Análisis de Greak: Memories of Azur, la aventura de fantasía de un trío de hermanos que deberán ayudarse a sortear todas las adversidades

Hay ocasiones en que los videojuegos menos conocidos o en los que no hay una enorme producción detrás de ellos acaban convirtiéndose en grandes sorpresas de las que merece la pena hablar. Ese caso podría ser perfectamente el de Greak: Memories of Azur, una aventura de fantasía a cargo de Navegante, un estudio afincado en México.

Con la ayuda de Bromio, creadores de Pato Box, dentro de unos días saldrá a la venta este título para PS5, Xbox Series X/S, Nintendo Switch y PC a través de Steam y nosotros hemos tenido la oportunidad de jugarlo a fondo para así contaros qué nos ha parecido en el siguiente análisis que hemos preparado.

Un viaje trepidante para reunir al grupo de protagonistas

La aventura tiene lugar en las tierras de Azur, donde desde hace tiempo los Courines están enfrentados contra los Urlags. un ejército de criaturas y monstruos que está tratando de apoderarse de este reino, provocando que los Courines están buscando la buscando la forma de sobrevivir para escapar de sus propias tierras ante semejante amenaza.

En medio de todo este embrollo se encuentra Greak, nuestro pequeño personaje que controlaremos en primer lugar y quien a su vez es el hermano pequeño de un total de tres. Tras una serie de acontecimientos, nuestro joven protagonista partirá en la búsqueda de su hermana Adara y su hermano Raydel, quienes han desaparecido.

La cuestión es que debe de darse prisa, porque en un poblado en el que están reunidos los Courines se está fabricando un dirigible que permitirá a esta raza huir a otro lugar. Si bien nosotros comenzaremos el viaje echando un cable con la recolección de materiales para la construcción de este vehículo, al mismo tiempo no deberemos dejar de lado nuestra misión principal de buscar a los otros dos hermanos.

Uno de los aspectos que llama la atención es el hecho de que todo lo que aparece en pantalla, tanto el arte como las animaciones, está dibujado a mano, con unos escenarios muy coloridos y diferentes unos de otros. Así pasaremos por bosques tenebrosos, nos adentrarnos en unas cuevas subterráneas y recorreremos imponentes fortalezas, pero en cada uno de estos lugares aguardan infinidad de peligros.

Por lo tanto, la misión de reunir a la familia de hermanos no será una tarea sencilla para nuestros personajes que intentarán demostrar que el amor que sienten unos por otros puede con todo para volver a estar juntos. Aun así, la trama queda relegada a un segundo plano la mayor parte del tiempo, porque lo que caracteriza principalmente a este título es su jugabilidad, sobre la que hablaremos más adelante.

Al menos todos los diálogos han sido localizados al castellano para las conversaciones que mantendremos con otros habitantes del reino o para leer libros y papiros que incluyen información y detalles sobre la historia de esta raza o de las tierras. Lo que es una pena es que esto último solo sirva para conocer más en profundidad el trasfondo de todo, pero a la larga no acaba teniendo un gran peso en la historia.

El trabajo en equipo tiene su recompensa

Como hemos señalado previamente, la jugabilidad es sin duda el punto fuerte de esta aventura de acción y plataformas. Más que nada porque cada uno de los personajes se diferenciará de los demás por contar con su propia jugabilidad y deberemos llevar a todos juntos al mismo tiempo por todas partes cuando vayamos de un lado para otro de los escenarios.

En este sentido me ha recordado en muchos momentos a The Lost Vikings, porque el trío de personajes deberá ayudarse mutuamente para combatir contra enemigos y especialmente para la resolución de las decenas y decenas de puzles que habrá por los diferentes escenarios. Además, en otro aspecto que también se asemeja al conocido título de Blizzard es en el hecho de que ninguno podrá morir o eso supondrá comenzar desde el último punto de guardado.

Por desgracia, estos puntos no estarán muy cerca los unos de los otros y os recomendamos encarecidamente que os acordéis bien donde está situado cada uno, especialmente si habéis progresado demasiado en la partida, porque si no tendréis que repetir todo desde la última vez que hayáis pasado por uno. Por otro lado, otro motivo más para memorizar su posición es que en ningún momento tendremos a mano un minimapa y lo cierto es que a veces se echa un poco en falta.

El problema es que, si bien cada zona no tiene nada que ver con las demás, los escenarios en sí están repletos de lugares muy similares. Por ejemplo, en el bosque habrá raíces, lianas y pequeños largos por infinidad de sitios que a veces provocan que no tengamos claro por dónde hemos ido o nos perdamos, porque hemos de hacer hincapié en que cada territorio del mapa del juego es descomunal. Al menos merece la pena explorarlos bien porque en ellos se esconden secretos y mejoras para el grupo.

Volviendo a hablar de nuestros personajes y sus capacidades, no todos servirán para las mismas acciones: Greak blandirá una espada y será muy ágil al poder realizar un doble salto; Adara lanzará bolas de energía y gracias a sus poderes mágicos podrá volar brevemente; y Raydel será el más poderoso con su espada y escudo que le servirá para bloquear rayos o un gancho que le será de gran utilidad para alcanzar lugares a los que no pueden acceder sus hermanos.

Sobre el papel la idea es muy buena y en general está muy bien ejecutada, pero no faltarán momentos en los que esta situación supondrá un quebradero de cabeza. Con un solo botón podemos hacer que todos los personajes se muevan al mismo tiempo si están cerca unos de otros, pero debido a que no todos se controlan igual, pierde rápidamente el sentido, sobre todo con los saltos, así que la mayoría de veces nos tocará hacer el mismo recorrido dos o tres veces para llevar a todos los personajes del punto A al B.

En cualquier caso, constantemente será necesario tener en cuenta sus respectivas habilidades para la resolución de los puzles, porque la mayoría requerirán la colaboración entre los protagonistas, especialmente cuando logremos reunir a los tres. Eso sí, se agradece que se haya depositado un gran esfuerzo en conseguir que los rompecabezas que nos iremos topando sean muy diferentes unos de otros y siempre nos estén presentando nuevas mecánicas para que así resulte más entretenido. Eso no quita que a veces algunos sí que se repitan o se mezclen con otros que hayamos visto anteriormente.

Pero no todo será mover columnas, tirar de palancas o prender hogueras para que descongelen bloques de hielo, ya que los enemigos también nos darán guerra durante el camino. Por lo general las criaturas normales que veamos serán fáciles de derrotar en su mayoría, exceptuando a alguna algo más poderosa. En cambio, los jefes finales sí que resultarán un tremendo desafío y los que probablemente os harán morder el polvo en más de una ocasión, por lo que la curva de dificultad no está demasiado bien balanceada.

La opinión de VidaExtra

La verdad es que Greak: Memories of Azur me ha resultado en general una sorpresa muy agradable. Es una de esas aventuras que te llama la atención por su apartado gráfico dibujado a mano y una vez te pones a los mandos te das cuenta de que hay otros aspectos que consiguen que sea un juego que merezca la pena, principalmente por su jugabilidad y su mecánica de controlar al trío de hermanos.

Tampoco es que el título resulte perfecto porque también hay otros aspectos en sus mecánicas que juegan en su contra y estropean un poco la experiencia. No habría estado nada mal un modo multijugador cooperativo, ya sea local u online, porque desde luego lo pide a gritos para que hubiese resultado más divertido todavía, pero para pasar unas cuantas horas de lo más entretenidas es una opción muy a tener en cuenta.