'Grand Theft Auto: Vice City' para iOS: análisis

‘Grand Theft Auto: Vice City’, otro análisis de un juego para iOS y otro texto en el que me va a tocar hablar de problemas que ya deberían estar solucionados. El juego genial, como en 2002, pero la diferencia entre jugarlo en una pantalla táctil y hacerlo con un mando en las manos es infranqueable.

Mejor suerte correrá la versión de Android, sobre todo para aquellos que puedan disfrutar de un dispositivo con controles táctiles de esos que empezaron a poblar las financiaciones en masa de Kickstarter desde hace más de un año. No sé en qué demonios están pensando en Google para no lanzar su propio controlador táctil compatible cuando podría ser el peso que desestabilice la balanza en su lucha con Apple.

En Cupertino siguen dormidos con este tema, crearon un modelo de negocio y se han sentado a verlas venir sin intentar evolucionarlo aún más. Al final tendrá que ser OnLive o alguna compañía con ganas de explotar un nicho de mercado totalmente desaprovechado la que les saque las castañas del fuego.

Grand Theft Auto: Vice City, la potencia sin control…

Rockstar hace lo que puede con una pantalla táctil a la que los ocho botones de acción del mando de PS2 se le quedan, no grande, enormes. Puede pasarse por alto en los primeros compases, en los que te das cuenta de que si por defecto la conducción está activada con dos botones, uno para girar a cada lado, en vez de la alternativa presentada con un joystick virtual, es por tu bien.

Sin embargo es imposible olvidarse de ello cuando tienes que disparar, a pie o desde un vehículo, huir de la policía con todas las estrellas activadas o controlar un helicóptero que tiene que girar sobre su eje a derecha e izquierda, ascender, descender e inclinarse, únicamente usando los dos pulgares que la genética decidió regalarte.

Lo he dicho cientos de veces, ni siquiera hace falta recurrir a ese accesorio que añada algo palpable a los controles y pueda guardarse en un bolsillo o colgarse como un llavero, lo único que haría falta para mejorar la experiencia es una zona táctil en la parte trasera del dispositivo. Costaría acostumbrarse a ello, no lo niego, pero eso es mejor que nada. Más aún teniendo en cuenta que esa “nada“ desgracia un juegazo de la talla de ‘Grand Theft Auto: Vice City’.

Un título que cumple visualmente

Como decía antes lo que podía hacerse con esta edición que conmemora el décimo aniversario del lanzamiento del juego está innegablemente ahí. Las luces de neón de Vice City en una pantalla Retina Display son toda una gozada, se mantienen las mejoras ofrecidas en la versión de Rockstar Vienna y los cambios en algunas texturas se agradecen.

Choca, eso sí, ver modelados con una resolución muy buena colocados frente a texturas muy pobres que afean el conjunto. Tocaba mano de pintura en más elementos de los que se han arreglado y las cinemáticas le pasan factura a esa falta.

Nada a criticar cuando estamos en movimiento, aunque he presenciado algunas caídas de frame rate esporádicas cuando hay mucho que ver a tu alrededor y la fortuna, o una embestida policial, lleva a tu vehículo a dar un giro de 360 grados lo más brusco posible. Que ocurra dos veces de diez, sin embargo, no es una mala cifra.

La historia de Grand Theft Auto: Vice City, su mejor baza

Si jugaste a ‘Grand Theft Auto: Vice City’ en su día sabrás lo que tiene que ofrecer su historia. Bien por sus subtítulos y mejor aún por poder disfrutar de un guión así en plataformas completamente aleladas por la sucesión de pájaros e historias sin grandes aspavientos que tienen que soportar a diario.

Pierde un poco de mérito por no ser una aventura original destinada a insuflar cierta madurez a una parte del sector que la necesita para evolucionar, pero al menos sus ventas darán un toque de atención a aquellos que creen que no hace falta ir más allá. Eso incluye también a Rockstar, por descontado, que aunque ofrece el port no se arriesga a apostar por una historia nueva que acogeríamos con unos brazos abiertos en los que los nudillos de ambas manos se tocarían por detrás de la espalda. Tocará seguir soñando, imagino.

Bien también por incluir funcionalidades como la de la opción a repetir misiones de forma automática en las que hemos acabado arrestados o con nuestros planes ahogados en la bahía (sigo esbozando una sonrisa al recordar a Timmy Vermicelli y sus manguitos flotadores en ‘Driv3r’), pero el que se acerque a ‘Grand Theft Auto: Vice City’ debe hacerlo pensando que la estructura de juego y sus misiones no casan con el juego esporádico de cinco minutos en la parada del autobús. Menos aún teniendo en cuenta que no hay autoguardado y tendrás que depender de los viajes a los pisos francos o de mantener la aplicación abierta en segundo plano.

Conclusión

‘Grand Theft Auto: Vice City’ es un juegazo, lo era antes y lo es ahora. Es una lástima que el tema del control acabe pasándole factura al conjunto, pero eso no quita que continúe siendo una compra imprescindible si no pudiste disfrutarlo en el pasado o quieres avivar la llama de tu espíritu nostálgico.

Entre las horas de juego que tienes por delante, la divertidísima historia que propone y lo surrealista que es su banda sonora, 4,49 euros no me parece en abosoluto un precio excesivo. Eso sí, hazlo sabiendo qué te vas a encontrar e intentando priorizar el jugarlo en la pantalla de una tablet en vez de en un smartphone, tus ojos lo agradecerán.

Vídeo | Youtube

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