a Yharnam
Respecto a mi compañero Álex, partía con ventaja. Principalmente por el adelanto de la preview que pude catar a primeros de mes y que me permitió explorar (a lo loco) las calles de Yharnam a puño descubierto... hasta que me di cuenta de mi error (porque TIENES que morir al principio para que te den las armas). Después fue un camino de rosas, claro. De estar esquivando constantemente a poder propinar un daño serio a los rivales media un abismo. En la versión final me lo sabía de memoria.
Sin embargo en el primer tramo de la historia, ya de la versión final, la que salió en tiendas el pasado 25 de marzo, preferí tomármelo con calma un poco al inicio. Explorar más a fondo cada recoveco de Yharnam Central, por si me había dejado algo en Madrid. Y de paso ir acumulando más y más ecos de sangre para comprarme molotovs y vengarme de ese gigante que me mató aquella vez.
En esta ocasión todo resultó más fácil, principalmente porque también supe a lo que atenerme. Y es que en 'Bloodborne' no vale eso de ir a lo loco. Ni tampoco lo de confiarse en exceso aunque se nos presenten enemigos de menor entidad. Cualquier error se puede pagar caro. Hay que ir con pies de plomo, en definitiva. Y si es haciendo acopio del propio plomo de nuestra pistola, mejor que mejor.
El caso es que pude llegar sin problemas a donde me habían matado aquella vez y aventurarme en el Gran puente, custodiado por dos hombres lobo. La mala fortuna es que les hice frente con torpeza y la cámara me jugó una mala pasada al retroceder por las escaleras. ¡Pam! Muerto. No me rendí.
Regresé a esa zona, pero en esta ocasión, por probar, tiré por un desvío a la izquierda, antes de los hombres lobo. Me aventuré por unas cloacas y recogí objetos valiosos. Pero según me iba adentrando por esa zona tan apestosa llena de ratas gigantes y enemigos con cara de pocos amigos (y armas muy afiladas) no paraba de preguntarme: ¿¡DÓNDE ME HABÍA METIDO!? Al final lo de los hombres lobo pintaba mejor. Y claro, avancé tanto por las cloacas que me acabaron matando.
Al final me dejé de tonterías. Tenía que afrontar el duelo contra el primer jefe (bestia clériga) y de paso ganar puntos de lucidez para empezar a subir de nivel a mi personaje. Regresé hasta el Gran puente, jugué mejor mis bazas contra los hombres lobo, saliendo victorioso, y llegué hasta el final del puente, donde me esperaba esa bestia parda. Y sufrí, claro que sufrí. Más con la cámara que con la bestia. Porque en caminos estrechos contra enemigos gigantes el juego se vuelve muy loco y la vista juega en la mayoría de los casos en nuestra contra. Pero tuve suerte (y muchos viales de sangre a mano) y pude ganarles: a la bestia y a la cámara. Había ganado mi primer duelo importante. Bien.
Poniendo a prueba la memoria en Bloodborne
Una de las cualidades que más destacaría de 'Bloodborne' es el diseño de Yharnam. Todo está conectado. Tan solo tendremos que desbloquear cada acceso... sudando sangre previamente.
Por ejemplo, la puerta de la izquierda situada en la lámpara de Yharnam Central, nuestro primer lugar de peregrinaje. Está cerrada a cal y canto y el juego nos obliga a rodear toda esa parte Central para descubrir que tras los hombres lobo del Gran puente se encuentra una casa, y que tras ella, está precisamente la puerta que tenemos que desbloquear. De esta manera nos ahorramos mucho.
Y como veremos, es una constante en toda la aventura. Tenemos una ruta complicada que, por casualidades de la vida, es la única por la que podemos tirar si queremos desbloquear otra puerta, ascensor o lo que sea, para habilitar otro acceso. Esto no quiere decir, en cualquier caso, que 'Bloodborne' sea lineal. Porque no lo es. De hecho nos da muchísima libertad de decisiones.
Sin ir más lejos, en el distrito de la Catedral, tendremos cinco rutas a elegir. Podemos, incluso, cruzar hasta el paso del Osario de Hemwick sin haber derrotado antes al que se podría considerar el cuarto jefe de este periplo por Yharnam. Todo depende de cómo nos encontremos en ese instante. Si nos cuesta derrotar a los enemigos de una zona, no sería buena idea vérselas con el jefazo de turno.
Otro aspecto a tener en cuenta del diseño de 'Bloodborne' es que no hay mapa, sino que seremos nosotros los que memorizaremos cada zona para saber hacia dónde tirar. Cierto es que desde el Sueño del cazador, lo que vendría a ser el Nexo de 'Demon's Souls', podremos viajar directamente a cada lámpara que hayamos activado y que se corresponde con regiones de Yharnam y alrededores; pero no nos quedará más remedio que hacer acopio de nuestra orientación en todo momento.
Y por si fuera poco, este trabajo de From Software oculta muchos secretos en su interior, lo que nos obligará a explorar cada rincón con la esperanza de encontrar algún objeto valioso. A veces se verán a simple vista, teniendo que dilucidar qué camino tomar para recogerlos, en otras ocasiones habrá que tirar de intuición. Ahora bien, no siempre toparse con un enemigo fuerte en un callejón sin salida significa que esté protegiendo un objeto valioso, sino que From Software son unos cabrones.
Una dificultad a prueba de "agricultores"
Pese a que en 'Bloodborne' podremos subir de niveles acumulando ecos de sangre (tras conseguir nuestro primer punto de lucidez), no es para nada un juego que se haga notoriamente más fácil a medida que farmeemos (no me gusta nada esa palabra, pero todos sabéis qué significa: quedarse en una zona matando enemigos para acumular "experiencia" una y otra vez). Esto se debe a que subir de nivel nos reportará pocos puntos de ventaja. Y a cada nivel, más serán los ecos necesarios.
En donde sí que he notado más diferencia es en la mejora de armas. Por cada tres niveles de mejora necesitaremos cierto tipo de material (fragmentos de piedra de sangre al inicio, fragmentos gemelos de piedra de sangre después, continuando por bloque de piedra de sangre... así hasta el nivel 10) y no será tan habitual encontrarlo, salvo explorando a fondo Yharnam o teniendo suerte de que monstruos de mayor enjundia nos suelten alguno "amablemente". En niveles altos se nota el cambio.
Basta una vuelta a las primeras zonas de la ciudad para darse cuenta de que enemigos que resistían dos o tres envites ahora mueren a la primera. Y ya no digamos cuando fortalecemos esas armas con gemas sangrientas o aplicamos a nuestro personaje alguna runa. Sumando todo y la progresiva subida de los parámetros, lo que antes nos parecía un trayecto complicado ahora no lo es tanto.
Salvo en la incursión por zonas más avanzadas, claro está. De hecho estoy en una a la que no se accede voluntariamente, por decirlo de algún modo, en donde los rivales dan mucha más caña, con algunos que nos pueden matar de un simple toque. Y mi personaje es de nivel 52. Casi nada...
También me ha ayudado en un par de puntos mi compañero Álex mientras desgranábamos, ya de paso, todas las incógnitas de un modo multijugador cooperativo bastante complejo y limitado. Agradezco los juegos exigentes como el que más, pero me parece absurdo hasta el extremo cómo ha diseñado el modo online From Software. Aparte que es desesperante lo mucho que tarda en unirse un jugador. Estamos hablando de minutos. En ese tiempo Álex y servidor cantamos varias canciones.
Ni qué decir que en una de las últimas partidas nos acabó sorprendiendo un invitado no deseado, un cazador que utilizó una campana resonante siniestra con la noble intención de matarnos a los dos. Pero era una batalla perdida (para él). Al final imperó la lógica y lo matamos sin compasión.
Nada es lo que parece en Bloodborne. O tal vez sí
Es curioso esto de los cazadores, porque en realidad no somos los únicos. Aunque juguemos solos e incluso offline, sin ningún tipo de notas de los mensajeros o sus espectros por haber muerto, por todo Yharnam nos encontraremos con otros cazadores NPC. Hay una, por ejemplo, cerca de donde está situado el segundo jefe, el padre Gascoigne, a la que finalmente pude abatir de un modo rastrero.
Como son tan resistentes estos cazadores, no me quedó más remedio que aprovechar su ímpetu y forzar su caída, para desde el piso de arriba, al que no podía acceder de un modo sencillo otra vez, lanzarle media docena de cuchillos venenosos. Así pude vengar las tres veces que me mató. Y como esta cazadora, hay más. Como el que está en cierta torre equipado con un arma de fuego. ¡Cabrón!
Es también la gracia de 'Bloodborne', el sorprendernos con rivales aparentemente normales y que resultan ser bastante más difíciles que algunos jefes. Y como aquí no hay guía de ningún tipo, siempre iremos a la aventura sin saber qué nos deparará en nuestro peregrinaje por Yharnam.
Lo que no me ha gustado es el tema del equipo, en cuanto a la vestimenta del personaje. Al contrario que en los RPG, toparse o comprar equipamiento nuevo no significa que vaya a ser mejor en todos sus parámetros. Aquí habrá de todo, con algunos que incluso ponen ciertas resistencias al mínimo. Y para colmo, no será hasta el haber comprado cada complemento cuando podremos comparar en qué mejora/empeora respecto a lo que tengamos equipado. Podría haberselo currado From Software.
La cámara en ciertos puntos, el tema del online o los tiempos de carga, aparte de eso, son manchas que no empañan, en cualquier caso, el grueso de 'Bloodborne', porque nos llamará una y otra vez con su canto de sirena para que nos adentremos en su universo y seguir avanzando hasta descubrir qué demonios pasa ahí. En mi caso no sé cuánto me quedará, aunque viendo dónde estoy ahora mismo, me parece que llevo más de la mitad. Y luego me quedan los retos de los cálices.
De hecho, hace unos días me animé a adentrarme en el Cáliz de Pthumeru que había desbloqueado, en donde utilicé por primera vez el escudo (aquí no sucede como en 'Demon's Souls', su uso es más básico) para protegerme de los cuchillos de unos esqueletos sangrientos, y en donde tuve una potra tremenda ante el primer jefazo de esa mazmorra, al que abatí a la primera... pero gastando todos los viales de sangre y las balas de mercurio. Y es que si desbloqueas una puerta, no entres todavía si no vas muy fino de salud y complementos, porque la ley de Murphy dice que te aguarda un jefe.
Si me disculpáis, marcho de nuevo al Sueño del cazador, que cierta zona invisible me espera...
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