A la hora de hablar de los musou son cada vez más las sagas que se han apuntado a contar con juegos que se decantan por este género. Ahí tenemos títulos basados en series anime y manga como Berserk y Attack on Titan, pero también en otras franquicias tan conocidas como The Legend of Zelda y Fire Emblem. Aun así, la más importante de todas seguirá siendo Dynasty Warriors.
Durante más de 20 años no hemos parado de enfrentarnos a millares de enemigos en amplios escenarios, pero ya le iba tocando a la saga volver a escena, de ahí que mañana mismo se pondrá a la venta Dynasty Warriors 9: Empires, aunque nosotros ya hemos tenido la ocasión de jugar a fondo a este nuevo capítulo que introduce unas cuantas novedades.
Naturalmente, como buen musou, la acción seguirá siendo el punto más fuerte del juego y por lo que más apostará con diferencia. No obstante, esta vez se han introducido unos cuantos elementos estratégicos que harán que nos planteemos las batallas de otra forma, así que os dejamos con nuestro análisis en el que os contamos qué nos ha parecido.
Planificando todos los detalles de la guerra en la que nos veremos envueltos
La Guerra de los Tres Reinos continúa siendo el argumento que se emplea como excusa para que libremos batallas sin parar. Sin embargo, la trama queda tan relegada a un segundo plano que lo cierto es que prácticamente no le daremos ninguna importancia durante toda la partida, aunque el juego tampoco es que ayude demasiado a que tenga alguna relevancia.
Básicamente todo se resume en un único modo de juego: el modo Conquista. En él nos tocará elegir a un oficial que lucha por uno de los diferentes reinos de China y nuestro objetivo será el de ir invadiendo todas las zonas para ir apoderándonos de ellas hasta conseguir gobernar el país entero. El que ocurra siendo un héroe o un tirano dependerá de los propios jugadores.
La cuestión es que aquí no habrá que ir superando niveles uno detrás de otro. La diferencia con otros capítulos, y por el hecho de que la estrategia toma tanta importancia, se debe a que todo se guiará por un calendario en el que cada seis meses el líder del reino del que formemos parte llevará a cabo un consejo de guerra. Así establecerá una serie de objetivos que podremos optar por cumplir u obviarlos por completo.
De este modo, al comenzar el semestre tendremos ante nosotros un amplio abanico de posibilidades que en un primer momento resulta bastante abrumador. Más que nada porque tampoco queda muy bien detallado para qué es cada una de las opciones y no tenemos clara la finalidad o el alcance de cada acción por la que nos decantemos hasta que no hayamos jugado unas cuantas horas y ya sepamos bien qué es lo que preferimos mejorar en base a nuestra forma de jugar.
Así pues, cada acción tendrá una duración de un mes, por lo que solo tenemos seis turnos para cumplir con el cometido de nuestro líder, lo que nos recompensará con puntos de experiencia para subir de nivel a nuestro personaje principal. Por ejemplo, podremos recaudar fondos, cosechar alimentos que ayuden a reforzar a nuestras tropas, mejorar las defensas de un reino, entablar conversaciones con los aliados para mejorar la afinidad o también acordar alianzas, realizar sobornos, sabotajes y otras tantas opciones.
Las posibilidades son enormes y no hay una única forma correcta de afrontar el futuro que le aguarda a nuestro reino, porque como hemos señalado antes cada uno podrá afrontar los objetivos que le parezca. Es más, al principio de cada semestre nos podremos oponer a las órdenes del líder y plantearle un plan de ataque diferente, lo que no significa que nos vaya a hacer caso hasta que más adelante, en base a nuestro buen trabajo, le relevemos y entonces seremos nosotros los que dictaminaremos todo lo que sucederá a nuestro gusto.
Al finalizar el semestre, aparte de recibir las recompensas correspondientes, habrá veces que nos meteremos de lleno en una batalla para asaltar una zona colindante a alguna de las que estemos gobernando. No obstante, no siempre habrá que esperar hasta entonces para librar un brutal combate, porque a veces nos tocará defendernos de los invasores o incluso optar por no esperar y asaltar directamente un territorio.
Eso no quiere decir que en pocos turnos nos podamos hacer con el país entero, porque ahí es donde entran en juego los recursos o la buena relación con nuestros camaradas, dado que puede que no contemos con la suficiente cantidad de soldados para hacer frente a una batalla o nuestro rival disponga de un ejército tan poderoso que sea capaz de liquidarnos sin apenas despeinarse. Así pues, a veces una retirada a tiempo es mejor opción para volver más adelante con más fuerza.
Por otro lado, lo de hacer tanto hincapié en el tema de las relaciones se debe a que a la larga se convierte en un aspecto fundamental. Principalmente porque nuestro personaje podrá establecer hermandades o incluso casarse y tener hijos, de forma que al comenzar una nueva partida el retoño crecerá hasta acabar convirtiéndose en un nuevo oficial al que podremos controlar y llevar a cabo una nueva invasión del país.
Además, cuanto más alta sea la relación con los soldados y oficiales estos nos ofrecerán obsequios de vez en cuando y conseguirán que sea más sencillo aliarse con otros reinos u obtener más recursos de lo normal. Al final parecen demasiados detalles a tener en cuenta, pero cuando ya han pasado varios años (dentro del juego) se hace todo muy intuitivo y más entretenido todavía.
Los asaltos a los castillos que podían haber dado más de sí
Una vez han transcurrido los seis meses es momento de prepararse para la acción tan buena a la que nos tiene acostumbrada la serie. Aquí no os vamos a contar nada nuevo, porque como en cualquier otro musou os tocará enfrentaros contra grupos formados por cientos de enemigos, entre los que habrá algunos más resistentes de lo normal y personajes especiales que a veces nos harán esforzarnos al máximo para eliminarlos, por lo que no siempre bastará con machacar botones como si no hubiera un mañana.
En este sentido se seguirá una fórmula que también estamos acostumbrados a ver, como es la de "piedra, papel, tijera", cambiándolo por infantería, arqueros y caballería. Esto mismo supone que no todas las unidades serán igual de poderosas contra cualquiera, así que en ocasiones partirán con ventaja y otras veces habrá que tener cuidado para que no nos reduzcan la vida rápidamente si somos débiles contra ellas.
Pero no todas las batallas se resumen en estos aspectos, ya que para esta entrega se han introducido unas cuantas novedades que las harán más interesantes. Por ejemplo, ahora la finalidad será la de asaltar castillos, destruir sus entradas para invadirlos y así combatir cara a cara contra sus líderes para hacernos con la victoria.
Mientras nosotros vamos apoderándonos de puntos estratégicos del escenario, nuestras unidades irán debilitando poco a poco las barreras de los castillos para que nos adentremos en ellos. No obstante, lo más importante de todo será el uso de estructuras de ataque que nos resultarán de lo más útiles, como catapultas que sirvan para debilitar las defensas de los muros o arietes que se emplearán para derribar las puertas y así acceder a estos castillos aparentemente impenetrables.
Más allá de atacar sin ton ni son, a base de jugar y hacernos con victorias iremos desbloqueando una especie de cartas que nos otorgarán ventajas temporales, como un aumento en el poder de ataque, recuperación de vida o también serán capaces de desatar un golpe devastador. Claro está, su uso es limitado y habrá que esperar un tiempo para volver a sacar partido de ellas, aunque una buena combinación de cartas perfectamente puede inclinar la balanza a nuestro favor.
Junto a esto estarán los planes secretos de batalla que seleccionaremos durante la planificación de ataque. Son una especie de misiones con objetivos de todo tipo, como por ejemplo apoderarnos de una zona, eliminar a ciertos enemigos o defender a un aliado, para que nos otorguen una bonificación durante el resto del combate. Eso sí, el fallar dará la vuelta a la tortilla y nos meterá en un serio aprieto, del mismo modo que el ejército contrario también contará con sus propios planes de ataque que debemos esforzarnos en evitar que se cumplan para no pasarlas canutas.
Hasta aquí todo pinta bien, aunque no es oro todo lo que reluce, porque en el apartado gráfico hay que reconocer que deja bastante que desear en muchas ocasiones. Sin duda, una de los aspectos que más me ha chocado es el hecho de que en los campamentos enemigos a veces aparecen muy pocos soldados al mismo tiempo y tienes que esperar un poco a que se vayan generando más antes de hacerse con él, dado que la finalidad es eliminar a una cierta cantidad para conquistarlo.
Por suerte este problema no se presenta siempre, pero los escenarios son los que más perjudicados salen en todo lo que tiene que ver con el apartado visual. Quitando la poca variedad que hay entre unos y otros, dando la impresión a veces de que son los mismos, hay un exceso de popping que no pararemos de presenciar cuando vayamos de un lado para otro. Encima no han sido especialmente pocas las veces que me he topado con aspectos del mapa que da auténtica grima verlos, como es la hierba que aparece muy pixelada y en 2D.
Entiendo que al juntar tanto enemigos, efectos y detalles en pantalla puede resultar difícil hacer un juego de este tipo que gráficamente sea redondo, pero a estas alturas encontrarnos con un título que a veces parece de hace un par de generaciones... porque lo peor es que estos fallos visuales también se producen en las secuencias en las que un par de personajes interactúan entre ellos.
La opinión de VidaExtra
Quizás Dynasty Warriors 9: Empires no se convierta en una de esas entregas que nos sigamos acordando de ella con el paso de los años, aunque al menos es muy entretenido. El planificar tantos detalles de las batallas le otorga un punto muy estratégico y al menos le ofrece algo más de variedad en comparación con lo que estamos acostumbrados a ver en la serie para que no todo sea luchar, luchar y luchar.
Los fallos en su apartado gráfico y en su rendimiento, ya que no siempre va plenamente fluido a 60 fps, le juegan una muy mala pasada, y también es una lástima que tan solo haya un único modo de juego, porque más allá del modo conquista solo existe un editor para crear a nuestros propios soldados y una galería para consultar información de los personajes o para repetir las secuencias que ya hemos presenciado previamente.
En definitiva, se agradece que Omega Force y Koei Tecmo hayan querido introducir tantas novedades en la jugabilidad y esperamos que algunas de ellas se mantengan de cara al futuro, como las planificaciones previas o el uso de estructuras para invadir los castillos, lo que deja claro que la saga tiene todavía potencial para ofrecer mucho más que combatir sin más.
Dynasty Warriors 9 Empires - PS4
Dynasty Warriors 9: Empires
Plataformas | Nintendo Switch, PC, PS4, PS5 (versión analizada), Xbox One y Xbox Series X/S |
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Multijugador | No |
Desarrollador | Omega Force |
Compañía | Koei Tecmo |
Lanzamiento | 15 de febrero de 2022 |
Lo mejor
- Una campaña que os puede durar una gran cantidad de horas y muy rejugable.
- Las nuevas posibilidades de afrontar las batallas en los propios escenarios.
- Una amplia variedad de formas de prepararse para los combates.
Lo peor
- Los campos de batalla no son muy diferentes unos de otros.
- La calidad gráfica cuenta con demasiados fallos.
- Se echa en falta más modos de juego.
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