En una época cargada de quejas, reproches y problemas con lanzamientos que deberían ir como la seda, da gusto cruzarse con juegos como Park Beyond. Una idea manida, sí, pero tan bien reaprovechada y actualizada a los tiempos que corren que podría servir como nueva.
Los creadores de Tropico 6 vuelven aquí con otra vuelta de tuerca a la creación de parques de atracciones que, siguiendo la estela de Planet Coaster, suman la locura y la libertad a la hora de crear para que disfrutar de la gestión y la construcción de montañas rusas se convierta en un divertidísimo pozo de horas.
Un parque tan hardcore como quieras
De la mano de una campaña que esconde el desbloqueo de nuevas atracciones y posibilidades detrás de una narrativa con toma de decisiones, nuestro objetivo en Park Beyond será, como de costumbre, coger terrenos desiertos o parques destartalados para llevarlos al éxito tanto de público como financiero.
La idea de esconderlo detrás de una historia con excéntricos personajes es la excusa perfecta para llevarte de la mano a la hora de crecer, un cometido que, a base de retos simples y accesibles que te ayudan a entender las posibilidades de su gestor hacen que ocuparse de lidiar con lo más engorroso de este tipo de juegos sea mucho más entretenido.
Por suerte, lejos de quedarse en una gestión farragosa sobre los costes del parque, una capa en la que en cualquier caso puedes meter los pies hasta el fondo si es lo tuyo, Park Beyond simplifica el concepto invitándote a crear distintos tipos de parque para diferentes tipos de público.
Si creas un parque enfocado a los adultos y las atracciones, puestos de comida y tiendas están enfocados a ellos, todo irá sobre la seda. Lo mismo para familias y adolescentes, claro, siendo la mezcla de todos ellos el auténtico reto para cuando quieras saltar de esa campaña guiada al juego libre y desafíos más elaborados.
Sin embargo, si sólo nos quedásemos en ese punto estaríamos hablando de esa idea manida y reciclada de algo que hemos visto ya decenas de veces, y Park Beyond es muy consciente de ello. No puedes sobrevivir a un melocotonazo como el de Planet Coaster sin intentar ir un poco más allá.
Libertad para crear
Además de con la apertura a todo tipo de públicos para que a nadie se le atragante el reto más de la cuenta -parte de la gracia está precisamente en que llegue también a consolas además de a PC-, lo que hace Park Beyond es hacer honor a su nombre y llevar los parques un paso más allá.
Te ofrece la posibilidad de crear y modificar a tu antojo edificios y atracciones, herencia directa de lo que Planet Coaster convirtió en un regalo para la comunidad que nos dejó desde atracciones de Alien hasta El Señor de los Anillos, pero también de pasarte por el forro las leyes de la física a la hora de crearlas.
Norias que se retuercen y entremezclan, cañones que lanzan por los aires a las vagonetas de tu montaña rusa, carruseles de varios pisos… Experiencias “imposibilizadas”, como lo llaman ellos, que podrás ir desbloqueando y haciendo cada vez más locas a base de generar entusiasmo entre tus asistentes.
No sólo ofrece ideas loquísimas que harán las delicias de los que somos fanáticos de este tipo de parques, es que por primera vez en un juego de este estilo he tenido la sensación de que no se me cortaba lo más mínimo a la hora de dar forma a una montaña rusa. Ni suelos, ni cielos, ni montañas esperando a ser atravesadas mientras pasas por encima y por debajo de otras tres atracciones más.
Un editor que, por lo fácil e intuitivo que resulta, es probablemente la mayor joya de Park Beyond, la razón por la que me ha dejado tan ilusionado respecto a su versión final, y la excusa perfecta para echar a un lado todo lo malo de esta industria y recordar que, aunque no ocupen portadas, también hay juegos excelentes esperando a ser jugados.
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